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5 motivos para comprar un diésel

Los motores diésel todavía no están acabados. Continúan siendo una opción muy sensata para el cliente adecuado, incluso considerando el clima anti-diésel que tanto se respira. Repasemos sus ventajas frente a las demás tecnologías, aún tienen mucho que decir en el asfalto.

7 min. lectura

Publicado: 12/03/2017 17:00

Aunque los motores diésel viven su momento de reputación más bajo de los últimos años, siguen siendo una opción a considerar. Hay fabricantes que los van a eliminar de su catálogo a medio plazo, empezando por los segmentos más pequeños. Hay fabricantes que venden muy poco diésel, véase Toyota, una de cada cuatro ventas. Entonces, ¿qué sentido tiene comprar un diésel moderno?

Los inconvenientes ya los conocemos: son más contaminantes, su fiabilidad no es tan legendaria, son más caros de comprar y mantener, son susceptibles de sufrir restricciones a la circulación en pocos años... Sin embargo, sus fortalezas no son precisamente para desperdiciarlas:

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1. Siguen siendo ideales para hacer muchos kilómetros

Los motores diésel agradecen esfuerzos prolongados y constantes, como recorrer muchos kilómetros de autovía, por eso son la elección principal en transporte de largo recorrido. Sus sistemas anticontaminación son más eficaces circulando a 2.000 RPM o más, pues se generan temperaturas de escape más adecuadas para neutralizar contaminantes. Lo que estropea los diésel es meterlos en ciudad y hacer pocos kilómetros en carretera.

El consumo sigue siendo aquilatado, y frente a tecnologías más económicas como GLP o GNC, es imbatible en disponibilidad de lugares para repostar en cualquier rincón del continente. Además, la elevada autonomía del depósito permite repostar en lugares muy lejanos, donde el combustible es más económico, y así esquivar zonas de precios más altos. Por otra parte, siempre consumen menos que un gasolina 100% equivalente.

2. Son muy resistentes a largo plazo

Obviando casos en los que la fiabilidad no es tan buena, los motores diésel pueden aguantar kilometrajes muy altos, por encima de medio millón de kilómetros, sin tener que abrir el motor para cambiar segmentos, camisas, etc. A mayor cilindrada, a priori más resistencia ante esfuerzos a largo plazo.

En cuanto a los filtros y sistemas antipolución, los puntos más débiles, durarán más tiempo cuantos más kilómetros a alta velocidad se hagan. No es imprescindible utilizar el gasóleo de más alta calidad, pero ayuda a largo plazo por la menor formación de depósitos de porquería. El uso de los aditivos correctos también maximizan la duración a lo largo de los años.

3. Un modelo actual cumple con Euro 6

La normativa anticontaminación vigente es Euro 6b. Aunque algunos modelos solo cumplen en el papel el cumplimiento de la norma, es suficiente a efectos oficiales. Un diésel Euro 6b recibe la pegatina verde/C de la DGT, la menos contaminante de los modelos de combustión interna tradicional. ¿Y la ecología? Hay casos de motores gasolina que contaminan más que un diésel actual, fundamentalmente por partículas cancerígenas, y con urea/SCR los óxidos de nitrógeno pueden estar a raya en condiciones adecuadas.

Los problemas para circular llegarán primero a las generaciones Euro 3 o anteriores (2004 o antes), después irán a por los Euro 4 y Euro 5, y en última instancia entrarán en la cacería los Euro 6. Se puede reprochar al ciudadano que no cambie un coche con 15 años, pero uno que está prácticamente nuevo no, sobre todo si ha contado con los parabienes de la Administración.

4. Su consumo es menos variable en uso exigente

Los motores de gasolina pueden aumentar mucho su consumo en conducción deportiva, tirando de una caravana, con baca/cofre de techo o por encima de los límites legales de velocidad. En esas circunstancias los diésel consumen más, pero la variación se nota menos: tienen más eficiencia que los gasolina no hibridados.

Los diésel continúan siendo los líderes en par máximo, por eso son adecuados para trabajos duros, como mover vehículos grandes y pesados, remolcar, conducción todoterreno o desafiar la vigilancia de los radares. Una buena berlina puede hacer 5 l/100 km o menos, a cruceros de 140 km/h, incluso con todos los ocupantes a bordo. A un SUV no le podemos pedir eso, pero peor sería ir a gasolina.

5. Es una tecnología madura y conocida

Prácticamente cualquier mecánico puede mantener un motor diésel, a diferencia de tecnologías más exóticas que requieren una formación adicional. Da igual que sea un servicio oficial o un taller de barrio, seguro que han tocado algún diésel. Como el mantenimiento de un diésel es más caro, tiene más sentido hacerlo fuera de la red oficial por la diferencia de precio.

Por otro lado, estos motores han experimentado un notable avance en refinamiento: son menos ruidosos, menos vibrones y menos ásperos que sus predecesores. Pocas marcas van hacia atrás. Un diésel moderno puede ser tan agradable de usar como un gasolina, e incluso que el conductor olvide qué manguera tiene que descolgar. Hay excepciones, como siempre, pero esa es la tendencia.

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