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Los problemas de Tesla siguen ahí, pero Elon Musk está desaparecido

Elon Musk no puede estar a todo, y Tesla está sometida a una enorme presión aunque el sector del automóvil tenga problemas mucho más gordos. El destino de la automovilística está ligado, de momento, a Twitter, al menos en el plano económico y mediático.

Los problemas de Tesla siguen ahí, pero Elon Musk está desaparecido
Primeras entregas de camiones Semi para PepsiCo - Tesla

6 min. lectura

Publicado: 08/12/2022 23:00

Al igual que las empresas más cotizadas en Estados Unidos, Tesla ha ido viendo cómo los inversores han ido huyendo de sus acciones para hacer caja o ante la perspectiva negativa que hay en la economía mundial. En lo que va de año, TSLA ha perdido más de la mitad de su valor, de 400 a 170 dólares por título.

Eso implica necesariamente que Tesla ha perdido más de la mitad de su capitalización, que fue noticia al superar el billón de dólares, y ahora está en unos 540.000-550.000 millones. Sigue siendo más del doble de lo que vale Toyota, por buscar una referencia rápida, o más de 10 veces lo que valen Ford o General Motors.

El desplome de Tesla va muy parejo al de otro coloso, Amazon, por lo que no podemos achacar el desinfle exclusivamente a la compañía automovilística, sino al mercado en sí. Otras automovilísticas han perdido mucho más terreno a nivel relativo. Elon Musk justificó el contexto por la situación energética en Europa, el sector inmobiliario en China, y el aumento de los tipos de interés de la FED estadounidense.

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Y aunque las explicaciones del consejero delegado de Tesla son bastante razonables y no hay economista que las pueda negar, hay otros problemas que se están acumulando y el sudafricano está demasiado ocupado con su nuevo proyecto: Twitter. Duerme y vive en la sede de San Francisco. Y corre el riesgo de que el destino de Twitter arrastre a Tesla de algún modo.

La gigafábrica de Berlín tiene problemas para alcanzar sus objetivos, y en parte es porque no está reteniendo talento ni incorporando todo el que necesita. En Austin (Texas, EEUU), tampoco se están cumpliendo los plazos y se ha mandado a un supervisor chino, Tom Zhu, a meter en vereda a los tejanos.

Por otro lado, China está atravesando un momento delicado en cuanto a confinamientos por COVID, protestas sociales y una demanda del mercado que se está enfriando bastante. Pese a todo, Tesla mantiene más del 10% de la cuota en China y produjo en noviembre más de 100.000 unidades, de las que casi el 38% se destinó a la exportación. Es un récord en lo que va de año.

Por otro lado, por fin han empezado las entregas de los tractocamiones Semi de Clase 8 americana (equivale a camiones de máximo tonelaje en Europa), que aunque llega cinco años después de su presentación y tres años tarde, supera a todos sus competidores en autonomía y eficiencia. Tesla ha entrado en otro mercado importante, el tailandés.

Según Bloomberg, la fábrica de Shanghái está aflojando el pistón ante la reducción de demanda, acortando los turnos de producción, recortando contrataciones y previendo una disminución de volumen del 20%. Tesla negó dicha información, sin dar más explicaciones.

No solo eso, ya se puede disfrutar de Tesla FSD por parte de los clientes de Estados Unidos y Canadá, al menos todos los que lo han pagado al contado o por suscripción, aunque ese logro se ha visto empañado por una recogida de cable a nivel tecnológico. Resulta que Tesla va a tener que volver a equipar radares frontales para sus asistentes de conducción, cuando empezó a retirarlos en primavera de 2021, aunque se trata de otro modelo de menores prestaciones.

Basta con echar un vistazo a la última actividad de Elon Musk en su nueva red social para constatar qué temas le tienen más ocupado: Twitter y más Twitter. Por mucho que pueda delegar hasta el infinito y más allá, los accionistas presionan a Musk para que se ocupe de Tesla y de lo suyo. El propio Musk ha dejado de ser el más rico del mundo por la caída de Tesla.

Es más, los problemas con Twitter pueden hacer que Musk siga vendiendo acciones en grandes volúmenes, aunque su efecto se conoce posteriormente al publicarlo la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de Estados Unidos como parte de su rutina. De momento, Twitter es una ruina, pero eso no es culpa de Musk, la empresa ya estaba fundiendo pasta a nivel de crematorio.

Elon Musk ha comprometido en Twitter una gran parte de su fortuna, más de 44.000 millones de dólares

Elon Musk tiene un problema, tiene que dormir. No puede estar 24 horas al día ocupándose de Tesla, Twitter, SpaceX, etc. Hasta se permite el lujo de participar en entrevistas y podcasts, y aunque no salga de la sede de Twitter, los problemas de Tesla se acumulan y mucha gente percibe que no hay nadie a los mandos, cuando en Tesla se sigue trabajando a diario.

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