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Nos obsesiona la autonomía de los coches eléctricos, y eso está empezando a generar un serio problema

El aumento del tamaño de las baterías y la mejora en la autonomía de los coches eléctricos están desencadenando una tendencia preocupante conocida como «EV Battery Bloat» (algo así como la burbuja de las baterías de vehículos eléctricos).

Nos obsesiona la autonomía de los coches eléctricos, y eso está empezando a generar un serio problema
La autonomía se ha convertido en una obsesión para los usuarios de vehículos eléctricos. - Pixabay

8 min. lectura

Publicado: 03/08/2023 12:30

Este fenómeno ha sido puesto en evidencia recientemente por General Motors con su camioneta eléctrica Chevrolet Silverado, que tiene una autonomía de más de 700 kilómetros y pesa más de 3,6 toneladas.

Aunque esto ha sido aclamado como un avance en el rendimiento de los vehículos eléctricos, también refleja un problema potencial: el aumento constante en la autonomía promedio de los vehículos eléctricos.

La batería de 200 kWh de la Chevrolet Silverado tiene un coste directo de entre 25.000 y 27.000 dólares

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Entre 2018 y 2022, la autonomía promedio de los vehículos eléctricos de batería pasó de 230 kilómetros a 337 km a nivel mundial. En los Estados Unidos, estas cifras son aún mayores debido a la combinación de vehículos más grandes, mayores distancias de recorrido y el dominio de Tesla, que ofrece modelos con mayor autonomía.

Para lograr estas mejoras, el tamaño promedio de los paquetes de baterías de iones de litio aumentó un 10 % anual durante el mismo período, pasando de 40 a 60 kWh.

Y esta tendencia no muestra signos de detenerse, ya que la próxima ola de vehículos eléctricos continuará inflando la autonomía promedio, y las baterías de más de 100 kWh se están convirtiendo rápidamente en la norma en los vehículos más grandes.

Las baterías más grandes ponen el riesgo el suministro

Este aumento tiene sentido desde la perspectiva de los fabricantes de automóviles, ya que los consumidores en la mayoría de los segmentos expresan su deseo de contar con mayor autonomía para combatir la temida Range Anxiety.

Sin embargo, si esta tendencia continúa sin control, podría generar dificultades en la cadena de suministro de baterías, que sufriría para mantenerse al día.

El informe reciente «Electric Vehicle Outlook» de BloombergNEF ha analizado qué sucedería con la demanda de baterías bajo diferentes escenarios de autonomía de los vehículos eléctricos.

Cuanto más aumenta el tamaño de las baterías, mayor es la demanda de materias primas.

En el caso base, la autonomía promedio se estabilizaría en los próximos años entre 400 y 500 km, dependiendo del segmento. Los automóviles pequeños para la ciudad en mercados como China, Japón e India tendrían una autonomía mucho menor.

En el escenario de crecimiento, la autonomía de los vehículos eléctricos en cada segmento continuaría aumentando en un 5 % anual hasta 2030, lo que es más lento que en los últimos años, pero aún representa un aumento significativo.

En el escenario de declive, la autonomía promedio disminuiría un 2 % anual a partir de 2025 a medida que la infraestructura de carga pública mejore y el mercado de vehículos eléctricos se vuelva más competitivo en precio.

Para llegar a estas conclusiones, se examinaron las tendencias históricas por modelo, segmento y país en los principales mercados automovilísticos de Estados Unidos, China y Europa.

En todos los escenarios, el tamaño promedio de la batería necesario para brindar una determinada autonomía disminuiría ligeramente debido a las mejoras en la densidad de las baterías y la mayor eficiencia general de los vehículos.

Los resultados son contundentes. La demanda de baterías en 2030 sería casi un 50 % mayor en el escenario de crecimiento en comparación con el caso base, y un 70 % mayor que en el escenario de declive.

Esto se traduciría directamente en una mayor demanda de materiales como el litio, cuyo consumo ya está previsto que aumente considerablemente en los próximos años. En el caso del cobalto, su impacto es menos significativo debido a que su uso está siendo desplazado por baterías LFP y otras formulaciones que utilizan cantidades menores de este metal.

El escenario de mayor aumento en la autonomía llevaría al mercado de litio a una clara situación de déficit para el año 2030, lo que podría generar un dramático aumento en los precios, similar a lo que sucedió en 2021 y 2022. Además, el suministro de níquel también enfrentaría grandes desafíos bajo este escenario de mayor autonomía.

Posibles medidas para invertir la tendencia

Entonces, ¿qué pueden hacer los responsables políticos para abordar este problema? Quizá enfocar los incentivos de compra en vehículos más pequeños y económicos. Pero, sobre todo, apoyar grandes inversiones en infraestructura de carga pública.

La mejor manera de convencer a los consumidores de que no necesitan una autonomía excesiva y baterías gigantes es mostrarles que hay opciones de carga pública abundantes, fiables y convenientes.

La tendencia de los consumidores a comprar más autonomía de la que realmente necesitan es altamente ineficiente en comparación con una infraestructura de carga bien desarrollada.

Una infraestructura de recarga fiable y extensa es clave para acabar con la obsesión por la autonomía.

En cualquier caso, aunque las administraciones no tomen medidas, es muy probable que la economía lo haga por sí misma. No en vano, la batería supone la mayor parte del coste de un vehículo eléctrico. Y cuanto más grande es, más cara resulta.

Según los datos de precios de baterías más recientes en poder de Bloomberg NEF, la batería de 200 kWh de la Chevrolet Silverado tiene un coste directo de entre 25.000 y 27.000 dólares para General Motors.

Por todo ello, resulta complicado vislumbrar un escenario en el que los fabricantes de automóviles sean capaces de obtener márgenes competitivos en vehículos de este tipo con los precios de las baterías que se esperan para los próximos tres a cinco años. Y si los fabricantes no pueden obtener beneficios, no impulsarán un volumen real de producción.

Existen posibilidades de innovaciones, como las baterías de estado sólido o de iones de sodio, que podrían ayudar a aliviar estos problemas. Sin embargo, si la autonomía continúa aumentando indefinidamente, la producción y el crecimiento correrán serio riesgo de estancarse.

Fotos: Pixabay

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