La pintura de este Bentley es espectacular y prohibitiva, cuesta lo mismo que un Audi Q5
Se llama Bentley Ombré Flying Spur y es el nombre que ha recibido esta versión de la berlina de lujo británica pintada con una técnica inédita, espectacular y cara. Una nueva demostración de las increíbles opciones de personalización en este tipo de coches.
Las marcas premium han encontrado en los últimos años un nuevo filón para incrementar sus beneficios en la venta de sus coches. Aquí podemos incluir a un amplio abanico de fabricantes, desde los más “mundanos” BMW, Mercedes o Audi, hasta los más lujosos como Bentley, Rolls-Royce, y pasando también por los más exclusivos desde el punto de vista deportivo como Lamborghini o Ferrari.
Todos ellos cuentan, en mayor o menor medida, niveles de equipamiento exclusivos y departamentos independientes que se encargan de darle un toque más único si cabe a sus coches. Los departamentos de personalización hacen que el exclusivo comprador pueda llevarse a casa un vehículo único en el mundo.
En Bentley, esa tarea recae sobre su equipo de diseño “Mulliner”, que se ocupan de los encargos “Bespoke” o hechos a medida. Su última creación tiene que ver con la pintura, un degradado que tiene su propia denominación: Ombré.
La exclusividad se termina pagando
El coche escogido esta vez para mostrar su exclusiva pintura es el Flying Spur, la elegante berlina británica, que será protagonista en el próximo Salón Náutico Internacional de Southampton, en Reino Unido. La combinación de colores no podía estar mejor escogida para esa cita.
Se trata de un degradado de pintura que pasa del Azul Topacio, presente en el frontal, al Azul Windsor de la zaga. Dos técnicos de pintura altamente cualificados del taller Bentley’s Dream Factory de Crewe se encargan, durante 60 horas de trabajo, de crear este acabado único, que tiene también un precio prohibitivo: unos 57.800 euros.
Se trata de un proceso de pintura para nada fácil, ya que se trata de crear una transición gradual entre dos tonalidades que se fusionan en el centro del vehículo, a través de las puertas, los umbrales laterales y el techo. Primero se aplican los dos colores iniciales en los extremos, para ir tiñendo las pinturas y aplicándolas por etapas para lograr esa transición exclusiva. No habrá dos unidades iguales.
Para que te hagas una idea, la dificultad de esta técnica hace que Bentley, por el momento, solo ofrezca tres opciones de este tratamiento de pintura: Azul Topacio-Azul Windsor, Tungsteno-Ónix y Oro Sunburst-Llama Naranja. La marca británica, no obstante, promete más combinaciones en el futuro.
Así lo explica Bentley: «Debido a la complejidad de la combinación de ambas pinturas, la selección de colores disponibles se ha seleccionado específicamente para garantizar una transición uniforme y gradual entre ambas y evitar la aparición de un tercer color durante la transición (por ejemplo, de amarillo a azul se obtendría verde)».
Bentley ofrece una infinidad de opciones de personalización, tanto en el exterior como en los interiores: acabados de madera, componentes metálicos bañados en oro, acabados perlados, cuero de tonalidades especiales, bordados personalizados, alfombras de lana y un enorme etcétera.
Sin embargo, este nivel de distinción alcanza precios exorbitados, como hemos visto antes. Por ejemplo, Bentley ofrece unas luces de bienvenida personalizadas que cuestan unos 20.000 euros, insertos de madera exclusivos por casi 7.000 euros, o cueros con tonalidades a medida por hasta 20.000 euros.
