Max Verstappen, posiblemente, el mejor piloto de la Fórmula 1

El casi absoluto dominio de Lewis Hamilton desde 2014 está invariablemente ligado a Mercedes, pues la marca alemana supo aprovechar mejor que nadie la llegada de la era híbrida para tomar ventaja con un motor imbatible, que poco a poco ha ido cediendo protagonismo en favor de otros factores en los que el equipo dirigido por Toto Wolff se ha mostrado igualmente inalcanzable.

Pero sería un error considerar que el éxito de Lewis Hamilton depende únicamente de la superioridad de su equipo (no sólo del coche, insisto). Es cierto que, como suele rezar el dicho, «con buena herramienta bien se trabaja», pero también lo es que Lewis Hamilton mostró de qué era capaz antes de llegar a Mercedes y que ya en su etapa final en McLaren mostró una madurez y evolución brillantes que ha confirmado con las flechas de plata.

Pero no es intención de este artículo defender la candidatura de Lewis Hamilton a gran campeón de la historia de la Fórmula 1, pues hace mucho que seguramente dicho debate debió quedar cerrado.

El nuevo Max

Lo cierto es que el reinado de Hamilton y Mercedes parece tener al menos un año más asegurado (dando por hecho que 2020 ya es claramente cosa de ambos), pues la congelación de la normativa hasta 2022 así lo permitirá y Valtteri Bottas no tiene, por mucho que pueda parecerlo en momentos puntuales, lo necesario para vencer a su compañero de equipo.

Sin embargo, admito que como declarado admirador de Lewis Hamilton en su faceta de piloto, desde hace tiempo Max Verstappen me ha generado muchas dudas a la hora de decidir qué integrante de la parrilla ostenta el siempre subjetivo título de «mejor piloto del campeonato».

Es cierto que Max Verstappen llegó a la Fórmula 1 con insuficiente experiencia en monoplazas y menos aún en la categoría reina. Allá por 2015, Red Bull hizo una gran apuesta para evitar perder al que consideraba el gran talento de su generación. El neerlandés negociaba con la marca austriaca y con Mercedes para ingresar en el programa de jóvenes pilotos de ambas, por lo que la oferta de un asiento en Toro Rosso para la siguiente temporada declinó la balanza en favor de Helmut Marko.

Atrás han quedado las críticas al austriaco por darle la oportunidad en F1 a un chico tan joven e inexperto, que además demostró necesitar templar su ímpetu en la pista y minimizar errores. Su velocidad natural quedó patente de inmediato, pero en la élite eso es sólo una incógnita de la ecuación.

Punto de inflexión en 2018

Con su ascenso a Red Bull, Max Verstappen se colocó aún más en el centro de la polémica, pues su estilo agresivo y en ocasiones alocado llamaba aún más la atención en la lucha con los grandes: Daniel Ricciardo, Sebastian Vettel o Lewis Hamilton.

Y llegó 2018, una temporada en la que las cosas comenzaron de manera decepcionante para Verstappen, que encadenaba errores impropios de su ya relativa experiencia (cuarta temporada en la Fórmula 1) con resultados insuficientes para seguir el ritmo de Daniel Ricciardo, su compañero de equipo.

Tras el Gran Premio de Mónaco de 2018, comenzamos a ver al nuevo Max Verstappen

Tras un toque público de atención de Red Bull Racing, en el que le pedía a su joven estrella que cambiara de mentalidad, el neerlandés reflexionó y se dio cuenta de que sobrepilotaba, es decir, que intentaba llevar el coche por encima de sus posibilidades en lugar de dejar que la velocidad del mismo fluyera de manera más natural. Desde ese momento, tras el Gran Premio de Mónaco, comenzamos a ver al nuevo Max Verstappen.

Infalible e igualmente espectacular

La segunda mitad de temporada de Max Verstappen en aquel 2018 fue sencillamente gloriosa. Al igual que todo 2019 y lo que llevamos de 2020. Por supuesto, Max ha cometido algunos errores, pero posiblemente haya sido el piloto que menos fallos ha sumado en su cuenta en los dos últimos años y, además, son incontables sus brillantes maniobras.

Su velocidad natural, su determinación a la hora de competir cuerpo a cuerpo y su espectacularidad de pilotaje siguen intactos, pero ahora están acompañados de inteligencia en carrera, gestión brillante de los neumáticos y consistencia en los resultados. Max Verstappen es, posiblemente, el piloto más infalible de la parrilla en estos momentos, el mejor.

El líder de Red Bull ha sabido coger el timón del equipo y está demostrando saber exprimir al máximo un monoplaza que en los últimos años ha sido más crítico y complicado de pilotar de lo habitual en la marca austriaca. Fe de ello dan Pierre Gasly y Alexander Albon, que no han sabido estar a la altura con una máquina tan impredecible en ocasiones.

Verstappen cumple este año su sexta temporada en la Fórmula 1 y sólo tiene 22 años. Todos sabemos que en el automovilismo elegir bien el equipo es primordial para tener éxito, pero lo cierto es que el neerlandés tiene todo lo necesario para recoger el testigo de Lewis Hamilton como nuevo referente de la parrilla. Si es que no lo ha hecho ya.

Fotos: Red Bull Content Pool