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De los rayos catódicos al OLED, así han evolucionado las pantallas de los coches

Desde el Buick Riviera de 1986 que introdujo la primera pantalla táctil, la evolución del hardware y el software, en el ámbito de la tecnología en el coche, ha sido realmente abrumadora. Pero ¿por qué a finales de los años 80 fracasó?

De los rayos catódicos al OLED, así han evolucionado las pantallas de los coches
El interior del Honda e (2020) frente al Buick Riviera (1986).

16 min. lectura

Publicado: 10/06/2020 20:00

A estas alturas cualquiera cree que las pantallas táctiles de nuestros coches son algo moderno, algo reciente. Parece que se nos ha olvidado ya de dónde viene esta tecnología, cómo ha evolucionado y cuándo la industria del automóvil empezó a interesarse por la tecnología. Y si echamos la vista atrás nos daremos cuenta de que, en realidad, hace casi 40 años desde que se instalase la primera pantalla táctil en un coche.

Motor y tecnología: aquellos maravillosos años 80

A principios de los años 80, IBM creó el IBM PC, considerado el ordenador personal de mayor éxito de todos los tiempos. Pocos años más tarde, Apple dio relevo a su exitoso Apple II con el Macintosh, el origen de sus ordenadores personales. Y este contexto histórico en el mundo de la tecnología es el que propició el interés de los particulares por la tecnología, frente a los años anteriores en que había quedado restringida al ámbito profesional.

Los años 80 fueron realmente movidos en el panorama tecnológico y ya aquí el sector del automóvil hizo muestras de interés por la introducción de sistemas tecnológicos 'a bordo'. Mientras que los fuertes movimientos en el segmento de los 'personal computer' se dieron a comienzos de los 80, desde 1981, no sería hasta pasados unos años que veríamos estas y otras tecnologías en los coches: desde 1986.

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El coche fantástico ('Knight Rider') tuvo la culpa

IBM, Apple y otras compañías tecnológicas que estaban empujando ese contexto al que hacíamos referencia son todas ellas de Estados Unidos. Así que, como ya habrás podido adivinar, era en Estados Unidos donde se estaba empujando esa inquietud por la tecnología. Pero ¿en qué momento se lleva este interés al sector del automóvil? Fácil: con 'El Coche Fantástico'.

Efectivamente, una serie estadounidense que se emitió por primera vez en el año 1982 -poco después de este 'pelotazo' de IBM- y con KITT como protagonista. O como coprotagonista de Michael Knight (David Hasselhoff). Un Pontiac Firebird Tans-Am V8 que contaba con un ordenador central con inteligencia artificial autoconsciente, con una elevada inteligencia y capaz de hablar e interactuar como si se tratara de una persona.

Obsesión por KITT y las primeras 'copias' en coches de producción

'El Coche Fantástico' fue un éxito en Estados Unidos y en muchísimos otros países. Se desató una 'fiebre' por KITT digna de estudio y los fabricantes de automóviles vieron la oportunidad de ofrecer a los conductores algo parecido. Fue cuando se empezaron a introducir tecnologías avanzadas en los vehículos y empezando por coches como el Renault 11 Electronic, el Citroën BX Digit y, por supuesto, el Buick Riviera.

Cuadros de instrumentos digitales y la primera pantalla táctil en un coche

Con una tendencia de innovación que arrancó a finales de los años 70, y que le llevo a Renault a conseguir el reconocimiento como Mejor Coche Europeo en el año 1982 con el Renault 9, la marca del rombo se mantuvo introduciendo innovaciones interesantes por algunos años. Una de las más llamativas, la del Renault 11 Electronic con un cuadro de instrumentos digital en un coche 'asequible', para que cualquiera pudiera tener 'su propio KITT'.

En este, en el Renault 11 Electronic, el cuadro de instrumentos con pantalla de cristal líquido integraba el ordenador de a bordo, pero también autodiagnóstico de la mecánica y parámetros del motor, sistema de navegación GPS y controles por voz para el contacto, los faros, el claxon, la radio o los limpiaparabrisas. Y un radar anticolisión.

Este era el interior del Citroën BX Digit, una edición especial lanzada en el año 1985.

El Citroën BX Digitseguía la misma línea, con cuadro de instrumentos digital, aunque algo más sencillo, ordenador de a bordo con nada menos que 15 funciones distintas y un mando satélite para el control de esta tecnología desde el volante. Modelos de corte relativamente asequible y que trataron de llevar la tecnología de KITT a cualquier conductor.

Y finalmente el Buick Riviera, ya en el año 1986, que fue el que introdujo la primera pantalla táctil en un coche. Incorporaba un cuadro de instrumentos digital al de los modelos de Renault y Citroën, por supuesto, pero además este sistema Graphic Control Center con una pantalla de tubo de rayos catódicos -como aquellos televisores 'con culo' que teníamos en el salón'- con una diagonal de 9 pulgadas y ratio 4:3, que era lo que se estilaba entonces. Desde esta pantalla se podían controlar el climatizador, la radio y parámetros de conducción y la mecánica.

El Buick Riviera de 1986 fue el primer coche con pantalla táctil, pero no tuvo gran éxito.

El gran problema de la tecnología en los coches de los años 80 era la 'experiencia de usuario'

Hoy el concepto 'UX, user experience', que en castellano es tan sencillo como 'experiencia de usuario' está más de moda que nunca porque es el que ha conseguido dar forma a la tecnología. Los años 80 fueron un auténtico 'boom' para la tecnología en diferentes ámbitos, pero en concreto en el sector del automóvil fracasó porque no era cómodo para los usuarios. No era fácil de usar, así que no resultaba útil toda esta tecnología.

Desde los años 80 han estado lanzándose modelos de uno y otro segmento, una y otra gama, con cuadros de instrumentos digitales completos o parciales, sistemas de navegación GPS, controles por voz o incluso teléfono integrado con su propia tarjeta SIM. Han sido muchas las tecnologías que se han introducido y muchas de ellas tuvieron escaso éxito por eso, por la experiencia de usuario.

Una cuestión de hardware y de software

Aquella primera pantalla táctil, la del Buick Riviera, era una pantalla de tubo de rayos catódicos. Tanto la tecnología de la pantalla como la del sistema de interacción táctil eran hardware muy primitivo, con una respuesta lenta, torpe y limitada, y una funcionalidad también muy justa. Tanto a nivel de hardware como de software era una tecnología que, como avanzábamos, no prestaba una buena experiencia de usuario.

A lo largo de los años, las pantallas de tubo de rayos catódicos(CRT) han ido cediendo su espacio a tecnologías más avanzadas como el LCD. Y aunque durante algunos años hemos visto pantallas resistivas en los coches, con un pantallas táctiles que había que 'presionar', poco a poco han ido imponiéndose las pantallas táctiles capacitivas -como en los teléfonos inteligentes- que detectan el contacto con una sensibilidad muy superior, prestando una experiencia de uso notablemente mejor.

Del CRT al LCD y del LCD al OLED, las nuevas pantallas de nuestros coches

La tecnología LCD -Liquid Crystal Display- eliminó el 'culo' de las pantallas CRT y con variantes como el IPS ha permitido desarrollar paneles de mejores resoluciones, con más brillo y una representación de colores más amplia. Una tecnología más compacta y muchísimo más capaz que el CRT y que, precisamente por eso, le ha robado el sitio en nuestro salón -con el televisor- o en nuestro despacho -con los monitores de PC- así como también en el coche.

Una pantalla LCD IPS como sistema de info entretenimiento central, con Apple Carplay como software.

El LCD ha dado lugar a cuadros de instrumento baratos, pero modernos y funcionalmente completos con pantallas parecidas a las de una calculadora. En blanco y negro en estos casos, sí, pero con una visualización de información correcta y completa. Y con tecnologías más avanzadas como el IPS LCD que mencionábamos, es como hemos llegado a grandes cuadros de instrumentos modulares con información dinámica y pantallas táctiles de gran diagonal y ratios 16:9 e incluso más panorámicos.

Al tiempo que se ha avanzado en la 'parte hardware', también se ha trabajado en el software. Los teléfonos inteligentes han ido tomando protagonismo y los fabricantes de automóviles han hecho grandes esfuerzos en apostar por la conectividad con el smartphone. Hubo unos cuantos años de grandes fracasos por la enorme fragmentación de software entre marcas de coches. Cada una hacía su propio software, a cada cual más inconsistente.

Aquí, en el terreno del software, Google y Apple han jugado un papel clave. Google es propietaria de Android y Apple lo es de iOS, el sistema operativo de sus iPhone, y entre las dos tienen prácticamente todo el mercado. Hasta que no llegaron y lanzaron Android Auto y Apple CarPlay, los fabricantes no dejaron de apostar por soluciones de software propias y no se resolvieron los principales problemas de experiencia de uso.

Concepto de tecnología para el automóvil de Samsung, con conectividad 5G.

La llegada de los gigantes tecnológicos en el sector del automóvil

En esos años en los que los fabricantes de automóviles hacían su propio software, evidentemente se aliaban con terceros. Pero terceros de 'rango B', no con las primeras marcas que estaban liderando en informática o tecnología de consumo, especialmente sectores como el de los teléfonos inteligentes. De ahí que las interfaces fueran tan frustrantes para el conductor.

Y desde hace solo unos pocos años, cada vez es más habitual que se anuncien alianzas con LG o Samsung, entre otras compañías clave en el sector de la tecnología de consumo, así como esa estrecha relación con Apple y Google. Esto ha propiciado que, igual que se iba mejorando el hardware -como ya comentábamos- el software hiciera lo propio.

Incluso hemos visto alianzas con operadores de telecomunicaciones -como Tesla con Telefónica o Audi con Vodafone- para la conectividad constante de modelos nuevos por 4G, con eSIM, o con fabricantes de semiconductores como Intel o NVIDIA para introducir procesadores más potentes en los sistemas de info entretenimiento.

El paso al OLED es otro salto notable

¿Qué hay del OLED? Siguen siendo pantallas planas, siguen siendo pantallas a color y tienen una respuesta táctil igual de precisa y ágil que la de los paneles LCD IPS, Entonces ¿qué sentido tienen?

El nombre OLED viene de diodo orgánico de emisión de luz. En una pantalla LCD IPS, detrás del panel hay un sistema de retroiluminación que es el que permite que se vean los píxeles, por eso son pantallas más gruesas, con una respuesta más lenta y con problemas en los negros. El panel OLED, sin embargo, tiene píxeles que se iluminan por sí solos; es decir, que las zonas negras son, sencillamente, zonas apagadas de la pantalla.

Este tipo de pantallas son más delgadas y ligeras, representan mejor los negros, permiten mayores niveles de brillo -y esto es importante en el coche- y además tienen un menor consumo energético, que es conveniente con la tendencia hacia el coche eléctrico que existe en estos momentos. Tienen sus pegas como cualquier otra tecnología, por supuesto, pero es otro paso más en la evolución de las pantallas táctiles y, en realidad, de la tecnología de los vehículos en el sentido más amplio. Y es lo que estamos viviendo en estos momentos.

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