Mazda CX-5

En el año 2011, durante el Salón del Automóvil de Ginebra, la marca Mazda presentó en sociedad un importantísimo concept car. El Mazda Minagi Concept. Un modelo conceptual que sentaba las bases de un nuevo automóvil de producción en serie. El fabricante japonés se encontraba por aquel entonces trabajando a pleno rendimiento en una ambiciosa ofensiva de producto. Había llegado la hora de lanzar al mercado un vehículo que ocupase el puesto de los desaparecidos Mazda Tribute y Mazda CX-7.

El objetivo final de Mazda no era otro que asaltar el competido segmento de los SUV compactos. Aproximadamente un año más tarde de la presentación del mencionado concept car se produjo el lanzamiento del nuevo Mazda CX-5. Uno de los modelos más importantes de la marca nipona y un verdadero superventas a nivel global. Desde su lanzamiento en el año 2012 se han comercializado en todo el mundo más de 3.2 millones de unidades.

Tiene a sus espaldas dos generaciones y, hasta la entrada en escena del Mazda CX-60, ha sido durante mucho tiempo el SUV más grande comercializado por Mazda en Europa. Un particular buque insignia con el que mostrar al mundo de lo que es capaz del fabricante japonés en una de las categorías más competidas.

El CX-5 puede presumir de haber sido el primer modelo de Mazda en combinar el lenguaje de diseño KODO con la tecnología Skyactiv. Tiene a sus espaldas un total de dos generaciones. Las diferentes actualizaciones que ha sufrido este modelo a lo largo de su más una década de historia le ha permitido adaptarse a los cambios de tendencia que se han producido en el Viejo Continente.

La entrada en escena de la segunda generación del CX-5 marcó un antes y un después para el modelo de Mazda. Y no solo por las novedades en materia de diseño o de equipamiento tecnológico. Esta generación sufrió en el segundo semestre de 2021 un lavado de cara. Una actualización de mitad de ciclo usada como base para la electrificación del SUV compacto de Mazda. Sí, como veremos más adelante, el CX-5 ha sucumbido a la electrificación para seguir con vida en el territorio europeo.

Tras casi una década de espera, en el verano de 2025 se presentó la tercera generación del CX-5. El superventas de Mazda era objeto, finalmente, de un cambio generacional. Una renovación integral que introdujo en la gama importantes novedades en materia de diseño, de tecnología y de mecánica. Incluso utiliza una plataforma evolucionada. Unos cambios que también afectan a las dimensiones del vehículo. Es el CX-5 más grande jamás creado.

El CX-5 ha crecido. Y mucho. Con la llegada de la tercera generación de este SUV japonés gana varios centímetros hasta situarse a las puertas de una categoría superior. Mide 4,69 metros de largo. Una longitud que prácticamente le encuadra en «tierra de nadie». Es decir, a medio camino entre el segmento C-SUV y el segmento D-SUV. Ahora bien, de tener que situarlo en una categoría, cabría señalar que se trata de un C-SUV grande.

La distancia entre ejes alcanza los 2,82 metros, lo que se traduce en un habitáculo muy espacioso. Un interior con cinco plazas. El maletero cubica un volumen de carga de 583 litros. Una cifra que se puede incrementar hasta los 2.019 litros abatiendo los respaldos de los asientos posteriores.

Como bien hemos señalado previamente, este SUV de Mazda lidia en un segmento donde existe una enorme competencia. Entre los principales rivales del Mazda CX-5 se encuentran modelos como el Volkswagen Tiguan, el Renault Austral, el Hyundai Tucson, el Peugeot 3008, el Ford Kuga, el KIA Sportage, el Nissan Qashqai, el Opel Grandland, el Citroën C5 Aircross, el Jaecoo 7, el MG HS y el Alfa Romeo Tonale.

La gama de motores del Mazda CX-5 ha variado de manera importante con el paso de los años y, sobre todo, con las diferentes revisiones que ha sufrido este modelo. Con la entrada en escena de la tercera generación en 2025 se materializó la despedida de las versiones diésel. El nuevo CX-5 solo está disponible con motorizaciones de gasolina. Todas electrificadas con tecnología híbrida ligera (MHEV). Es propulsado por un motor 2.5 e-Skyactiv G de 141 CV asociado exclusivamente a un cambio automático de seis velocidades. En el pasado sí hubo versiones manuales del CX-5. Es posible elegir entre una configuración de tracción delantera y de tracción total.

Tras su última puesta a punto, se puede decir que el CX-5 ha sucumbido a la electrificación. Todas las versiones de gasolina presentan tecnología híbrida ligera (MHEV). Más concretamente el sistema Mazda M Hybrid. Al ser considerado un coche híbrido, luce el distintivo ambiental ECO de la DGT (Dirección General de Tráfico) con todas las ventajas de movilidad que ello supone.

El Mazda CX-5 se fabrica en Japón. El proceso de producción en serie de este SUV compacto se lleva a cabo en unas instalaciones de Mazda localizadas en Hiroshima.