IndyCarScott McLaughlin reina en la batalla estratégica de Barber; Álex Palou más cerca del liderato

La temporada parecía empezar de lujo para Scott McLaughlin, tercero en St. Petersburg y segundo en la prueba no puntuable de Thermal. Todo se torció en apenas una semana, con el abandono de Long Beach y su descalificación de St. Pete, que le dejaba en el 29º y último lugar de la general. Aunque las críticas han llovido más en la dirección de Josef Newgarden, el neozelandés quería dar un golpe sobre la mesa, y lo ha hecho reeditando victoria en el Gran Premio de Alabama desde la pole. La consecución de ese triunfo, no obstante, estuvo muy lejos de ser sencilla, en un día con cuatro cautions y variedad estratégica donde Álex Palou coqueteó con la victoria.

La prueba tuvo un inicio desquiciado, desde un triple toque en la parte trasera entre Jack Harvey, Sting Ray Robb y el debutante Luca Ghiotto, hasta el trompo de Pato O'Ward desde el cuarto lugar. El mexicano tuvo un día completamente aciago, que desembocó en una colisión con Pietro Fittipaldi que dejó al brasileño fuera de combate y causó el primer 'caution'. En este punto, Palou había conseguido avanzar cuatro posiciones hasta el sexto lugar, una menos que un Scott Dixon que se colocaba octavo. Tras la resalida, aprovechó sus blandos para ganar dos más a costa de Marcus Armstrong y Felix Rosenqvist.

Will Power seguía a escasa distancia al líder McLaughlin, pero en la vuelta 23 el australiano se pasó de frenada en la curva 5 y se fue por la escapatoria, perdiendo la segunda plaza con Christian Lundgaard. Cinco vueltas antes, le había pasado lo mismo a Dixon, en su caso con más puestos perdidos y 'asistido' por una defensa hostil de Graham Rahal. Durante este periodo, Lundgaard, Power y McLaughlin pararon antes de la vuelta 30. Esto les obligaba casi con toda probabilidad a ir a tres paradas, al igual que aquellos que habían parado en la amarilla tras empezar atrás, liderados por un Santino Ferrucci que ya bordeaba el top 10 con Linus Lundqvist cerca.

Sin el ritmo de los tres primeros que iban a la estrategia ofensiva, Palou caía a 23 segundos del liderato, tras montar otro juego de blandos. Su estrategia se vio totalmente comprometida por una amarilla en la vuelta 45, cuando Alexander Rossi perdió una rueda mal ajustada al poco de completar una temprana segunda parada. Esto complicaba notablemente las opciones de los líderes, ya que era demasiado pronto para una segunda parada y demasiado tarde como para que hacerla con bandera verde fuese conveniente. McLaughlin, Lundgaard y Power, entre otros, aprovecharon la diatriba para su segunda parada, saliendo el danés detrás de los dos Penske y dejando a Palou al frente de la prueba.

Ferrucci rodaba en este momento cuarto, tras Rosenqvist y Armstrong, con la opción de ir más largo que los pilotos de delante mientras Rinus VeeKay y Lundqvist, en la misma estrategia, iban séptimo y décimo durante las vueltas posteriores. En este punto de la carrera, se produjo la anecdótica caída al asfalto de 'Georgina', un maniquí colgado del puente situado en la frenada de la curva 6, una de las muchas y estrambóticas esculturas que el fundador del circuito George W. Barber tiene distribuidas en el trazado. La muñeca cayó en el borde de la pista, lo suficiente para que un coche llegase a chocar con ella ligeramente antes de que pudiera ser retirada.

El accidente de Sting Ray Robb, atribuido a un fallo en la dirección, en la vuelta 55 dinamitó la apuesta de su compañero y del propio Palou, que tenía que ejecutar ya su segunda parada y hacer un largo stint final ahorrando gasolina con neumático duro. A su vez, jugó a favor de aquellos que habían parado en la amarilla anterior. VeeKay erró en este punto al meterse en pits, saliéndose de la estrategia alternativa con la que Ferrucci y Lundqvist lideraban la prueba, pero ahora con McLaughlin, Power y Lundgaard detrás con la opción de ir 10 vueltas más largo que ellos. A un ritmo de dos segundos por vuelta, los dos Penske lograron abrir el suficiente hueco antes de parar en la vuelta 76 para salir cómodamente por delante de Palou.

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Ferrucci sufrió con el tráfico tras su detención y cayó fuera del top 10 tras su parada, pero Lundqvist la alargó lo suficiente para salir sexto por delante de Lundgaard, con neumáticos más frescos. El novato sueco no tardó en dar cuenta de Armstrong, Rosenqvist y, finalmente, Palou para alcanzar posiciones de podio. Una tardía bandera amarilla por un trompo de Christian Rasmussen y una resalida final de dos vueltas no cambió el orden de los tres primeros puestos, donde McLaughlin perseveró para llevarse el quinto triunfo de su carrera ante un Power que tuvo que contener una ofensiva final de Lundqvist, que celebró su primer podio tras haber salido en 19ª posición, en su sexta carrera en IndyCar.

Palou no pudo aguantar detrás a Rosenqvist en la resalida final y hubo de conformarse con la quinta posición, habiendo liderado 12 vueltas. Sin embargo, el 15º puesto final de Dixon, al que adelantar su última parada no le sirvió de mucho, hace que el español se acerque a apenas tres puntos del liderato. La primera posición, eso sí, pasa a estar ocupada por Colton Herta, que se repuso de un temprano toque con Ferrucci para remontar del 17º puesto al octavo. Su ventaja es de tan solo un punto con Power, dándose la casuística de que ninguno de los tres primeros ha ganado en las tres primeras carreras.

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Ferrucci logró salvaguardar una séptima posición, el mejor resultado de Foyt en circuito en más de tres años, mientras Armstrong caía finalmente al noveno lugar. Bastante peor llevó el día el cuestionado Newgarden, implicado en varios toques activos o pasivos durante la carrera hasta acabar en 16ª posición, o un O'Ward que remató la faena llevándose puesto a su compañero Théo Pourchaire en la última vuelta. Los adelantamientos, las peleas con toque y la tensión estuvo más presente que nunca en una carrera llena de intensidad. En dos semanas, se abre el telón de Indianápolis.

Fotos: IndyCar Media