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PruebaPrueba Nissan 370Z Roadster: Exclusividad japonesa

Probamos el Nissan 370Z Roadster, un deportivo destinado a convertirse en toda una rareza. Su precio es atractivo y a pesar de contar con una sola versión y pocas opciones de configuración, no se le echa nada en falta. Tracción trasera y motor que gira a 7.000 rpm y más de 300 CV por poco más de 40.000 euros. ¿No suena francamente bien?

Prueba Nissan 370Z Roadster: Exclusividad japonesa

14 min. lectura

Publicado: 18/10/2016 10:00

El Nissan 370Z Roadster es un deportivo descapotable basado en el Nissan 370Z Coupé. A falta de planes para una renovación generacional, el Nissan 370Z, es, actualmente, uno de los modelos más longevos de la marca. Por razones de negocio, la empresa ocupa mayores esfuerzos en los modelos Qashqai, Juke y Pulsar que son los de mayor éxito comercial en nuestro país.

Después del Nissan GT-R, el Nissan 370Z es el coche más potente de la marca y se caracteriza por un enfoque claramente deportivo, con dos asientos retrasados casi hasta el eje posterior, motor delantero y tracción trasera, una transmisión rápida (en nuestro caso, automática de 7 velocidades con levas fijas tras el volante) y una dirección precisa e informativa. En la versión Roadster, que es la que hemos podido poner a prueba en esta ocasión, sólo existe un acabado (apodado como GT), con dos transmisiones disponibles: manual de seis marchas y automática de convertidor de par de siete relaciones. Los precios distan en 2.000 euros siendo el manual el más económico y parten de 41.750 euros.

Entre el equipamiento destacado, el Nissan 370Z no tiene prácticamente carencias: Acceso sin llave y arranque por botón, asientos eléctricos, calefactables y ventilados, navegador NissanConnect 3D con una pantalla multifuncional, táctil de 7 pulgadas, climatizador, cámara para marcha atrás, bluetooth, sistema de audio BOSE, llantas de 19 pulgadas, faros bi-xenón (LED para luz diurna integrado en el paragolpe delantero), espejos abatibles eléctricamente... y una larga lista, donde posiblemente una de las únicas carencias sea la ausencia de sensores para el aparcamiento. No hay muchas opciones disponible salvo el catálogo de pinturas y una opción de tapicería en Burdeos.

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La zaga es una de las zonas más impactantes del Z

Acelera de 0-100 km/h en 5,8 segundos; Se descapota en 21

El propulsor que anima al 370Z Roadster es un viejo conocido y más que probado V6 atmosférico de 3.7 litros de cilindrada que desarrolla 328 CV a 7.000 rpm y 363 Nm de par a 5.200 rpm. Gracias a este propulsor, es capaz de acelerar de 0-100 km/h en 5,8 segundos con nuestra caja de cambios (con la manual se ganan 3 décimas en el sprint). La velocidad máxima está autolimitada a 250 km/h. Son cifras dignas de tener en cuenta, si bien es verdad que no es un coche destinado a impresionar en línea recta, sino por la entrega de potencia estirando hasta las 7.000 rpm.

Las emisiones de CO2 son algo elevadas, con 254 g/km y nos encontramos con un consumo alto, si bien es verdad que con la transmisión automática y una séptima relación destinada a disminuir el consumo en carretera, es entre 0,3 y 0,4 l/100km más ahorrador que con la caja manual. En ciclo mixto, el fabricante dice que el coche gastará 10,9 l/100km en el mejor de los casos. En ciudad, se elevará hasta 15,8 l/100km, aunque en carretera se puede reducir casi hasta la mitad: 8,1 l/100km... y no hay que olvidar que el 370Z bebe de 98 octanos. Y aun pareciendo argumentos de peso en su contra, ¿no es cierto que es un vehículo 100% emocional? Pues eso.

En cuanto a dimensiones, el Nissan 370Z Roadster sólo varía respecto al Coupé en la altura, siendo 10 milímetros mayor. (4.265 mm de longitud, 1.845 mm de anchura y 1.325 mm de altura. Batalla: 2.550 mm). El fabricante no ofrece el dato de peso en vació y siendo el coupé entre 1.496 y 1.526 kilos, no es de extrañar que estemos hablando de más de 1.600 kilos para el descapotable, lo que supone un vehículo con una masa desplazada alta para el concepto Roadster. Al volante analizaremos las sensaciones. La capacidad volumétrica del maletero pierde 96 litros respecto al coupé situándose en 139 litros; poco más que un Mazda MX-5 de nueva generación. Aunque lo cierto es que la forma del hueco es bastante permisiva. La pérdida de capacidad se debe al alojamiento de la capota de lona que es capaz de plegarse en 20 segundos de forma eléctrica con un mecanismo poco refinado (al menos en nuestra unidad).

Con la capota de lona, la silueta es muy deportiva. Desaparece en 21 segundos

En el interior, un viejo conocido con materiales mezclados entre plásticos duros, acolchados y cuero; todo bien ordenado y bien ensamblado que transmite garantía de ser longevo y duradero al envejecimiento. La posición de conducción es baja, con las piernas estiradas y para acomodar el asiento hay unos pulsadores eléctricos para cuatro movimientos (desplazamiento horizontal hacia delante y hacia atrás y ángulo de inclinación en el respaldo) y dos ruletas manuales para ajustar la altura de la butaca.

Todos los mandos están bien ordenados y quedan a la altura del conductor. Más difícil de manipular es el ordenador de a bordo que queda oculto en el cuadro de instrumentos y su navegación resulta un poco incómoda entre tantas opciones. Sin embargo, la pantalla central es más fácil y el navegador resulta sencillo de entender además de muy vistoso a una altura correcta en la consola central. En el salpicadero, otros tres relojes darán la información habitual que caracteriza a cualquier 370Z: la hora, tensión de batería y temperatura de aceite.

En marcha

El arranque se hace por botón y sin llave, aunque tiene un hueco que activaría el sistema eléctrico el coche. Lo cierto es que el bramido de los escapes no es muy elevado de serie, aunque una gran parte de los propietarios de los ‘Z’ luego hacen modificaciones en este aspecto para darle la melodía que merece (y más siendo descapotable). No es un gran problema, porque el vehículo es sincero. A medida que sube de vueltas, su melodía se vuelve más enérgica y engancha hasta al más escéptico.

En los primeros recorridos, uno se da cuenta de que el cambio es suave e incluso con una ligera orientación a pasear. Como el coche no dispone de modos de conducción (salvo Snow, que obviamente no está orientado a la deportividad), la única opción que nos queda es usar las levas en el modo manual. La dirección muy precisa e informativa; sin duda uno de los puntos a favor del Roadster, y la suspensión, sin ser durísima, es firme, en parte ayudada por un neumáticos de perfil bajo y diferentes dimensiones en el eje delantero y trasero (245/40 R19 delante y 275/35 R19 detrás). A cargo de la frenada, discos ventilados con pinzas de cuatro pistones delante y de dos pistones detrás.

Los relojes por encima del salpicadero; todo un clásico

Incluso en un uso urbano, el coche no es incómodo y se maneja con mucha facilidad. Parece que hay dos caras de la moneda, porque conocemos el Nissan 370Z y sabemos que es un vehículo destinado a una deportividad particular, con una trasera que suele bailar a ritmo y compás del acelerador, lo que exige cierta destreza, sobre todo en situaciones delicadas. Por supuesto, la electrónica influye muchísimo en el comportamiento del coche, y el estado de los neumáticos marca la diferencia, sobre todo en pavimento deslizante.

¡Cuidado con su trasera! Sin controles te sacará a 'bailar' constantemente

En manual, el coche se transforma, y si bien es verdad que a priori el cambio automático podía no parecer la mejor opción, lo cierto es que sorprende la orientación deportiva en su modo secuencial. Hay que acostumbrarse a las levas fijas, pero son de grandes dimensiones, lo que hace fácil salir a su encuentro si nuestras manos se encuentran en una posición de giro. El propulsor es muy enérgico, pero a medida que sube de vueltas se vuelve más y más rabioso. Conviene no mirar la velocidad en cada marcha porque estira de forma descomunal hasta alcanzar la zona roja del tacómetro. ¡Qué adrenalina! Y es que el Z es mucho Z.

Es cierto que se siente más pesado que su hermano Coupé, sobre todo a la hora de tomar curvas enlazadas, donde los apoyos cambian y la masa se desplaza con más violencia. Hay que tener cuidado en los sobrevirajes, porque el control es delicado si no tenemos activadas las ayudas electrónicas, pero es justo cuando el coche se desenvuelve con más energía y en su hábitat natural. Los asientos agarran bien de forma lateral, aunque un poco más vendría muy bien si queremos usar el coche para deslizar en circuitos. Poco a poco uno comprende que este diseño está muy logrado, incluso naciendo de un concepto Coupé, con un reparto de pesos bastante equilibrado y un cambio automático, que si bien no es punta de lanza en el mercado, se adapta perfectamente al coche.

Dos escapes a los que le falta un poco de 'garra' auditiva

A cielo abierto, sí que es verdad que, incluso con el deflector transparente (con el logo ‘Z’ incrustado en él), y las ventanillas subidas, se perciben turbulencias molestas en el habitáculo, lo que impide que vayamos muchísimo tiempo con la capota bajada por vías rápidas... aunque sinceramente, casi recomiendo perderse por carreteras secundarias. Con el techo cerrado, el habitáculo es ruidoso, pero una vez más, un Mazda MX-5 también lo es y a nadie parece importarle. ¿Se entiende? Eso sí, el sonido de alta fidelidad de BOSE es toda una experiencia auditiva, y si bien es cierto que no suelo detenerme mucho en este aspecto, sí que se percibe un cierto mimo a la hora de trabajar el sistema de sonido.

Pura emoción y adrenalina. Su potencia máxima la desarrolla a 7.000 rpm

El gran inconveniente viene a la hora de ‘dar de comer a la bestia’, ya que en nuestros recorridos habituales, entre ciudad, carreteras reviradas y carretera abierta, el consumo se ha detenido en 13,2 l/100km. Ciertamente elevado, pero claro... el Nissan no dispone de la glamurosa tecnología como la navegación por inercia, Start/Stop... Porque sus clientes no lo demandan. Lo que sí puedo garantizarte es que si eres el feliz propietario de uno de estos Nissan 370Z Roadster, tendrás un ‘rara avis’ para toda la vida.

Opiniones del Experto
Nos ha gustado
  • Estética deportiva
  • Rendimiento de motor
  • Interiores bien ensamblados
  • Sorpresa en el cambio
Nos ha gustado menos
  • Consumos elevados
  • Longevidad notoria
  • Refinamiento de la capota
  • Visibilidad trasera
ValoraciónNota7.1
Comportamiento9
Equipamiento9
Confort7
Habitabilidad5
Consumo5
Seguridad7
Prestaciones8

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