Prueba Subaru BRZ, conclusiones (IV)

Llega el momento de concluir el análisis al que hemos sometido a nuestro amigo. Por si te interesa también puedes leer las impresiones de Oscar Magro tanto en su presentación con en una prueba posterior que pudo llevar a cabo. También puede servirte la opinión de Javier Onrubia aunque en esa ocasión probó a su primo hermano: el Toyota GT86.

El BRZ ha traído una bocanada de aire fresco al segmento de los compactos GTI, ofreciendo una alternativa inédita hasta el momento en nuestro mercado. Esperemos que sirva de referente y más fabricantes se animen a sacar un producto similar menos comercial, pensado para el conductor, para disfrutar al volante. Nissan, ¿a qué estás esperando?.

El Subaru BRZ está destinado a un número limitados de propietarios, es cierto, sin embargo puede satisfacer plenamente las necesidades de usuarios que son curiosamente muy distintos.

Este modelo puede complacer desde a un quemado que busca un coche con espíritu deportivo que pueda usar todos los días (Con un par de modificaciones lo deja a su gusto), hasta el típico padre joven que quiere un coche con cierta orientación deportiva ("Corre", "suena" y no consume mucho). Servirá también a aquel que quiera iniciarse en el mundo de la propulsión, pues es un coche dócil, que perdona errores y es toda una escuela rodante. Cada uno sabrá valorarlo a su manera y todos seguramente queden satisfechos.

Por su precio no hay alternativas claras en el mercado, el Mazda Mx-5 es divertido pero no es el mismo concepto que el BRZ, lo mismo le pasa al 370z que es claramente más potente, pesado y caro. No es el deportivo asequible definitivo, le faltan algunas cosas, pero se aproxima bastante al coche con el equilibrio ideal entre “coche de todos los días” y “deportividad pura”. Le falta un poco, un poquito nada más, de potencia para hacer lo que tenéis en mente.

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