La eficiencia del coche eléctrico es apabullante. Pero, ¿es eso suficiente para liderar la movilidad del futuro?
Los coches eléctricos de baterías son los más eficientes en el uso de energía, pero su éxito no depende sólo...
Según el tamaño, el peso o tipo de vehículo, entre otros, éste tendrá una mayor o menor autonomía. Un aspecto importante en cualquier coche y, especialmente, en los eléctricos.
La autonomía de un coche es básicamente la distancia máxima que puede llegar a circular un vehículo sin necesidad de parar a repostar, es decir, hasta que tengamos que rellenar el combustible otra vez. En caso de vehículos eléctricos sería la distancia que nos queda para volver a cargar la batería.
La capacidad de autonomía se mide en kilómetros, por lo que si la capacidad es mayor, el coche dispondrá de más autonomía. Es importante calcular bien la autonomía de nuestro vehículo en función de su consumo, ya que no siempre podemos parar a repostar.
Los coches eléctricos cada vez van teniendo más autonomía pero no tanta como los coches de combustible, ya sean diésel, gasolina o híbrido. Poco a poco se va mejorando las prestaciones de los coches eléctricos y la duración de las baterías para poder ofrecernos una mayor autonomía.
La autonomía de un coche se mide en kilómetros, pero para calcular la autonomía exacta necesitamos hacer la siguiente fórmula: litros consumidos dividido entre kilómetros recorridos, una vez tengamos el cálculo lo multiplicaríamos por cien. Esto es para saber cuánto va a consumir nuestro coche a los cien kilómetros.
Cabe destacar que los coches consumen más en zonas urbanas ya que hay muchos cambios de marchas, badenes, semáforos y son trayectos cortos. Todos estos factores aumentan el consumo del vehículo. Sin embrago, en viajes largos la autonomía es mucho mayor.
Para medir la autonomía de los coches eléctricos utilizamos la misma fórmula, es decir, dividimos la capacidad que tiene la batería entre el consumo medio. Es cierto que medir la autonomía de un coche eléctrico es algo complejo ya que hay muchos factores que influyen como el calor, el peso o las prestaciones, entre otros.
Sin embargo, los coches híbridos dependiendo del tipo que sean (48V, híbrido eléctrico o híbrido enchufable) la autonomía puede ser mayor. Los vehículos híbridos eléctricos al recargarse con el funcionamiento, nos permiten tener una mayor autonomía.
No hay una cifra exacta, pero se pueden recorrer entre 50 y 100 kilómetros, no obstante va a depender de muchos factores. Si se enciende el piloto de reserva debemos parar a rellenar el combustible lo antes posible para evitar posibles averías en otros componentes del vehículo y evitar posibles accidentes.
La autonomía de un coche gasolina o diésel una vez que se enciende la reserva depende de cómo esté diseñado el depósito de combustible del vehículo, pero también depende del consumo medio de carburante de nuestro coche y del uso que hagamos mientras esté en reserva. Es decir, que no nos va a durar lo mismo si vamos por ciudad, por ejemplo, que si circulamos por la autopista.
No es recomendable abusar de circular en reserva porque puede haber depósitos de sedimentos en el depósito que, al usar en exceso la reserva de combustible, lleguen al sistema de inyección de gasolina y lo deterioren produciendo averías caras de reparar. Además, si nos quedamos tirados en la carretera nos pueden poner una multa.
En los coches eléctricos, la autonomía depende de varios factores. Uno de ellos es la capacidad de almacenamiento energético de su batería, por supuesto, que se mide en kWh. Pero también lo es su peso, que implicará un mayor esfuerzo para el motor eléctrico y por tanto jugará en pro, o en contra, del consumo de electricidad del coche para desplazarse. La diferencia de consumo entre unos coches eléctricos y otros es realmente destacable por factores como este anterior.
Además, en los coches eléctricos juega un papel crítico la aerodinámica. Los fabricantes trabajan de una forma cada vez más intensa para reducir el coeficiente aerodinámico de sus coches eléctricos, de tal modo que su carrocería oponga una menor resistencia al paso del viento y de este modo se pueda también reducir el consumo energético por el movimiento.
Se tiene la falsa creencia de que solo importa la capacidad de la batería, pero en un coche eléctrico la eficiencia energética es un aspecto crítico. Es decir, que la aerodinámica o el peso, así como la gestión energética de la centralita o del propio motor eléctrico también condicionan enormemente la autonomía final del vehículo. Y es algo a lo que cada vez se le dedican más recursos con el foco puesto en optimizar cómo funciona un coche eléctrico como sistema completo, y no sus componentes de manera independiente.
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