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¿Deberían pagar un impuesto especial los coches eléctricos por su sobrepeso? Se reabre el debate

En Reino Unido han reabierto el debate sobre los impuestos que deben pagar los vehículos eléctricos, esta vez a contracorriente de la tendencia de favorecer su progresiva llegada y con el tema del peso de las baterías de trasfondo.

¿Deberían pagar un impuesto especial los coches eléctricos por su sobrepeso? Se reabre el debate

6 min. lectura

Publicado: 02/06/2023 13:30

Para acelerar la transición hacia una movilidad más sostenible y eficiente, en la que el vehículo eléctrico sea el gran protagonista, se necesita una fuerte apuesta por parte de los Gobiernos para facilitar las cosas.

Se necesitan políticas favorables, ayudas a la compra de este tipo de vehículos, al desarrollo de la tecnología en coches y baterías, una infraestructura a la altura de las exigencias y una fiscalidad que vaya con el viento a favor, y no a contracorriente.

Es por ello que nos ha llamado la atención la propuesta que se ha hecho viral en el Reino Unido: allí, un equipo de expertos vinculados al Partido Conservador ha lanzado una idea de impuesto que ha dado mucho que hablar.

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A más peso, mayor degradación provocada sobre el asfalto... ¿y una mayor carga fiscal?

El Reino Unido ya ha anunciado el fin de las ayudas a coches eléctricos próximamente, sumándose a la lista de otros países como Suecia o Noruega.

Los eléctricos pesan más, ¿deben pues pagar más impuestos?

Esta propuesta que llega desde las islas británicas no es nuevo: debido a que los coches eléctricos, por tener que albergar un enorme paquete de baterías, tienen un peso mucho mayor en comparación con un vehículo de combustión tradicional.

Los defensores de este impuesto, el Centro de Estudios Políticas (CPS) en Reino Unido, avalan la idea de un mayor pago en forma de impuesto si el vehículo es más pesado. El argumento principal apunta a un efecto directo sobre el estado de las carreteras: a mayor peso del vehículo, mayor degradación provocan en el asfalto.

Y no les falta razón, pero la realidad es que poniendo trabas de este tipo se fomenta lo que persiguen todos los Gobiernos con sus objetivos de electrificación. El CPS británico ha planteado la idea de crear este impuesto mensual en base a la distancia recorrida por los coches eléctricos, así compensarían la potencial degradación de las carreteras.

«Contribución fiscal justa», argumentan, de cara a favorecer el mantenimiento de las carreteras. Mientras, las críticas y malestares no se han hecho esperar, y más cuando se ha comentado la posibilidad de que este impuesto se podría aplicar en el futuro también a vehículos de combustión.

El CPS propone un impuesto que cargue sobre los vehículos eléctricos también teniendo en cuenta la ubicación de los conductores, en función de su código postal: por ejemplo, los conductores de áreas rurales remotas tendrían una asignación mayor que los de las ciudades, ya que estos tienen más opciones de transporte público.

Algunos países europeos empiezan ya a eliminar las ayudas a los coches eléctricos

La idea no es nueva: un país europeo ya aplica un impuesto así

¿Justicia o afán recaudatorio? Lo cierto es que la fiscalidad de los vehículos eléctricos es claramente favorable para compradores y conductores. Sin embargo, también es cierto que los Gobiernos dejan de recaudar más dinero en forma de impuestos.

La propuesta del CPS parece más una forma de compensar la disminución de los ingresos fiscales derivados de, por ejemplo, los impuestos a los carburantes: cuantos más eléctricos haya en la carretera, menos combustible será necesario, por lo que se recaudará menos.

Esto último es justamente lo que ha sucedido en Noruega, el país europeo que más se ha desarrollado en los últimos años en este sentido y que más ha apostado por el vehículo eléctrico. Sus cuotas de mercado de coches eléctricos llegaron a alcanzar el 90 por ciento, lo que a la larga ha supuesto una falta de recaudación importante.

Por eso, a partir de este 1 de enero de 2023, el país nórdico «cortó el grifo» a este tipo de ayudas (exención del IVA en la compra, sin Impuesto de Circulación, ayudas en peajes, etc.) y ha implementado tres nuevas medidas.

La primera es justamente de la que venimos hablando: se ha instaurado un nuevo impuesto en la compra de un coche eléctrico en función de su peso. Los primeros 500 kg quedan exentos del impuesto, pero a partir de ahí se penaliza cada kg extra con 12,50 coronas, unos 1,15 euros.

Aparte, los eléctricos que cuesten más de 500.000 coronas (45.800 euros) tendrán un 25 por ciento de IVA. Por último, las empresas ya no cuentan con el 20 por ciento de rebaja adicional sobre el precio.

Y aunque los eléctricos siguen siendo los coches más vendidos en Noruega, las cifras de ventas se han desplomado en los primeros meses del año, alcanzado cotas no vistas antes en más de 60 años.

Fuente: Forococheselectricos.comFotos: Freepik

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