Stellantis y Renault ponen la voz de alarma ante una Europa "en declive". Esta es su solución

Los CEO de Stellantis y el Grupo Renault se han unido para lanzar un mensaje de alarma ante la situación del mercado automovilístico europeo. Se necesitan, entre otras cosas, nuevas normas que favorezcan la producción de una tipología de vehículos en particular.

Stellantis y Renault ponen la voz de alarma ante una Europa "en declive". Esta es su solución
John Elkann y Luca de Meo muestran las preocupaciones del sector del automóvil en Europa.

7 min. lectura

Publicado: 06/05/2025 17:00

La situación del mercado automovilístico en Europa es muy delicado. Puede parecer que no, pero lleva años mostrando síntomas de inestabilidad. Para que te hagas a una idea, en 2019 se vendieron en nuestra región 18 millones de coche; el año pasado fueron 15 millones.

Para lanzar un mensaje de alarma y buscar soluciones, los máximos responsables de dos de los principales productores de coches aquí en Europa han unido fuerzas en una entrevista conjunta para el medio francés Le Figaro: «Al ritmo actual, el mercado podría reducirse a más de la mitad en una década. Tenemos que empezar de nuevo desde la reivindicación».

Son palabras de Luca de Meo, CEO del Grupo Renault y a la vez una de las voces más autorizadas que más está alertando de la situación que vive Europa, especialmente frente al crecimiento inapelable de las marcas chinas y las dificultades con los aranceles lanzados desde Estados Unidos.

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La otra voz que ha querido expresar su preocupación es John Elkann, CEO de Stellantis: «El mercado automovilístico europeo está en declive desde hace cinco años. Es el único de los grandes mercados mundiales que no ha vuelto a su nivel pre-Covid», advierte en la entrevista.

El mercado europeo ya está recibiendo una nueva hornada de coches pequeños y más asequibles.

Una apuesta clara por los coches pequeños

Las necesidades en Europa están variando con el paso de los años, y eso queda reflejado por las últimas tendencias. La incertidumbre, el elevado precio de los coches nuevos y la necesidad por hacer la transición hacia el coche eléctrico obligan a los dirigentes, políticos y marcas a tomar decisiones importantes.

Europa necesita coches más baratos y accesibles, eléctricos o no, pero sobre todo estos últimos para acelerar la transición hacia una movilidad más sostenible, como insisten desde la Unión Europea.

En nuestra región estamos acostumbrados a ver cómo los SUV se imponen y cómo los coches urbanos más pequeños, que en su día fueron clave para el desarrollo de la movilidad europea, están perdiendo protagonismo.

Y es que muchos de estos han tenido incluso que desaparecer de las líneas de montaje. ¿El motivo? Que para las marcas no son rentables de producir y vender. Por ahí va el mensaje de Luca de Meo y John Elkann.

«Lo que pedimos es una regulación diferenciada para coches pequeños. Hay demasiadas normas diseñadas para coches más grandes y caros, lo que significa que no podemos fabricar coches pequeños en condiciones de rentabilidad aceptables», insisten, poniendo especial énfasis en países como Francia, Italia… y España. Estos deberían liderar la iniciativa, ya que la demanda de este tipo de vehículos es mayor en estas regiones.

De no tomarse medidas en este sentido, las consecuencias pueden ser catastróficas para el sector. Según ambos CEOs, si no se consigue mejorar la rentabilidad de los coches pequeños, miles de trabajos se perderían por el cierre de plantas. «Las normas europeas significan que nuestros coches son cada vez más complejos, cada vez más pesados, cada vez más caros, y la mayoría de la gente simplemente ya no puede permitírselos».

«A este ritmo, si la trayectoria no cambia, tendremos que tomar algunas decisiones dolorosas para nuestra base de producción durante los próximos tres años. Es una cuestión estratégica», advierte Elkann.

Una categoría inspirada en los kei cars japoneses podría ser la clave.

¿La solución? Los "kei cars"

Se lleva hablando mucho de los famosos kei cars y de su posible implantación, a su manera, en Europa. Este concepto de vehículo lo conocemos del mercado japonés y ha sido clave para el desarrollo automovilístico del gigante asiático.

A día de hoy, las regulaciones europeas obligan a los turismos a cumplir con una longitud mínima de 3,5 metros. Por debajo, ya nos metemos en terreno de los cuadriciclos, los cuales tienen muchísimas limitaciones en términos de potencia, velocidad…

El propio Luca de Meo ya dijo hace años que apostar por una categoría inspirada en estos pequeños urbanos japoneses podría ser ampliamente beneficioso: podrían crearse 10.000 puestos de trabajo, se lograría una movilidad más eficiente, más barata, ayudaría a renovar el parque automovilístico envejecido de muchos países, como el nuestro, y serviría de revulsivo contra los nuevos coches eléctricos chinos.

Mientras se espera algún movimiento en este sentido en la Unión Europea, lo cierto es que las marcas están apostando cada vez más por modelos más pequeños y asequibles: Renault Twingo, R4 y R5, Citroën ë-C3, Hyundai Casper, los próximos VW ID.1, ID.2, Skoda Elroq, CUPRA Raval… sentarán las bases de la categoría eléctrica de acceso al mercado, pero se necesita que Europa ponga de su parte para favorecer su producción.

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