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Porsche y Audi, inmersas en una lucha interna por los últimos problemas de los motores diésel

No es oro todo lo que reluce en Porsche y Audi. Las dos marcas alemanas firman acuerdos de cooperación para impulsar la electrificación de sus modelos con una base mecánica común, pero son acuerdos de cara a la galería. Por dentro, las relaciones entre los dirigentes de las dos grandes firmas están echando humo desde que se conoció el último problema con el motor diésel que monta el Cayenne.

4 min. lectura

Publicado: 10/07/2018 12:00

La segunda generación del Porsche Cayenne, el modelo afectado por los últimos fallos en los motores diésel

De cara a la galería todo son rosas y bonitas sonrisas entre los firmantes de numerosos acuerdos, como el de una estrecha cooperación para abaratar costes en el desarrollo de tecnologías de baterías y motores eléctricos para una nueva generación de modelos completamente eléctricos entre las dos grandes marcas del grupo Volkswagen.

Pero, por dentro, las cosas son muy diferentes. Como en muchas ocasiones de la vida cotidiana, las chispas están a flor de piel encendiéndose con el menor de los motivos, y es lo que pasa entre Oliver Blume y Rupert Stadler, máximos responsables de Porsche y Audi, respectivamente, aunque el segundo se mantenga todavía detenido por el escándalo de las emisiones.

El motivo por el que los máximos mandatarios se encuentran "enemistados" -por así decirlo- tiene mucho que ver con el impago de una factura por un importe total de 200 millones de euros emitida desde la marca de deportivos a la de los cuatro aros y con un concepto muy claro: el coste por las 22.000 unidades del Cayenne de segunda generación que tuvieron que ser retiradas del mercado por la manipulación deliberada en los motores diésel equipados en este modelo, haciendo constar a Stadler que esta cantidad podía aumentar a medida que se conocieran más casos.

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El motor diésel de seis cilindros en V y 3.0 litros TDI es el principal afectado en el caso del Porsche Cayenne II

Debes saber que, a pesar de que Porsche se encuentra integrada en el grupo Volkswagen, como también Audi, ninguno de los fabricantes toma motores de uno y otro a "libre albedrío", sino que se pagan. SEAT y Skoda pagan a la marca con sede en Wolfsburgo por los motores que toman de esta y las demás hacen igual, por lo que, desde que en 2017 se enviara la factura, Audi no ha pagado ni un sólo euro a los de Stuttgart y Zuffenhausen, una cifra muy alta comparada con los 50 euros que los de Ingolstadt han aceptado pagar por cada unidad que ha de ser reparada.

Eso supone 1,1 millones de euros, una importante diferencia con lo que demanda Porsche. Pero esta se basa en que ha pagado "religiosamente" todos los motores diésel que ha ido cogiendo de Audi, a lo que se suma algo que está más que claro en este caso, y es que los de la marca deportiva no son responsables directos porque no han desarrollado el motor afectado en cuestión, una batalla que podría solucionarse en los tribunales y otra más a la espalda de Stadler.

Al mismo tiempo, Audi ya ha comunicado al Ministerio de Transportes alemán (KBA) que ha concluido los el análisis interno de los actuales motores diésel V6 y V8, destacando que los resultados no han arrojado fallo alguno sobre los bloques más modernos, pero la institución germana avisa que ha emitido siete avisos de actualizaciones de software que obliga a revisar unas 240.000 unidades en todo el mundo; en el mejor de los casos, porque poniéndonos en el peor, esta cifra puede aumentarse hasta unos 370.000 vehículos.

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