Prueba Audi Q3 Sportback 45 TFSIe: interesante, pero excesivamente caro
Los híbridos enchufables están llamando la atención de cada vez más conductores que quieren una pegatina muy favorable sin tener que depender de un enchufe en viajes largos. El Audi Q3 Sportback 45 TFSIe puede ser una opción interesante.
Hoy en día la etiqueta medioambiental se ha convertido en todo un quebradero de cabeza para millones de conductores en toda España. La entrada en vigor de las nuevas normativas de movilidad ha limitado mucho el margen de movimientos y el disponer de un distintivo favorable ha ganado enteros a la hora de comprar un coche nuevo. Las pegatinas ECO y CERO están muy solicitadas. Muchos son los coches que las montan, incluido el Audi Q3 Sportback 45 TFSIe sobre el que versa esta prueba. ¿Merece la pena? Vamos a comprobarlo.
La gama Q3 ha sido durante mucho tiempo la más barata y asequible de la oferta SUV de Audi. Los de Ingolstadt han sabido explotar al máximo las tendencias del mercado. Toda una familia, desde el Audi Q2, que pronto nos dirá adiós, hasta el atractivo y poderoso Audi Q8. Millones de ventas en todo el mundo avalan la propuesta, pero mucho han cambiado las cosas desde que en 2019 se presentase la carrocería Sportback en la saga del Q3. Es la denominación que Audi emplea en sus modelos más atractivos y especiales.
Como ya he dicho, el Audi Q3 siempre ha sido el más pequeño de la familia hasta la llegada del Q2, un coche que, dicho sea de paso, no ha sabido cumplir con las expectativas generadas. A punto de descatalogarse, el Q3 volverá a ser el modelo de acceso, pero poco o nada queda de aquél modelo original presentado en 2011. Ha ganado muchos enteros y cualidades en todos los aspectos. Ya no es un SUV urbano y especialmente pensado para el segmento más juvenil. Hoy es un coche, hecho y derecho, sumamente atractivo a muchos clientes diferentes.
Gran parte de ese cambio ha venido acompañado de un incremento en las cotas. Con 4,5 metros de largo, 1,84 metros de ancho y 1,57 metros de alto se encuadra perfectamente en el segmento C europeo, el de mayor relevancia a nivel de ventas en todo el continente. El crecimiento se ha acompañado de un diseño mucho más maduro y poderoso. Atrás quedaron las líneas redondeadas. Las nervaduras y la presencia deportiva marcan la tónica actual y el Q3 Sporback luce realmente atractivo, mejor que su hermano mayor, el Audi Q5 Sportback, al que la línea cupé no le sienta igual de bien.
Por toda la carrocería se integran los habituales elementos que tanto gustan a los compradores de todocaminos. Pasos de rueda voluminosos, protecciones de plástico, llantas de gran calibre y una altura libre con respecto al suelo que si bien es generosa, no permite tomarse muchas confianzas fuera del asfalto. No es un todoterreno ni pretende serlo. La altura está para mejorar la perspectiva tras el volante y también para realzar las líneas. No hay que engañarse con ello. La unidad de pruebas ni siquiera monta la tracción quattro de Audi.
De puertas para dentro nos recibe un ambiente maduro. Ha sido una de las cosas que más me ha sorprendido. El cambio de generación le sentó muy bien al Q3. Los materiales son mejores al estándar de la categoría. Considero que el BMW X1 es la referencia de la categoría, pero el Q3 no tiene nada de qué avergonzarse. La ejecución es excelente, muy por encima de la que podemos ver en otro de sus grandes rivales, el Mercedes GLA. Superficies blandas y bien rematadas que, gracias a Dios, no abusan en exceso del fatídico negro lacado. Todo parece estar hecho para durar.
Aunque es lo que se espera de una marca premium, todos sabemos que no siempre pasa. Por esa parte hay que estar muy tranquilo. El Q3 recompensa a sus clientes con un agradable interior y como mucha tecnología. El equipamiento no es problema, pero sí hay que saber que no se recibe mucho a cambio si optamos por el modelo de acceso. La gama se distribuye en los acabados Advance, S Line y Black Line Edition. Esto sí es la tónica habitual de las marcas premium. La oferta de acceso es contenida y si queremos disponer de las últimas chucherías de la industria hay que rascarse el bolsillo. Aún más, porque el Q3 Sportback no es que sea especialmente barato.
Audi pone a disposición de los conductores más sibaritas toda una colección de sistemas más que interesantes, aunque en ningún caso se podrá alcanzar los niveles de exigencia de un Audi A8 o similar. Destacan elementos como faros Full LED, acceso y arranque sin llave, techo solar practicable, instrumentación digital, sistema multimedia con panel táctil de 10,1 pulgadas, conectividad inalámbrica para dispositivos móviles, climatizador bizona, llantas de 20 pulgadas, asientos eléctricos y de cuero, navegador, múltiples opciones de personalización y un completo paquete de seguridad y asistentes como las cámaras y sensores de aparcamiento.
Sin embargo, por muy completo que se presente ante nuestros ojos, donde el Audi Q3 Sportback gana enteros es en el terreno de la habitabilidad. Sus 2,68 metros de distancia entre ejes resultan muy prácticos y aprovechables. La segunda fila muestra mucho espacio, pero no así para la cabeza, donde pasajeros de más de 1,85 metros de estatura rozarán con el techo. El acceso y la salida son cómodos y gracias a la presencia de fijaciones ISOFIX los más pequeños de la casa podrán ir con toda seguridad. El único problema de este híbrido enchufable, al igual que en muchos otros, es que perdemos un buen puñado de capacidad. De los 530 litros habituales pasamos a 380 litros como mínimo, ampliables a 1.250 si se abate por completo la segunda fila.
Es un mordisco considerable que puede no resultar muy satisfactorio para las familias. El por qué de esa pérdida se debe a un sistema híbrido enchufable muy común en Audi. Bajo la denominación 45 TFSIe, el Q3 Sportback cuenta con un motor de gasolina turboalimentado de 1.4 litros que se acompaña de un propulsor eléctrico y de una batería de iones de litio de 10,8 kWh de capacidad neta que se instala en la parte posterior. Esta es la gran pega que ponerle a esta unidad, además del precio. Sin entrar mucho en detalle, debes saber que Audi pide no menos de 56.240 euros por él. Una cantidad que puede crecer rápidamente por encima de los 65.000 euros como es el caso de la unidad de pruebas.
Al volante del Audi Q3 Sportback 45 TFSIe
La combinación de motores térmicos y eléctricos desprende una potencia máxima de 245 caballos y un par motor de 400 Nm. Sin embargo, esos registros no están siempre disponibles, porque depende del índice de carga de la batería. Audi anuncia que la batería es capaz de dar apoyo durante 46 kilómetros seguidos, una cifra bastante certera si tenemos en cuenta que en durante la semana he podido llegar a recorrer hasta 41 kilómetros sin gastar una sola gota de carburante. Durante ese margen el conjunto tendrá el máximo rendimiento, pero cuando el último electrón ha dado su vida las prestaciones caen.
A partir de entonces son 150 caballos y 250 Nm de par motor los que mueven el coche, los que extrae el motor de combustión. Son cifras más que suficientes para una conducción tranquila, pero sin alardes. El peso total, según la ficha técnica, es de 1.815 kilogramos. Mucho para tratarse de un coche de 4,5 metros, pero una cifra muy natural si tenemos en cuenta el carácter híbrido enchufable. Hay que reconocer que el Q3 Sportback 45 TFSIe se mueve con bastante soltura, pero su comportamiento está configurado para un uso corriente. No tiene problemas ni para salir desde parado ni para adelantar en carreteras secundarias.
No es el más pasional ni el más dinámico de los Audi, algo que también esperaba. Debo reconocer que el Q3 ha ganado muchos enteros en cuanto a confort de marcha, bien parece un coche de categoría superior. El tacto es agradable y la respuesta muy equilibrada. Los alemanes proponen varios programas de conducción, Confort, Auto, Dynamic e Individual, pero sinceramente no sirven de mucho. En todos ellos la respuesta es muy similar y por lo tanto lo más lógico es ajustar en todo momento los programas Confort o Auto. También hay formatos adicionales para el sistema híbrido enchufable.
No existe la típica frenada regenerativa de un coche enchufable. Esto hace que su tacto sea muy natural, pero que no se aproveche al máximo la parte eléctrica. Los alemanes han priorizado la sencillez de uso por encima de cualquier otro valor. Hay coches muchos más complejos, técnicamente hablando. A diferencia de otros fabricantes, Audi no incluye modos de retención, pero sí patrones de comportamiento eléctrico: EV y Auto Hybrid. En el primero le indicamos al coche que queremos exclusivamente propulsión eléctrica (siempre que haya carga).
La segunda es la opción más cómoda de todas pues el coche se encarga por sí sólo de combinar los propulsores, aunque se reconoce un cierto abuso premeditado de lo eléctrico. Opcionalmente tenemos las opciones Battery Hold, que permite mantener el estado de la carga del momento, y Battery Charge, que permite que el motor de combustión actúe como generador y recargue la batería mientras circulamos. No es nada recomendable ya que el consumo se dispara. La mejor opción y lo más lógico es instalar un punto de carga doméstico. Con una potencia de 3,7 kW, el máximo permitido, podremos recuperar la integridad de la batería en menos de 4 horas.
Pero hay que ser sinceros y reconocer que la mayor parte del tiempo nos vamos a mover sin batería. Como coche de combustible el Q3 Sportback 45 TFSIe es capaz de lograr grandes distancias con consumos contenidos. Durante la semana de pruebas el ordenador de a bordo ha mostrado un consumo medio final de 6,6 litros. Un dato correcto que no extraordinario que implica una autonomía máxima cercana a los 700 kilómetros. Mucho menos que si optamos por un diésel convencional y muy próximo a una unidad de gasolina con potencia semejante.
Conclusiones
Los híbridos enchufables no encajan en todos usuarios, ni por precio ni por enfoque. No todos los conductores necesitan la pegatina CERO para el día a día y, sinceramente, si ese es tu caso, el Audi Q3 Sportback 45 TFSIe no es tu coche. Si por el contrario el distintivo afecta a tu vida esta es una buena opción. tiene lo mejor que podemos esperar de un Audi, un tamaño contenido con buen un espacio interior, salvo por un maletero más reducido, y con un rendimiento y correcto. No es un coche pasional ni pretende serlo, pero puede ser la solución para muchos conductores urbanos que quieren polivalencia a la hora de salir de la ciudad. Eso sí, el precio es, en cualquier sentido, injustificado.