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¿Llegó el apogeo del motor diésel? Carlos Ghosn así lo cree

Según el máximo responsable de la Alianza Renault-Nissan, el motor Diesel ha llegado a su máximo de popularidad en el mercado europeo. A raíz del #Dieselgate, las cosas van a cambiar, la cuota de los motores Diesel irá disminuyendo poco a poco

7 min. lectura

Publicado: 31/10/2015 15:00

Hay vida más allá de las 5.000 RPM. Los motores de gasolina están volviendo a ganar popularidad, al margen de las últimas noticias

Esta semana arrancó el Salón de Tokio, cita del motor que ha servido, como es habitual, para lograr titulares a partir de las declaraciones de las autoridades del sector. De Carlos Ghosn, el padre, hijo y espíritu santo de Renault-Nissan, sale un titular claro: los motores Diesel han llegado a su apogeo.

Con o sin el escándalo Volkswagen de emisiones y motores manipulados, este tipo de motor estaba empezando a retroceder en los segmentos más económicos del mercado, fundamentalmente el segmento A, pero también en segmento B. Hablamos de un trozo del mercado donde las diferencias de precio son determinantes.

Hace 10 años sí tenía sentido poner motores Diesel a modelos como Citroën C1, Opel Agila (hoy Karl) o Volkswagen Fox (hoy Up!). Los sucesores de esos modelos ya solo se pueden elegir con motores gasolina, los consumidores no terminaron de ver las cuentas claras. No son coches aptos para hacer enormes distancias kilométricas, a diferencia de berlinas o compactos.

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En la década anterior, tenía más sentido que los coches pequeños usasen motores de gasóleo, pero no para la mayoría de usuarios

Los coches pequeños, por causa naturales, consumen poco, da igual qué tipo de combustible. La diferencia de coste entre tecnologías hace que sea más difícil rentabilizarlos, porque la diferencia de consumo es pequeña. En modelos grandes, pesados o potentes las cuentas salen más rápido, los diésel tienen ventaja.

Los últimos avances en motores de gasolina han recortado los consumos de forma notable, en homologación y también en condiciones reales (según el caso). Por lo tanto, los motores diésel van perdiendo el sentido. Los resultados están a la vista, los quemadores de gasóleo están reduciendo su cuota de mercado, y eso ya ocurría antes de septiembre de 2015, cuando estalló el escándalo.

A partir de 2017 estará vigente Euro 6c, y la homologación se hará considerando las emisiones reales en carretera. Aunque la Unión Europea ha hincado la rodilla ante la presión del lobby automovilístico -y países afines- seguirá siendo más difícil tener motores Diesel que cumplan las normas, a un precio razonable.

El Opel Karl homologa a partir de 4,1 l/100 km de gasolina, no tiene ningún sentido una alternativa diésel más cara

Un motor diésel puede ser limpio con la tecnología adecuada, pero esa tecnología es cara, y eso implica un precio superior. En los segmentos básicos esas diferencias espantan al cliente, así que los sobrecostes deben lijarse al máximo. Si eso implica dejar de ofrecer versiones diésel, se hace. Ya está ocurriendo.

Con o sin el escándalo, hay un clima de hostilidad creciente hacia los motores diésel por su nivel de contaminación, superior al que se creía, y eso está cambiando la percepción de los clientes. Solo hay que ver qué pasó en Japón entre 1980 y 2010, este tipo de motor llegó a estar descatalogado de todos los fabricantes. ¿Por qué no puede pasar en Europa?

Los fabricantes de ámbito global, y no me refiero precisamente a los europeos, piensan más en gasolina

Los americanos, japoneses y surcoreanos han abrazado el motor diésel por exigencias del mercado, no por creer en ellos. Los fabricantes europeos intentan colocar el motor diésel allí donde no es bienvenido, y el escándalo Volkswagen no ayuda nada a la causa. En Japón, EEUU, China y Corea del Sur la cuota del motor diésel es residual, y no se espera una explosión que cambie las cosas. Ahora, incluso menos.

El Fiat 500 es de los pocos modelos que ofrecen motores diésel en el segmento A

Lo que se ha visto en segmentos básicos se va a reproducir más adelante en los compactos, y luego en los SUV compactos. Aunque la Unión Europea ha suavizado mucho sus exigencias con la llegada de las pruebas fuera de laboratorio, el mercado se va a ir des-dieselizando, si me admitís el término.

Si miramos los datos de ventas, podemos reafirmarnos en esa conclusión, se ha llegado a un pico de más del 70% de cuota de modelos nuevos en Europa con motor diésel. Ahora el consumidor es más consciente de las pegas: mantenimiento más caro, dificultad para rentabilizar, averías más caras, amenazas de restricciones de circulación, contaminan más, etc.

El escándalo Volkswagen nos ha servido a todos para ser más conscientes del problema, y a acelerar lo que era inevitable. Quitando Europa Occidental, los mercados más grandes del planeta no apuestan por el motor diésel. Era una singularidad regional, inflada por los gobiernos, pero ya está decreciendo. Los gobiernos europeos están retirando su apoyo poco a poco. El resto irá por inercia.

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