Europa se inventa una trampa legal para maquillar las multas de CO₂… y las marcas aplauden
Lo han conseguido. Los países han votado en el Parlamento Europeo han votado una medida para echar una mano a los fabricantes de coches y así reducir las enormes multas por exceso de emisiones. Un favor a las marcas pero que no es del todo así, porque la sombra de las sanciones les sigue planeando sobre sus cabezas.

Seguramente que, en más de una ocasión, habrás oído o leído que nadie da duros a cuatro pesetas. Un dicho español que viene a decir que nadie regala nada. Un dicho especialmente aplicado a los bancos, financieras, a las marcas de coches y a los gobiernos, incluida una Europa que lleva años persiguiendo a los fabricantes con los excesos de emisiones de CO2.
Las cuentas de las marcas antes de finales de año ya hacían vaticinar un estropicio en sus resultados fiscales, con una importante partida dedicada solo a pagar las multas impuestas por Europa por exceder sus límites de emisiones. La importante reducción en las ventas de coches eléctricos eran todo un indicio, por lo que encontraron amparo en los gobernantes de sus países, alertando a Europa de que el sueño eléctrico se desvanecía y los llevaba a la ruina.

Europa mantiene las multas a las marcas, cambia el método
La decisión de Bruselas de relajar los objetivos de emisiones de CO2 para los próximos años se acaba de votar en el Parlamento europeo, y con un claro saldo a favor por abrumadora mayoría: el sí de 458 eurodiputados gana frente a 101 en contra y 14 abstenciones.
Así, sale adelante una modificación de la normativa sobre las emisiones de dióxido de carbono de los coches nuevos que, si bien mantiene el límite de 93,6 g de CO2/km de 2025, cambia el método de cálculo de las sanciones.
Hasta ahora, cada gramo de exceso de se multiplicaba por 95 euros y por el número de unidades vendidas para lograr una suma multimillonaria que, en el cómputo de todas las marcas, alcanza los 15.000 millones de euros. Esto sería lo que se embolsaría Bruselas un año, en los siguientes sería más al rebajar el límite máximo.
Pero, Europa se ha inventado un método de cálculo con el beneplácito de los fabricantes, que podrán superar los 93,6 g/km y compensar en años venideros a la baja. En la teoría, es perfectamente asumible, porque les da margen de tiempo para introducir mejoras que reduzcan los límites.
Europa sigue ganando, y ahogando el cuello de las marcas
Sin embargo, plantea otra serie de importantes problemas: el primero, vender más coches eléctricos sople o no el viento a favor. Y, si no, tratar de que las mayores ventas sean de coches híbridos enchufables que de combustión..
Las dos circunstancias son más que complicadas en los tiempos actuales, los PHEV son caros y las autonomías máximas que declaran no atraen a un mayor número de clientes. Solo para que te hagas una idea de la dimensión del problema: las ventas de coches eléctricos a día de hoy suponen un 15 % del total y, a finales de año, debería ser del 25 %.
Las marcas de coches no están exentas de multas, seguirán pagando por excesos aunque compensen en los siguientes años, por lo que la falta de ayudas a la compra de modelos de bajas, o cero, emisiones, seguirá comprometiendo sus objetivos. Está claro que pensaron que menos daba una piedra...