Motor.es

KIA Sportage Emotion 2.0 CRDI AWD. Príncipe de la carretera, señor de los caminos

KIA Sportage Emotion 2.0 CRDI AWD. Príncipe de la carretera, señor de los caminos

30 min. lectura

Publicado: 13/10/2011 21:05

Como ya ocurriese con Nissan y su exitoso Qashqai, la marca coreana KIA se ha encontrado, quizás sin esperarlo, con un diseño que ha generado atracción no sólo sobre la mayoría de aficionados al mundo del motor, sino también sobre el público en general y -lo que es aún más importante para KIA- miles y miles de clientes. En una época en la que todos los fabricantes, generalistas o no, tienden a presentar novedades en los segmentos más pequeños, la marca del grupo Hyundai ha tenido el acierto de crear todo un superventas siguiendo un camino bien distinto. Algo tiene este Sportage que tanto gusta a hombres y mujeres por igual, sin importar la edad o situación familiar. Simplemente, gusta.

Nuestro KIA Sportage corresponde al nivel de equipamiento Emotion, el más alto de la gama. Monta un propulsor turbodiésel de inyección directa common rail de 1.995 cm3 capaz de generar una potencia maxima de 136 cv, transmitida a los ejes delantero y trasero mediante un sistema de tracción a las cuatro ruedas y una caja de cambios manual de seis velocidades.

Exterior

El conjunto de parrilla y faros compone un dibujo atractivo, elegante y moderno, sin caer en los excesos de otras marcas orientales. Contemplando al Sportage de perfil, el capó traza una línea levemente ascendente que se acentúa al abrazar el parabrisas, curvándose hacia el comienzo del techo de cristal y cayendo suavemente desde aquel punto en dirección al parabrisas trasero flanqueada por las discretas barras portaequipajes. La silueta no se acerca -salvando la distancia en longitud- a la del particular híbrido todoterreno-coupé BMW X6, pero dista mucho de las formas cuadradas de, por ejemplo, su hermano X5. Contrastando con la sinuosidad de las formas superiores, una línea recta que se traza sin interrupción desde la parte baja del capó hasta las ópticas traseras, otorgando una cintura elevada al diseño del vehículo. Vistosísima es también su parte trasera, que combina una luneta trasera recortada con el diseño alargado de los pilotos y el poderoso sustento de los anchos pasos de rueda. Un diseño muy equilibrado, también por sus dimensiones exteriores (4,44 m de largo por 1,86 de ancho y 1,64 de alto).

Calcula ahora el precio de tu seguro de coche

¡Infórmate!

Los faros de xenón están reservados a las luces de cruce, que sin destacar por eficacia, ofrecen buen alcance con una iluminación muy agradable en viaje. Las luces de carretera son halógenas pero no desmerecen. Una línea de LEDs situada en la parte inferior de cada óptica compone la luz diurna, que confiere visibilidad extra a nuestro vehículo en toda circunstancia. El Sportage Emotion calza unos imponentes neumáticos Hankook de medidas 235/55 envolviendo a unas llantas de aleación de 18" en un bonito diseño bicolor. Por sus dimensiones, queda claro que su terreno natural es el asfalto, pero no lo hacen nada mal sobre pistas de tierra en buen estado. Las puertas dan sensación de calidad y hermetismo por cierre y ajuste; un buen detalle es que las ventanillas traseras se esconden completamente al bajarlas. El capó no dispone de mecanismo hidráulico para mantenerse abierto, recurriendo a la típica varilla que tendremos que enganchar manualmente en la parte inferior.

Interior

El habitáculo está diseñado en consonancia con el exterior, mezclando cierta modernidad con una atractiva discreción. En KIA no han aceptado riesgos y casi todo está donde debería estar. El cuadro de mandos, agradable y de fácil lectura, está presidido por el velocímetro analógico, en cuyo interior queda situado un sencillo pero útil computador de a bordo de forma circular. A su izquierda se encuentra el cuentarrevoluciones, cuyo ángulo de giro es de sólo 90º y resulta difícil de leer con sólo un vistazo. Cierto es que el rango de revoluciones de un motor diésel es más bien estrecho, pero siempre es útil conocer a qué régimen estamos rodando. En el Sportage, por diseño, las líneas indicadoras están muy juntas y el salto entre cada una de ellas es de nada menos que 500 rpm.

El interior del vehículo está bien rematado en su conjunto, equilibrando con inteligencia sus luces y sombras. El salpicadero está recubierto de goma dura, y el resto de piezas aunque son rígidas tienen buen tacto, están bien acopladas y no hacen molestos ruidos. La calidad de los plásticos decae con la altura de la posición en la que están colocados, e igual ocurre en las puertas, revestidas en la zona superior con piel sintética pero con huecos inferiores de plástico algo basto y sin forrar. El resto del habitáculo está forrado con materiales de tacto más que aceptable y un buen ajuste. El volante, regulable en altura y profundidad y forrado en cuero, tiene buen agarre y muy poco mullido, detalle este último que gustará a los conductores más exigentes. Los espejos retrovisores disponen de regulación eléctrica. Las cuatro ventanillas disponen de elevalunas eléctricos aunque sólo la del conductor tiene apertura y cierre automáticos. La piel que recubre los asientos en el acabado Emotion es poco transpirable y nos hará sudar con facilidad en días cálidos. Para compensar un poco este inconveniente, el climatizador bizona enfría bien aunque, dadas las dimensiones del habitáculo, tarda en empezar a hacer efecto. Una vez enfriado, es capaz de mantener la temperatura sin problemas.

El sistema integrado de audio está presidido por una gran pantalla táctil y a color de 7". Dispone de un total de seis altavoces (un tweeter a cada lado del salpicadero y un altavoz de graves por cada puerta). La calidad del sonido es buena en general: los agudos no son especialmente brillantes pero los graves sí destacan por su contundencia. Además de radio y CD, dispone de entrada auxiliar y conector para iPod y USB. El funcionamiento del sistema de audio es intachable y responde a un buen diseño, no sólo de la consola central sino en cuanto a la disposición de los controles situados en el volante. También incorpora navegador y conexión para teléfono móvil mediante Bluetooth. Una vez emparejado nuestro teléfono, el sistema es capaz de acceder a la agenda telefónica y registro de llamadas; además admite instrucciones por voz.

Habitabilidad

Las dimensiones exteriores invitan a pensar que el Sportage es un vehículo muy cómodo para todo tipo de desplazamientos. Y sin duda lo es: hay espacio longitudinal de sobra en las dos filas de asientos, y anchura más que suficiente para que un total de cuatro personas puedan hacer largos viajes sin agobios. Decimos cuatro personas porque los asientos traseros admiten con gran comodidad a dos adultos pero se quedan estrechos para acomodar a un tercero. La plaza central es aceptable gracias a que la forma del suelo no se ve muy afectada por el túnel central, pero sólo es útil para desplazamientos cortos por la escasa anchura y la forma y mullido del respaldo y el asiento. Los asientos delanteros son bastante cómodos y, sin llegar a ser deportivos en absoluto, sujetan bien lateralmente. Para viajes largos quizás el mullido sea demasiado blando. Los ajustes de ambos asientos son manuales; el del conductor dispone de ajuste lumbar.

Se puede afirmar que el volumen del maletero es bastante generoso, con 564 de capacidad -aunque no parecen tantos; quizás las mediciones oficiales hayan tenido en cuenta el hueco bajo el suelo-. Sus formas son bastante regulares, excepción hecha de los grandes pasos de rueda. Es interesante que, en vez de bandeja superior, equipa una lona retráctil que resulta práctica pero no oculta por completo el interior del maletero (una ventaja para los amigos de lo ajeno). Bajo el suelo del maletero se encuentra una rueda del mismo tamaño que las demás, e incluso con el mismo tipo de llanta. Un detalle a agradecer hoy en día, que tanto se acostumbra a montar ruedas tipo galleta o directamente un kit antipinchazos. La fila trasera de asientos es abatible de forma asimétrica, y permite aumentar significativamente el espacio de carga aunque el fondo queda más inclinado de lo deseable.

El habitáculo ofrece suficiente cantidad de huecos para almacenaje. Además de un respetable compartimento situado bajo el reposabrazos central, los espacios restantes parecen orientados principalmente al transporte de bebidas (no necesariamente alcohólicas ;) ya sea en la guantera refrigerada, en los portalatas situados junto a la palanca de cambios y el reposabrazos trasero escamoteable, o en los ingeniosos huecos para botellas del interior de las puertas. Los respaldos de los asientos delanteros también disponen de una red para almacenar revistas u otros documentos.

El nivel de acabado Emotion incluye un precioso techo solar panorámico, cuya superficie acristalada une el parabrisas delantero con el portón trasero, quedando flanqueada longitudinalmente por los soportes para las barras portaequipajes. En el interior del habitáculo, encontramos dos trampillas deslizantes, una para cada fila de asientos. La estampa, viajando como pasajero, resulta espectacular en una noche estrellada o bajo el sol del otoño. El techo acristalado queda dividido en dos mitades, de manera que la parte frontal puede ser elevada y desplazada hacia atrás por un mecanismo eléctrico. Un toque de frescura para nuestros paseos fuera de autopista, puesto que a mayor velocidad el viento se colaría en el habitáculo de forma molesta.
El equipamiento de seguridad es el mismo para todas las versiones del Sportage. Incluye seis airbags (dos frontales, dos laterales y dos de cortina), control de tracción y estabilidad, control de subida y descenso en pendiente y reposacabezas delanteros activos.

Conducción

La versión Emotion proporciona una llave inteligente que nos permitirá abrir y cerrar el vehículo -y también arrancarlo- sin necesidad de sacarla del bolsillo. Basta con que nos aproximemos a la puerta para que detecte nuestra presencia. Un buen detalle es que mientras estemos cerca del coche con el motor parado se encenderán las luces interiores. Cuando pulsamos el botón de arranque, el sonido del motor se hace patente dentro del coche, aunque no llega a ser molesto. Esto sucede en parado y también a baja velocidad, pero a medida que aceleramos, el ruido mecánico se va diluyendo en el aerodinámico y de rodadura.

De hecho, en carretera el habitáculo se siente bien aislado, incluyo a velocidad de autopista. Los pedales de embrague y acelerador son quizás los más suaves que he llegado a probar, sin perder precisión por ello. El recorrido del embrague es ideal: permite regular la entrega de potencia del motor sin llegar a patinar en ningún momento. El acelerador es fácilmente dosificable y resulta fácil mantener una velocidad constante. Si el pedal de freno desentona no es por su dureza, sino por un tacto esponjoso que impide percibir con precisión la fuerza de frenado; por lo general, hay que ejercer bastante presión sobre el pedal si queremos frenar eficazmente.

El motor empuja muy bien desde abajo, a poco que supere las 1.400-1.500 revoluciones. No hace falta usar mucho el cambio... Al hacerlo, notamos que la palanca tiene recorridos algo largos pero muy suaves y precisos. Las aceleraciones son buenas para la potencia que da el motor, y las recuperaciones son bastante notables, en parte por la cilindrada del motor, su buena respuesta a bajas vueltas (el par motor máximo se encuentra entre las 1.800 y 2.500 revoluciones) y también por el empleo de relaciones de cambio más bien cortas. Inútil subir por encima de las 4.000 revoluciones (régimen de potencia máxima): a partir de ahí apenas se nota empuje y estaremos forzando el motor innecesariamente.

La caja de cambios ha sido ajustada para hacer que las seis marchas (sin reductora: el Sportage no es un todoterreno) sean algo cortas. Esto redunda en favor de las aceleraciones -que llegan a ser brillantes- pero, en cambio impide que la sexta marcha sirva de verdadero desahogo en autopista. En cualquier caso, y gracias al buen par que ofrece el motor diésel, es recomendable circular en sexta a poco que superemos los 90 km/h. El consumo de este turbodiésel de dos litros de cilindrada es más bien alto, aunque hay que tener en cuenta las dimensiones de la carrocería, su diseño aerodinámico, el peso del conjunto y la anchura de los neumáticos. En carretera convencional, el consumo ronda los 7 litros; en autopista aumenta hacia los 7.5-8 litros -el control de crucero ayudará a limitar el consumo, aparte de la comodidad que aporta-, mientras que en ciudad no debe sorprendernos que el gasto alcance los 9-10 litros de gasoil cada 100 km. Lástima no disponer de sistema start-stop (opcional), que hubiese ayudado a reducir en algo los consumos en el día a día.

La conducción del Sportage se asemeja bastante a la de un turismo. A ritmo normal, casi podríamos confundirlo con uno salvo por la posición de conducción elevada. Como es lógico, a medida que vayamos exigiéndole más iremos notando mayor diferencia, pero estoy gratamente sorprendido por lo ágil que puede llegar a ser un automóvil voluminoso como éste, y más teniendo en cuenta su centro de gravedad algo elevado. En autopista se encuentra tan cómodo que, sólo por ello, el Sportage ya sería recomendable como vehículo familiar. En carreteras secundarias no sólo no desmerece sino que obtiene una buena calificación por aplomo, agilidad y confort. En vías estrechas y reviradas aún resulta divertido de conducir, con balanceos contenidos -recordemos que no es un compacto-, gran capacidad de giro y tracción (en parte por las imponentes medidas de llantas y neumáticos) y buena salida de las curvas gracias al motor bien afinado para el peso y dimensiones del vehículo.

Desconectar el control de tracción permite que el coche deslice algo más pero, gracias a la tracción a las cuatro ruedas, este KIA asegura una conducción deportiva con agarre, seguridad y mucha diversión. En realidad tampoco hay gran diferencia al conectar el ASR sobre asfalto seco, por el buen agarre de los neumáticos Hankook equipados de serie. Los frenos cumplen, aunque conviene pisar el pedal con energía, en parte por el tacto esponjoso del pedal y por otra gracias a la confianza que otorga un sistema de frenado ABS que cumple muy bien con su cometido sin llegar a entrometerse en una conducción a buen ritmo. El sistema de tracción a las cuatro ruedas cumple con efectividad y es poco intrusivo. Resulta práctico en conducción por pistas de tierra o sobre asfalto mojado, pero es preferible desconectarlo para uso en condiciones normales y usar sólo la tracción delantera.

Fuera del asfalto, el Sportage Emotion se defiende mejor aún de lo esperado en pistas de tierra. Precisamente a causa de las llantas de 18" imaginábamos que cualquier piedra del camino se le atragantaría... ¡qué equivocados estábamos! Éste continúa siendo su hábitat. Por supuesto, nada que ver con un verdadero todoterreno, pero podemos afirmar que estamos ante un todocamino bastante capaz si lo conducimos con sentido común y actitud evasiva ante problemas potenciales. Pero ojo: en terrenos complicados encontraremos los límites con facilidad, mostrando sus limitaciones de tracción en subida y excediendo la capacidad del control electrónico de descensos. El Sportage permite rodar con cierta soltura y confianza sobre pistas en buen estado, y si tenemos en mente la escasa altura libre al suelo (17 cm) disfrutaremos del recorrido. Nos quitamos el sombrero ante el ajuste de las suspensiones, que permiten saltar de la tierra a la autopista sin despeinarse, y con una efectividad muy superior a la que sugerirían las apariencias.

La asistencia a la dirección es eléctrica y variable, muy bien ajustada. Permite realizar maniobras en parado con un tacto de mantequilla, para endurecerse progresivamente a medida que aumenta la velocidad. Curiosamente, el volante es muy sensible cerca del ángulo cero: es muy fácil desviar levemente la dirección al menor gesto; aunque no es nada importante, sólo un detalle sutil que apenas llega a molestar. Como decíamos, el Sportage incorpora asistente de subida en rampas -elemento muy común hoy en día- pero también de bajada. Éste último es muy útil para descender por terrenos muy inclinados y con poco agarre; su funcionamiento es correcto aunque tiene sus limitaciones, y consideramos un acierto su incorporación en en todocamino como éste. Las maniobras de aparcamiento resultan sencillas gracias a los sensores de distancia (sólo en la parte trasera) y la videocámara instalada bajo el portón trasero, que nos ayudará a colocar el vehículo con precisión donde deseemos.

La visibilidad es uno de los puntos débiles del diseño del Sportage. La luneta trasera es pequeña, y si además llevamos pasajeros será difícil ver algo hacia detrás. El montante delantero también estorba en los giros cerrados de las carreteras de montaña. A cambio, los enormes retrovisores abarcan todos los ángulos necesarios y más. El espejo retrovisor fotosensible evitará deslumbramientos en conducción nocturna. La iluminación exterior dispone de modo automático, que cumple bien aunque la respuesta sea algo lenta. También es automático el limpiaparabrisas, gracias al sensor de lluvia incorporado.

El navegador ha resultado ser muy decepcionante. Sorprende, por un lado, que los mapas fuesen como mínimo tan antiguos como el primer Sportage de la generación actual; por otro, las instrucciones de voz son imprecisas y pueden hacer que tomemos el camino equivocado si no cotejamos lo que oyen nuestros oídos con lo que se muestra en el mapa. Es curioso además que, aunque tiene el buen detalle de indicarnos el código de la vía a la que nos vamos a incorporar, nunca lo ha dicho completo (por ejemplo, en vez de decir "incorpórese a la A-7" dice "incorpórese a la A"). En su favor diremos que la cartografía debe poder ser actualizada y que la ubicación de la pantalla es bastante buena, para no ser escamoteable; no necesitaremos desviar mucho la vista de la carretera para consultar brevemente la pantalla.

Resumen

El KIA Sportage Emotion 2.0 CRDI AWD posee un diseño muy atractivo y que difícilmente pasará de moda en pocos años. El interior es práctico, amplio y agradable, con buenos acabados. El motor tiene la mejor respuesta posible para su potencia, gracias a un estupendo par que permite muy buenas recuperaciones. Las suspensiones están muy bien ajustadas y permiten circular con comodidad tanto en autopista como en caminos de tierra no muy accidentados.

El nivel de acabado Emotion tiene un precio de 31.544€ (incluye un descuento promocional de 1.606€); si nos interesa por encima de todo equipar el mismo motor 2.0 CRDI de 136 cv, pero consideramos prescindibles la tracción 4x4, el techo solar, los faros de xenón, el arranque sin llave y la tapicería en cuero, podemos adquirir el Sportage con nivel de acabado Drive desde 25.245€. La marca demuestra su confianza en la fiabilidad del producto ofreciendo 7 años de garantía.

Datos

Dimensiones
Longitud: 4.440 mm
Anchura: 1.855 mm
Altura: 1.635 mm
Distancia entre ejes: 2.640 mm
Maletero: 564 l (1353 l con asientos abatidos)
Depósito: 55 l
Peso en vacío: 1.600 kg

Motor

Tipo: Diesel turbo de inyección directa (CRDI)
Cilindrada: 1.995 cm3
Nº Cilindros: 4
Potencia máxima: 136 CV / 100 kW a 4.000 rev/min
Par máximo: 323 Nm a 1800 rev/min
Consumo oficial combinado: 6.0 l/100km
Emisiones CO2: 149 g/km
Cambio: Manual 6 Marchas
Transmisión: 4x4

Prestaciones
Velocidad máxima: 181 km/h
Aceleración 0-100 km/h: 11.3 s

Equipamiento Concept
Dirección asistida eléctrica
Cierre centralizado con llave plegable
Volante regulable en altura e inclinación
Elevalunas eléctricos delanteros y traseros
Asiento del conductor ajustable en altura
Mandos de control de audio en el volante
Bluetooth
Ordenador de a bordo
Control de crucero
Aire acondicionado
Barras de techo
Spoiler trasero
Retrovisores exteriores eléctricos y calefactables
Doble airbag frontal
Airbags laterales y de cortina
ABS + EBD
Control electrónico de estabilidad
Control de freno en descenso
Control de asistencia en ascensos
Inmovilizador
Reposacabezas delanteros activos
Volante y palanca de cambios en piel
Radio CD+MP3
Conexión USB+AUX+Cable para iPod
Opcional: Sistema start-stop (ISG)

Equipamiento Drive

Sensor de lluvia
Sensor de luces (sólo 2.0 CRDI)
Sensores de aparcamiento traseros
Climatizador automático bizona
Retrovisores exteriores plegables
Faros delanteros tipo LED
Faros antiniebla delanteros
Acabado de puertas en piel sintética
Guantera refrigerada
Red de maletero
Retrovisor electro-crómico (sólo 2.0 CRDI)
Parasol iluminado
Opcional: Techo solar panorámico, Navegador + Cámara visión trasera

Equipamiento Emotion
Sistema de arranque electrónico
Faros de xenón
Techo solar panorámico
Panel de instrumentos Supervisión
Tapicería en piel
Opcional: Navegador + Cámara visión trasera

Rivales

  • Nissan Qashqai: El modelo más exitoso y equilibrado de la gama del fabricante japonés. Todo un superventas. Funciona muy bien sobre asfalto y es capaz de afrontar pistas de tierra en buen estado. En comparación con el Sportage es algo más estrecho. Si lo queremos con tracción total, el Qashqai la equipa en conjunto con el motor 2.0 dCi de 150 caballos (desde 26.900€).
  • SsangYong Korando: Cuenta con un diseño moderno, capacidad para uso polivalente -circula bastante bien por pistas de tierra- y un poderoso motor de 175 cv. En su contra, baja calidad de acabados; a su favor, un precio imbatible (el D20T 4x4 tiene un precio base de 24.990€). Para más información, puedes consultar aquí nuestra prueba del Korando.
  • Subaru Forester: Discreto, bien adaptado a la conducción off-road y, como todos los Subaru, con tracción a las cuatro ruedas. Destaca por su confort de marcha y cualidades casi de todoterreno. En su contra, como ocurre con el Ssangyong Korando, una discreta calidad de acabados, a lo que se suma un diseño demasiado discreto. El Forester 2.0D de 147 cv tiene un precio base de 27.650€. Podéis consultar aquí nuestra prueba del modelo.
  • Dacia Duster: Si lo que más nos importa es el precio, la marca low-cost del grupo Renault nos ofrece un producto de tamaño compacto, equipamiento sencillo y prestaciones modestas: pero no existe un todocamino de tracción total que ofrezca tanto por tampoco. Recomendamos el motor dCi de 110 cv, que tanto éxito está obteniendo en modelos Renault y Nissan. El precio del Duster con este motor y tracción integral es de tan sólo 17.600€. Nosotros tuvimos ocasión de probar una de las primeras unidades del Duster en salir a la venta, el 1.5 dCi 4x2 Ambiance; podéis acceder a nuestra prueba en este enlace.
  • BMW X1: Su posición en el mercado queda en las antípodas del Duster. Lujoso, muy bien equipado y, por supuesto, caro. Grandes cualidades dinámicas y propulsores refinados. En concreto, el motor diesel 2.0 de 143 cv es muy equilibrado y admite transmisión integral (la versión xDrive18d tiene un precio base de 32.750€). Podéis consultar nuestra toma de contacto con la gama X1 aquí.

Vídeo

Compártela en:

Pixel