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PruebaMitsubishi Outlander 220 DI-D 2WD (II): Diseño, habitabilidad y maletero

El Mitsubishi Outlander ha causado sensación por su diseño, muy diferente a su predecesor y que está pensado para ofrecer una buena aerodinámica y una imagen robusta. Su carrocería de 4,66 metros de longitud alberga siete plazas. Incluso en la versión de acceso Motion, el Outlander presenta un interior de calidad y bien equipado.

Mitsubishi Outlander 220 DI-D 2WD (II): Diseño, habitabilidad y maletero

9 min. lectura

Publicado: 07/09/2014 09:00

Con un diseño limpio y sin estridencias, la marca de los tres diamantes se ha centrado en optimizar el peso y la aerodinámica. Pese a mantener unas cotas similares a las de la anterior generación, el nuevo Mitsubishi Outlander se permite ofrecer una habitabilidad mayor y siete plazas muy confortables. Esta versión de acceso Motion nos sorprende además con un equipamiento de serie bastante generoso.

Todas las fotos de la prueba del Mitsubishi Outlander DI-D están en nuestra galería de imágenes

Los pilotos dan mucha personalidad a la zaga del Outlander

Diseño exterior

La ruptura con las líneas de la generación anterior ha sido una de los controversias que acompañan al actual Outlander. El nuevo lenguaje de diseño está protagonizado por trazos redondeados donde las líneas muy limpias y horizontales marcan la pauta para ofrecer una imagen robusta. El diseño exterior transmite la sensación de estar ante un vehículo mucho más grande y, sobre todo, ancho de lo que en realidad es.

Este diseño tiene su razón de ser y no es otro que ofrecer una buena aerodinámica -el coeficiente es de 0,33, de los más bajos del segmento-. Esta versión de tracción delantera se distingue de la variante de tracción total por la ausencia de los protectores en los paragolpes delantero y trasero y las molduras de los pasos de rueda de distinto diseño.

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El Mitsubishi Outlander es uno de los modelos más vendidos en países como Holanda, Noruega y Suecia

El Outlander está animado por un turbodiésel de 150 CV

En la carrocería se han empleado aceros de alta resistencia para aumentar la rigidez del modelo manteniendo a raya el peso final. Respecto a la generación anterior la reducción de peso ha sido entre 100 y 150 kg, lo que arroja un resultado de poco más de 1.500 kg, una cifra que no está nada mal para un todocamino de siete plazas y 4,66 m de longitud.

Los faros de xenón de serie en toda la gama y que alumbran realmente bien. Los faros antiniebla, adornados con un elemento cromado, hacen las veces de luces diurnas en detrimento de unas modernas luces led. El paragolpes frontal presenta dos entradas de aire, adornándose en su parte superior con la parrilla Jet Fighter característica de la marca formada por dos tiras cromadas y el logo con los tres diamantes.

El frontal, ancho y alto, impone

En la vista lateral, un marcado nervio recorre la parte alta de las puertas uniendo el paragolpes delantero con los pilotos traseros. Ambos pilotos, que tienen un diseño traslúcido, están unidos visualmente a su vez por un embellecedor de aspecto futurista que recorre el portón. Las bellas llantas de aleación de 18 pulgadas son de serie y montan neumáticos de carretera -en nuestra unidad unos Toyo R37- en medida 225/55 R18.

Hay una gama de cinco tonalidades disponibles para su aerodinámica carrocería, siendo el Rojo Orient que aparece en las imágenes una de las que mejor le sienta.

Las barras de techo están bien integradas y apenas llaman la atención

Diseño interior

El Outlander también ha cambiado mucho por dentro respecto a la anterior generación, pero esta vez es indiscutible que esta transformación ha sido para mejor. La presentación es elegante y la calidad de los acabados es buena, con un tacto suave y mullido en la parte superior del salpicadero y las puertas.

Los asientos son realmente cómodos

Salvo por el botón que permite manejar el ordenador de abordo, la ergonomía ha sido muy cuidada y todo está donde tiene que estar. Los botones son muy grandes y manejables, se agradece. La excepción la marca la pantalla de 6,1 pulgadas de la radio, que visualiza botones de pequeño tamaño difíciles de manejar en marcha. Esta pantalla integrada en la consola con un acabado negro brillante también puede contar con un sistema de navegación en el acabado Kaiteki.

Dentro se aprecia calidad a la vista y al tacto además de unos buenos ajustes

El cuadro de instrumentos muestra la información de manera clara y sencilla. Entre los dos relojes principales -velocímetro y cuentarrevoluciones- se muestra un ordenador de a bordo en una pantalla LCD multifunción de 4,2 pulgadas.

Delante los asientos son muy cómodos y mullidos, en los que el conductor disfrutará de una posición elevada que se traduce en una excelente visibilidad, beneficiándose además de la amplia superficie acristalada. En la segunda fila hay espacio para tres pasajeros. El ocupante de la plaza central agradecerá la ausencia del túnel central en la zona de los pies, si bien el respaldo es demasiado firme por alojar en su interior un reposabrazos.

Las múltiples regulaciones de los asientos de la segunda fila permiten jugar con el espacio

Detrás, los asientos de la segunda fila se desplazan de forma longitudinal hasta 25 centímetros y pueden regular la inclinación del respaldo. De esta manera se puede favorecer el volumen de carga en una configuración de cinco plazas o el acceso a la tercera fila en configuración de siete. En cualquier caso, el acceso a estas plazas no es fácil porque el umbral queda a mucha altura.

La tercera fila presenta dos asientos escamoteables muy habitables para lo que suele ser habitual -generalmente están pensadas para niños-. El Outlander brinda espacio suficiente para que dos pasajeros de estatura media puedan encontrar acomodo, aunque irán con las rodillas muy altas.

Los asientos de la tercera fila son más amplios y cómodos que los del Outlander de la generación anterior

Los dos asientos extras se guardan bajo el suelo del maletero. Aunque restan espacio, el volumen de carga sigue siendo grande con nada menos que 550 litros de capacidad (519 litros en la versión 4WD). Si se abaten los asientos de la segunda fila, el espacio ronda los 1.000 litros para llevar la casa a cuestas.

La operación de desplegar o abatir los asientos de la segunda y tercera fila es muy sencilla y se realiza sin esfuerzo y la barra que sirve de base para la cortinilla cubreobjetos enrollable también resulta muy ligera. Tampoco cuesta trabajo deslizar los asientos de la segunda fila hasta la posición deseada o regular su inclinación.

El maletero es grande y aprovechable si no utilizamos las dos plazas extras

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