La Unión Europea vuelve a discutir el adiós a la combustión y el calendario eléctrico queda en duda

La Unión Europea se plantea mover a 2040 el fin a la venta de coches nuevos de combustión, un cambio que llega tras la presión de la industria y las dudas sobre si el ritmo del coche eléctrico es sostenible.

La Unión Europea vuelve a discutir el adiós a la combustión y el calendario eléctrico queda en duda
Dudas en la Unión Europea

7 min. lectura

Publicado: 09/12/2025 13:30

El punto de partida es sencillo de entender: la Unión Europea tenía fijado 2035 como el año en el que, en teoría, todos los coches nuevos vendidos debían ser de cero emisiones. Eso dejaba fuera a los motores de combustión tradicionales, aunque fueran muy eficientes, e incluso a muchos híbridos enchufables que siguen quemando gasolina o diésel.

Lo que cuenta ahora un informe filtrado a la prensa es que Bruselas estaría dispuesta a mover esa frontera cinco años, hasta 2040, dando una prórroga a los motores de combustión siempre que cumplan con normas de CO2. No es una decisión oficial todavía, pero fuentes del sector dan por hecho que el giro va en serio y que el anuncio llegará en el nuevo paquete de medidas para la automoción.

Las razones de fondo: política, fábricas y miedo a perder empleo

La explicación no está solo en los tubos de escape, sino en las hojas de cálculo de los fabricantes y en la política. En los últimos meses, grandes grupos del automóvil y gobiernos como el alemán han presionado para suavizar el calendario: alertan de cierres de plantas, de inversiones que no se amortizan y de una posible pérdida de competitividad frente a China y Estados Unidos si Europa aprieta demasiado el acelerador eléctrico.

Fábrica de coches
Fábrica de coches

Muchas marcas acaban de estrenar plataformas de gasolina e híbridas que deberían vivir casi una década. Si en 2035 la persiana bajaba de golpe, buena parte de ese dinero se tiraría por la borda. De ahí que ejecutivos de grupos como Stellantis y líderes políticos como el canciller alemán Friedrich Merz hayan pedido explícitamente más tiempo y una regulación “neutral tecnológicamente”, donde los motores térmicos no desaparezcan de la ecuación de la noche a la mañana.

El frenazo en la adopción del coche eléctrico también pesa

A todo esto se suma un dato incómodo para los defensores del coche eléctrico: el entusiasmo inicial se ha ido enfriando. Los informes de consultoras y encuestas en Europa reflejan que muchos conductores empiezan a mirar otra vez hacia la combustión, preocupados por el precio de los eléctricos, la financiación y la lentitud con la que crece la red de carga.

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Coche eléctrico cargando
Coche eléctrico cargando

En paralelo, una parte importante de la opinión pública, especialmente en países muy “automovilísticos” como Alemania, percibe el veto de 2035 como una imposición lejana a la vida real. Dos de cada tres alemanes se muestran en contra de ese corte tajante, según sondeos recientes, un clima que cualquier político lee de inmediato en clave electoral.

Qué pasará con los híbridos y los combustibles “limpios”

Una de las grandes incógnitas del nuevo plan está en los grises: los híbridos enchufables, los coches eléctricos con extensor de autonomía y los motores capaces de funcionar con combustibles sintéticos o biocombustibles avanzados. Hasta ahora, el diseño era relativamente simple: a partir de 2035, solo coches nuevos de cero emisiones en el tubo de escape.

Un híbrido enchufable
Un híbrido enchufable

Si la fecha se mueve a 2040, la tentación de dar más margen a estas tecnologías intermedias será muy fuerte. La industria las vende como una forma de reducir CO2 sin romper de golpe con la combustión, pero los expertos avisan de que, si se afloja demasiado el listón, las emisiones reales en carretera seguirán siendo altas durante más tiempo del que permite el calendario climático para 2050.

Y el clima, ¿queda en segundo plano?

Aquí está la parte más delicada del debate. El transporte por carretera es uno de los grandes responsables de las emisiones europeas y, sobre el papel, el corte de 2035 estaba pensado precisamente para cuadrar las cuentas y llegar a la neutralidad climática a mitad de siglo. Cuantos más años se alargue la vida comercial del motor térmico, más presión habrá que meter en otros sectores o más difícil será cumplir los objetivos.

Al mismo tiempo, tampoco sirve de nada fijar una fecha que luego nadie cumple. Si los ciudadanos no pueden permitirse un eléctrico, si no hay enchufes suficientes o si la industria europea se queda sin aire frente a los fabricantes chinos, la transición se convierte en un brindis al sol. Por eso el pulso de estas semanas va a definir hasta qué punto Bruselas está dispuesta a sacrificar ambición climática a cambio de una transición más suave en lo económico.

Qué significa para ti si estás pensando en cambiar de coche

Si estás ahora mismo dándole vueltas a cambiar de coche, este posible retraso no debería llevarte al pánico ni al “todo vale”. Incluso con un horizonte en 2040, la dirección general está clara: cada vez habrá más zonas restringidas, más impuestos a los combustibles fósiles y más ventajas para quien conduzca un coche de bajas emisiones o directamente eléctrico.

En la práctica, lo que sí cambia es el margen psicológico. Mover la fecha te permite plantearte un último coche de combustión o un híbrido a largo plazo, sobre todo si vives en una zona rural o haces muchos kilómetros por carretera y aún no te encaja un eléctrico puro. Pero también te obliga a pensar en cuánto tiempo quieres convivir con un combustible cuyo futuro, tarde o temprano, tiene fecha de caducidad.

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