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GP Austria[Vídeo] GP Austria 1987: el accidentado adiós a Österreichring

Österreichring, en su versión clásica de seis velocísimos kilómetros, dijo adiós al Mundial en 1987. Los Williams-Honda de Nigel Mansell y Nelson Piquet dominaron con claridad en una carrera que precisó no de una ni de dos, sino hasta de tres salidas.

3 min. lectura

Publicado: 04/07/2017 19:30

Frenos, ¿para qué? El trazado original de Österreichring.

El Mundial de 1987 llegaba a su décima cita en Austria con Nelson Piquet como líder destacado. El brasileño de Williams-Honda aventajaba en 7 puntos a su compatriota de Lotus, Ayrton Senna, y en 18 a su compañero -pero no amigo- Nigel Mansell y al campeón en título, Alain Prost (McLaren-Honda).

Era la despedida del circuito de Österreichring como sede del Gran Premio de Austria. Sus casi seis kilómetros de rectas y largas y velocísimas curvas, casi todas carentes de escapatorias y bordeadas por guardarraíles, estaban ya obsoletos en pleno apogeo de la era turbo. Nelson Piquet se hizo con la pole, por delante de Mansell, a una media de más de 255 km/h. Para entonces, ya se había producido un gran susto: en los libres del viernes, Stefan Johansson había atropellado a un ciervo en el rasante previo a la última curva. El sueco tuvo suerte de salir ileso, lo que no se pudo decir de su MP4/7 ni del infortunado cuadrúpedo.

Ya el domingo, al encenderse el semáforo verde, Martin Brundle perdió el control de su Zakspeed. Tras rebotar contra la valla del lado izquierdo, salió despedido hacia el centro de la pista, cobrándose cuatro víctimas: los Ligier de Arnoux y Ghinzani y los Tyrrell de Palmer y Streiff.

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La segunda salida no resultó mejor ni por asomo. Mansell arrancó muy lento. Gerhard Berger (Ferrari) se vio obligado a frenar para no llevarse por delante al británico, y el subsiguiente efecto acordeón acabó involucrando a once pilotos: Patrese (Brabham), Cheever (Arrows), Johansson, Brundle, Ghinzani, Caffi (Osella), Capelli (March), Alliot (Larousse), Danner (Zakspeed), Streiff y Fabre (AGS).

En la tercera y definitiva salida, fue Ayrton Senna (que poco antes había anunciado que no continuaría en Lotus en 1988) quien casi caló su coche, pero todos los rivales lograron evitarlo. Los Williams confirmaron su dominio de los entrenamientos oficiales y Mansell se impuso con casi un minuto de ventaja sobre Piquet y una vuelta sobre los Benetton de Teo Fabi y Thierry Boutsen.

El Mundial tardaría diez años en regresar al circuito ubicado en las montañas de Estiria, para entonces convertido en el A1 Ring: una versión cercenada y domesticada por el ínclito Hermann Tilke, que posteriormente y tras ser adquirido por Dietrich Mateschitz sería renombrada como Red Bull Ring.

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