Prueba Toyota Prius+ 1.8 HSD Advance III, impresiones de conducción

Aparte de la primera toma de contacto que hice con este coche durante su presentación internacional el año pasado, he podido probar este mismo motor en otros dos productos de Toyota: el Lexus CT200h y el Toyota Auris Hybrid.

Siendo exactamente la misma mecánica, cada uno tiene su propio carácter y, en el caso del Toyota Prius+ que estoy probando en esta ocasión, no iba a ser menos.

Es, claramente, el más confotable de los tres. No es que los otros sean incómodos, ni mucho menos, pero sí que se nota cómo la marca ha apostado por un enfoque más tranquilo (podríamos decir, familiar) para su monovolumen híbrido.

Además, cuenta con un sistema de control del balanceo de la carrocería que se encarga de compensar el movimiento de la suspensión ante las variaciones de la carretera. No es un dispositivo en busca de un comportamiento deportivo, sino un elemento que aumenta el confort de los pasajeros durante el viaje de forma brillante.

El coche rueda en silencio y de forma lineal independientemente de lo que vaya pasando bajo nuestras ruedas. Salvo por firmes muy rotos o carreteras con grandes rasantes, la sensación es la de flotar sobre el asfalto como si no lo fuéramos tocando. Esto también se deja notar en la dirección, con un buen tacto, cómoda para maniobrar, pero para mi gusto, excesivamente suave.

Todo esto unido a lo silenciosa que resulta la mecánica en un uso moderado (si pisamos a fondo peca de ruidosa) y a la calidad interior invitan a llevar a cabo una conducción tranquila y sosegada, como aprovechando las virtudes de este motor para hacer una conducción ecológica y, a la vez, eficiente.

Si hay coches que invitan a correr, en este caso es justamente el concepto contrario. El motor de 138 CV se defiende bien en aceleración y recuperación y la caja de cambios es absolutamente lineal, en ningún momento notaremos los saltos de marcha.

Con los siete pasajeros o cinco y el maletero cargado se echa en falta algo más de potencia y el sistema híbrido sufre para mantener sus ecológicos registros. El consumo no se dispara (se pueden sacar medias de 6,0 litros en estas circunstancias), pero si se deja notar que hay poca reserva de potencia 'verde' para mover al Prius+ cuando va muy cargado. Los dos kilómetros de autonomía del modo eléctrico con las baterías llenas se agotan rápidamente y el motor de gasolina tiene que ir ayudando de forma bastante contínua.

Por lo tanto y después de probar el Toyota Prius+ durante una semana, no me extraña que los estudios de la marca revelen que los clientes de modelos híbridos llevan a cabo una conducción mucho más tranquila que en otros casos. Son el propio coche y su mecánica los que te invitan a viajar con calma.