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Las marcas chinas y el efecto AliExpress: cómo cambiar la mentalidad de millones de usuarios europeos

China no siempre ha contado con la imagen de modernidad con la que cuenta hoy en día. Los prejuicios hacia el país se hacen evidentes en muchos aspectos. Las marcas chinas quieren cambiar la forma en la que los vemos.

Las marcas chinas y el efecto AliExpress: cómo cambiar la mentalidad de millones de usuarios europeos
Cada vez más marcas se atreven a llegar a Europa, aunque la competencia es muy dura.

6 min. lectura

Publicado: 04/02/2024 10:00

La industria del motor es una industria consolidada y bastante tradicional. Los movimientos se realizan lentamente, pero las marcas tienen que corregir el rumbo rápidamente ante la aparición de nuevos participantes. La llegada masiva del coche eléctrico promete cambiar el statu quo de la industria. Más modelos, más marcas, más rivales. China tiene mucho que ver y decir en ese nuevo rumbo, aunque no lo tienen nada fácil. Los fabricantes chinos tienen que corregir décadas de mala imagen.

Durante mucho tiempo las palabras letra Made In China han estado acompañadas de una connotación negativa. Asociadas a un producto de producción en masa, barato y de poca fiabilidad. Durante mucho tiempo, el país se ha establecido como un fuerte núcleo comercial a escala mundial. Millones de productos fabricados a un ritmo infernal que no siempre cumplen con las expectativas de los clientes. Nos ha pasado a todos. Todos hemos hecho pedidos a China y famosa es la frase acuñada en Internet: «Cuando lo pides en AliExpress, cuando te llega».

MG ha sido una de las compañías chinas que mejor aceptación ha tenido en Europa.

Lavar la imagen de la marca China: Igual que Tesla, pero más barato

Este problema de imagen es uno de los factores que más preocupan a las marcas asiáticas. La industria automovilística china ha evolucionado más en la última década que en todo el siglo anterior. Atrás quedaron esos años en los que sus productos estaban a años de distancia con respecto a los coches europeos. Poca calidad, baja fiabilidad y dudoso gusto. Pocos han sido los que se han atrevido a comprar un coche chino. No había confianza en el producto, hasta ahora. Todo ha cambiado y las marcas europeas tienen mucho por lo que temer.

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En los oídos de cada vez más conductores europeos suenan marcas como BYD, MG, NIO o XPeng. Firmas con base china que durante años han estado condenadas al éxito local. El coche eléctrico ha abierto la puerta a la exportación. China ya es el mayor exportador de coches del mundo, arrebatando esa condición a Japón. Cada vez más marcas se atreven a cruzar las fronteras y a introducirse en el que todo el mundo considera como el mercado más exigente y competitivo del mundo, Europa. Su desembarco está siendo muy discreto, pero todo corresponde a una labor de cambio de imagen que puede poner patas arriba el panorama general.

Por el momento las marcas chinas se lo toman con calma. Es un proceso de años.

En España, MG se ha consolidado como una de las marcas más populares gracias a productos tan interesantes como el ZS y el HS. El MG4, su primer eléctrico también ha llamado la atención de muchos compradores, aunque hay regiones en las que todavía tienen muy difícil penetrar. El precio es su gran valor, pero no todos están decididos a dar ese salto. Muchos conductores prefieren la seguridad de las marcas europeas o de Tesla, la compañía que más ha hecho por cambiar la mentalidad de los conductores. Es el espejo en el que se miran todos, incluidos los chinos.

Oliver Hein, director de BYD en Europa, lo tiene muy claro: «Uno de los temas más importantes para BYD es que no resulta familiar para los clientes europeos». Para cambiar ese objetivo la marca está invirtiendo grandes cantidades de dinero en marketing. La compañía china se ha convertido en el principal patrocinador de la Eurocopa de 2024 que se disputará en Alemania. Sólo en China, Build Your Dreams ha cerrado el 2023 como el principal fabricante del mundo de vehículos enchufables, casi superando las cifras de Tesla.

China tiene el poder y el potencial para revertir la imagen que por ahora acompaña a muchas marcas y productos. Con dinero todo es posible y las marcas chinas no tienen problemas de capital. Europa teme un cambio de enfoque en la mentalidad de los conductores europeos. La compra masiva de coches eléctricos chinos podría poner en jaque a una de las industrias principales de la región, con millones de puestos de trabajo dependientes. Algunos países como Francia ya están levantando muros fiscales para penalizar las matriculaciones y Europa ha iniciado una investigación por posibles prácticas desleales.

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