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Jaguar Land Rover también llamará a revisión a miles de coches por consumo excesivo

Más problemas para Jaguar Land Rover. La agencia de homologación británica ha detectado una desviación entre el consumo homologado de varios modelos y el que deberían tener ¡en condiciones de prueba! Será necesaria una actualización de centralita para bajar el consumo y emisiones de CO2.

6 min. lectura

Publicado: 14/03/2019 21:00

Motor del Jaguar F-Pace 20d AWD R-Sport

Jaguar Land Roverse está desangrando a nivel financiero por varios problemas: caída de ventas en China, clientes europeos huyendo de los diésel, la incertidumbre del "Brexit", enormes pérdidas (4.000 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2018), etc. Llega otra mala noticia para los gestores de ambas marcas.

Para poder comercializar vehículos en la Unión Europea hay que pasar una serie de pruebas y homologarlos siguiendo unas normas y procedimientos. Hasta la llegada del ciclo WLTP (1 de septiembre de 2018) estaba en vigor el ciclo NEDC, nada realista a estas alturas, y que ofrece datos de consumo y emisiones demasiado optimistas.

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A veces ocurre que un fabricante ofrece al regulador unos datos que son optimistas también respecto al propio test, con lo que el consumidor se ve aún más sorprendido de lo "mucho" que gasta su coche respecto a lo que pone en ficha. Es lo que le acaba de pasar a Jaguar Land Rover.

Los modelos homologados bajo ciclo WLTP no están afectados

La Vehicle Certification Agency (VCA) del Reino Unido, la encargada de homologar los vehículos del fabricando angloindio, ha detectado desviaciones entre los datos del test NEDC suministrados por JLR respecto a lo que debería haber salido. El regulador contactó con el fabricante para ver qué había pasado.

Esto tiene dos consecuencias:

  1. El consumo homologado es inferior al que debería haberse publicitado
  2. Las emisiones de CO2 también, deberían ser más altas, lo cual tiene implicaciones a efectos de impuestos

En el caso concreto del Reino Unido, los vehículos pagan el impuesto de matriculación y el de circulación (vehicle excise duty) en función de sus emisiones de CO2, cuanto más altas son, más tienen que pagar cada año. Si los vehículos de JLR tienen sus CO2 por debajo de lo que deberían, significa que el tesoro público ha perdido dinero.

La Driver and Vehicle Standards Agency (DVSA) forzará a Jaguar Land Rover a hacer una llamada a revisión, en la que el fabricante tendrá que solucionar ese consumo excesivo y por tanto las emisiones de CO2. La llamada a revisión será voluntaria para los propietarios, pero si los coches pasan de nuevo por un compraventa o concesionario, deberán venderse con la actualización de centralita hecha por narices.

El fabricante ya ha comunicado que procurará que se note el mínimo posible, aunque algo se notará. Si no aumentan otros contaminantes (NOx, PM...) una de las soluciones más fáciles al problema es recortar las prestaciones. La mayoría de los modelos afectados son diésel fabricados entre 2014 y 2018, y también hay unos cuantos gasolina.

Los modelos afectados son Jaguar XE, XF, E-Pace y F-Pace, así como Land Rover Discovery Sport, Range Rover Evoque, Range Rover Velar y Range Rover Sport.

No se sabe en qué consistirá la actualización de centralita, ni qué efectos secundarios va a tener. La solución de JLR al problema deberá ser aprobada por la VCA en cualquier caso. Solo en el Reino Unido hay más de 44.000 unidades afectadas, de acuerdo a los datos de la DVSA.

Tampoco se sabe si la desviación ha sido fruto de un error de procedimiento o si ha sido intencionado. Ofreciendo consumos y emisiones de CO2 más bajos de los normales los vehículos parecen más atractivos, aunque luego el cliente nota un salto mayor entre lo que debería gastar y lo que gasta. La relación entre consumo y CO2 es lineal, tanto sube una cosa, tanto sube la otra.

Los Mitsubishi eK Custon y eK Space Custom anunciaron en Japón consumos menores a los que deberían haber salido por sobreinflar los neumáticos en las pruebas

La historia nos suena...

Ojo, no estamos hablando de emisiones contaminantes excesivas, sino de emisiones de carbono, las que aumentan el calentamiento global pero no son tóxicas. No es por tanto otro episodio del Dieselgate. Sí es un episodio extra de errores de homologación que afectan a clientes y administraciones que recaudan impuestos.

Ha pasado en Estados Unidos. Por ejemplo, Ford y Hyundai tuvieron que pagar multas gordas y compensaciones a los clientes por el consumo extra de sus coches. Ha pasado en Japón, Mitsubishi protagonizó un escándalo de manipulación de datos que duró 25 años, y la caída de valor de la empresa hizo que Nissan agarrase el 34% de las acciones para controlarla.

En todas partes cuecen habas, visto lo visto

También le pasó a Volkswagen, que en medio del Diéselgate se supo que algunas homologaciones de CO2 estaban mal hechas y se actualizaron los valores sin realizar una llamada a revisión. Primero dijeron casi 800.000 vehículos y al final no llegaron ni a 40.000.

No siempre ocurrió todo esto de mala fe, que quede dicho, pero la sospecha está ahí. Solo son unos ejemplos, pero le ha pasado a unos cuantos fabricantes más.

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