Prohibir el coche diésel será la perdición de los españoles, Europa camina hacia el colapso
El auge del vehículo electrificado, tanto híbrido como eléctrico, no ha desplazado al diésel. Con aproximadamente 20 millones de coches diésel circulando por las carreteras de España, la prohibición de estos automóviles supondrá la perdición de los españoles. Europa, con su objetivo del 2035, camina hacia el colapso.

El coche diésel está en el punto de mira de Europa. Las autoridades de la Comisión Europea se han propuesto que los automóviles con motorización diésel desaparezcan cuanto antes de los concesionarios. Y aunque de momento no se atreven a prohibirlo oficialmente, lo cierto es que han encontrado una manera de darle la estocada definitiva lo antes posible, lo cual es una muy mala noticia para los conductores españoles.
A pesar del empuje del vehículo electrificado, tanto híbrido como 100% eléctrico, en estos últimos años, no ha sido capaz de imponerse al diésel en el parque automovilístico español. Y basta con echar un rápido vistazo a los datos para descubrir cuál es el peso real del coche diésel en las carreteras españolas. La sorpresa es mayúscula si tenemos en cuenta los numerosos ataques que recibe el automóvil diésel.

El 60% de los coches que circulan por España son diésel
Un informe elaborado por la tecnológica Solera pone de manifiesto el peso real que tiene el coche híbrido y/o eléctrico en el parque automovilístico español. Si bien en los últimos años las ventas de automóviles electrificados han sufrido un notable impulso, a día de hoy siguen representando una parte pequeña de todos los coches que hay en circulación. Todo lo contrario a lo que ocurre con el coche diésel.
Es innegable que las ventas de coches diésel en España se han hundido. Entre enero y octubre de 2025 las matriculaciones de coches nuevos con motor diésel alcanzaron las 52.803 unidades, un 36,06% menos que en los diez primeros meses de 2024. El coche diésel ostenta una cuota de mercado del 5,55%. Está por detrás del coche híbrido autorrecargable (MHEV y HEV), del híbrido enchufable (PHEV) y del eléctrico.
La tendencia está clara pero la realidad que viven millones de familias es bien distinta. España no se ha olvidado del coche diésel. 6 de cada 10 coches que circulan por las carreteras españolas tienen motor diésel. Aproximadamente el 60% del parque automovilístico español, que ronda los 30 millones de coches, cuentan con este tipo de motorización. Y es lógico si tenemos en cuenta que hace no muchos años el coche diésel era la primera opción de compra para una parte importantísima de la ciudadanía.

Que más de la mitad de los coches que hay en España sigan siendo diésel tiene que ver, y mucho, con el envejecimiento del parque. Cerca de la mitad de los automóviles españoles supera los 15 años de antigüedad. Es otro de los grandes debates que están sobre la mesa de este proceso de cambio a la movilidad electrificada en el que Europa nos ha embarcado obligatoriamente.
Europa camina hacia el colapso con la prohibición del coche térmico en 2035
Partiendo de la base de este complicado escenario en el que el parque automovilístico sigue envejeciendo y que millones de conductores no están dispuestos a retirar de la circulación su viejo coche diésel, nos encontramos ante una situación realmente complicada. Y es que todo indica que Europa se mantendrá firme en sus posiciones al respecto de la prohibición de los coches térmicos en 2035.
Si nadie o nada lo remedia, a partir de dicho año entrará en vigor la prohibición de la venta de coches nuevos con motor de gasolina o diésel. La estocada definitiva para el automóvil térmico. Si bien desde grandes compañías como Repsol se duda de que esta prohibición llegue a materializarse, los principales fabricantes de la industria europea del automóvil ya alertan que Europa se dirige hacia el colapso.

No solo se trata de prohibir la venta de coches nuevos, si la mayor parte de los españoles sigue conduciendo a diario un coche diésel es debido, entre otras muchas cosas, a que se trata de la solución de movilidad que mejor cubre sus necesidades. Por lo tanto, un hipotético futuro escenario en el que ya no sea posible comprar coches nuevos con motor diésel y en el que otras normativas y regulaciones hagan imposible seguir manteniendo estos automóviles, los conductores españoles verán peligrar su libertad de movilidad.
