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El boom de las baterías de sodio ya se está gestando: 100 GWh de capacidad en 2030

La industria necesita un plan que incremente la competitividad mientras llegan las baterías de estado sólido. Parece que las de sodio son las elegidas para ello, ya que proporcionan seguridad, ahorro y cada vez mejores prestaciones.

El boom de las baterías de sodio ya se está gestando: 100 GWh de capacidad en 2030
Una celda de batería de sodio desarrollada por Ceatech.

8 min. lectura

Publicado: 30/03/2023 14:30

La demanda de energía es cada vez mayor y, por tanto, también la de sistemas de almacenamiento. Y, como la electricidad ha sido señalada como el camino hacia la descarbonización, las baterías se han convertido en el modo de conseguir una sociedad plenamente abastecida y a la vez respetuosa con el medio ambiente.

Pero las baterías de litio, que actualmente monopolizan el mercado casi por completo, no son la respuesta definitiva. No al menos en su configuración actual, con electrodos caros y medioambientalmente discutibles (grafito, níquel, cobalto, etc) combinados con electrolitos líquidos que comprometen la seguridad.

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El objetivo de la industria, al menos de la mayoría, es la batería de estado sólido, que ofrece múltiples ventajas pero, de momento, está lejos de instalarse en el mercado de los vehículos eléctricos.

Por eso, la ciencia y los fabricantes están investigando y desarrollando químicas alternativas. Y las baterías de sodio están ganando la carrera para liderar esa fase de transición.

El boom de las baterías de sodio

Recientemente, te contábamos qué son exactamente las baterías de sodio y qué ventajas tienen. Ahora, la empresa de análisis del mercado de las baterías y sus materias primas Benchmark Minerals afirma que el boom de las baterías de sodio ya ha comenzado.

Según sus cálculos, en 2030 el mundo tendrá una capacidad de 100 GWh de baterías de sodio producidas, y actualmente ya existen 28 plantas de fabricación en funcionamiento, planificadas o en construcción.

El BYD Seagull llevará baterías de sodio y comenzará a venderse este mismo año.

Benchmark también señala que la mayoría de estas plantas se encuentran o encontrarán en China, por lo que una vez más el gigante asiático tomará el liderazgo de un sector ahora en crecimiento. Incluso, actualmente cuenta ya con 3,1 GWh de capacidad de batería de iones de sodio.

Un sector en auge, pero con matices

La industria de almacenamiento de energía de baterías y bicicletas eléctricas está siendo explorada por las químicas de iones de sodio, las cuales, por primera vez en China, fueron sometidas a prueba en vehículos eléctricos este mismo año.

A pesar de eso, según las previsiones de Rho Motion se espera que para 2030 las baterías de iones de sodio ocupen un 6 % del mercado de almacenamiento de energía. Esto indica que la industria de las baterías de sodio todavía tiene mucho terreno por recorrer para alcanzar la posición de liderazgo de los iones de litio.

Los planes actuales indican que la capacidad de producción de sodio en 2030 será sólo del 1,3 % de la prevista para las gigafábricas de iones de litio por Benchmark. Además, Albert Li, analista de Benchmark, ha señalado que una posible reducción en el precio del litio podría disminuir las ventajas de la tecnología de iones de sodio.

«Todavía queda un largo camino por recorrer», señala también Caspar Rawles, director de datos de Benchmark. «Un anuncio se puede escribir en dos horas, desarrollar una planta lleva años».

Las baterías de sodio en los coches eléctricos

Si bien las baterías de iones de sodio ya están llegando al mercado de los coches eléctricos, aún no están preparadas para tomar el relevo de las de litio.

Esto se debe a varios factores. El principal es que las baterías de sodio cuentan con menor densidad de energía, lo que reduce la capacidad de ofrecer autonomías elevadas.

Sin embargo, cuentan con importantes ventajas, siendo la principal su menor coste y mayor seguridad. Todo ello, de momento, ha hecho posible su introducción en vehículos baratos de pequeño tamaño.

El sodio es muy abundante y no plantea problemas de extracción ni suministro. Imagen: Freepik

El mes pasado, a través de una colaboración con Sehol, una empresa conjunta entre los fabricantes de automóviles Anhui Jianghuai Automobile Group Corp (JAC) y Volkswagen, HiNa produjo el primer vehículo eléctrico de prueba con batería de iones de sodio del mundo.

Farasis Energy, un fabricante chino de baterías que se está moviendo hacia la producción de iones de sodio, también tiene 1 GWh de capacidad ya construida. A principios de este mes, anunció que suministraría a Jiangling Motors Electric Vehicle paquetes de baterías de iones de sodio para su sedán eléctrico EV3.

Transición fluida

Las baterías de sodio son compatibles con las exigencias del vehículo eléctrico, pero donde realmente van a ser competitivas es en la industria del almacenamiento de energía a gran escala.

Y lo cierto es que la futura transición entre el litio y el sodio en las baterías, o al menos la convivencia, será fluida. Entre otras cosas porque ambas químicas permiten utilizar las mismas líneas de producción en las fábricas, aprovechando así las cadenas de suministro ya existentes.

De hecho, Benchmark Minerals informa de que el 40 % de la capacidad de producción de iones de sodio para 2030 va a provenir de líneas convertidas en lugar de nuevas fábricas.

Un ejemplo de ello es Farasis, que opera una gigafábrica de iones de litio en Ganzhou, China. La compañía ha convertido algunas de sus líneas de producción de baterías de iones de litio en la fábrica a iones de sodio para producir baterías para Jiangling Motors.

«Esta estrategia no sólo ahorra costes, sino que reduce el riesgo para muchas empresas, en caso de que la demanda de celdas de iones de sodio sea débil», explica Evan Hartley, analista de Benchmark.

La conclusión es que las baterías de sodio han llegado para quedarse y su expansión ya ha comenzado. Sin embargo, no parece que vayan a enterrar a las baterías de litio. El escenario más probable es que ambas convivan en sintonía hasta la llegada de las baterías de estado sólido a finales de esta década o principios de la siguiente.

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