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PruebaPorsche Panamera Diesel, interior (III)

Es hora de subirnos dentro del coche y analizarlo con detalle. Mucho lujo a nuestro alrededor y espacios bien resueltos nos dejan una sensación muy agradable. Los cuatro asientos independientes nos gustan mucho. La tapicería de cuero de se reparte por todas partes y hay muchísimos botones para activar diversas funciones alrededor de la palanca de cambios.

Porsche Panamera Diesel, interior (III)

5 min. lectura

Publicado: 26/01/2014 12:00

Al abrir la puerta, todo lo que vemos es lujo y más lujo. Ajustes perfectos y uso de materiales de primera. Nuestra combinación era de cuero beige ‘Luxor’ y se reparte allá a donde dirigimos la mirada. Está muy presente en el salpicadero que carece de formas muy angulosas y apuesta más por la horizontalidad de sus líneas. Muy limpio, muy estético y muy lujoso.

En el panel de instrumentos encontramos cinco esferas que se pisan unas a otras (no llegan a completar el círculo salvo la central). El velocímetro analógico marca la velocidad de 50 en 50km/h, pero no toma el protagonismo principal. La esfera central es el cuentarrevoluciones y un contiene un pequeño velocímetro digital. La cuarta esfera empezando por la izquierda es totalmente digital y en ella encontramos muchísima información; a destacar el mapa del navegador a todo color y un cronómetro que forma parte del equipamiento Sport Chrono Plus. Con este paquete también hay elegante cronómetro que hace las veces de reloj en el centro del salpicadero.

El conductor se sienta en una posición baja para un coche de estas dimensiones, pero no resulta incómodo entrar o salir. De la zona trasera sí cuesta un poco más, sobre todo porque la caída del techo limita el hueco de acceso para la cabeza. Una vez dentro nos ha encantado el espacio que hay; mucho para las piernas y suficiente para las cabezas en la zona trasera incluso para las personas altas. En la parte delantera y con el ajuste eléctrico de los asientos, es fácil encontrar una postura idónea. Los compartimentos de las puertas delanteras son extensibles.

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Tenemos cuatro asientos independientes y lujosos. Estéticamente es muy bonito y la individualización de cada asiento le da un punto añadido al carácter premium. Los cuatro son tipo ‘baquet’ y en los delanteros encontramos el escudo de Porsche grabado en el reposacabezas. Es un extra por el que hay que pagar 231 euros y que queda francamente bien.

Llegamos a la consola central con una pantalla táctil por presión, de 7” y justo debajo una larga cola de botones que acongojan un poco al principio. Este Porsche, se muestra muy intuitivo una vez que se te quita el miedo del primer impacto. Nuestra unidad llevaba equipamientos opcionales que en consonancia aumentan el número de botones como por ejemplo un sistema de suspensión adaptativa por el que hay que desembolsar 3.991 euros. Trae modo Confort, Sport, Sport Plus, ajustes de suspensión y un sistema que eleva la carrocería en 20mm para salvar obstáculos bajos y aumentar el ángulo de ataque, aunque sólo funciona hasta 30 km/h y debe accionarse con el coche parado. El resto de botones son bastante intuitivos: climatizador bizona, asientos calefactables y ventilados y un botón que regula el alerón exterior entre otros comandos más comunes.

Por otro lado, la iluminación interior es de LED con una tonalidad muy agradable, un modo ambiente que atenúa la intensidad y zonas independientes en función de si queremos encender delante, detrás o toda la iluminación del coche. Sin duda lo recomendamos.

Por último, el volante tiene un tacto de cuero muy agradable, con las levas integradas en él. Personalmente prefiero levas independientes, pero donde más peca es que las dos levas tienen la misma función: aprietas y sube una marcha; tiras y baja. A su izquierda está el hueco para introducir la llave y arrancar el coche (clásico), y ya sólo nos queda engranar la primera y salir a probar este fantástico modelo.

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