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Así será la movilidad en Madrid central desde noviembre

En cuestión de un par de meses la vida en la parte central de Madrid, un área de prioridad residencial de 472 hectáreas, cambiará para siempre la forma de moverse por la capital. Resumimos las medidas principales del nuevo plan.

7 min. lectura

Publicado: 12/09/2018 22:00

Área de Madrid Central, que aglutina las existente APR de Justicia, Letras y Cortes

Madrid será una ciudad más agradable al menos dentro del gran área de prioridad residencial (APR) denominada Madrid Central, que a partir del 23 de noviembre eliminará casi todo el tráfico de tránsito y reducirá la contaminación en la zona. Durante el verano se han estado haciendo los preparativos para delimitar la zona y cambiar plazas de aparcamiento azules (temporales) a verdes (residentes).

El objetivo de este gran plan es reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno en un 40 %

Los vehículos de cuatro ruedas sin distintivo ambiental -diésel, gasolina y alternativos- no podrán entrar ni estacionar, a menos que se trate de residentes, y con el tiempo habrá que convertir esos vehículos en históricos (pasados 30 años), venderlos, o reemplazarlos por otros. Pasará algo parecido con ciclomotores, motos y triciclos.

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Los que dispongan del distintivo B o C solo podrán entrar al centro si tienen intención de aparcar en cualquier sitio autorizado menos en la calle, aunque se ha previsto un sistema de autorizaciones temporales para conocidos de los residentes, servicios profesionales y varias excepciones más. Por razones de espacio, os remitimos a la página web oficial con los criterios de acceso, convenientemente desglosada.

Sin embargo, los ECO -híbridos y alternativos que cumplan al menos Euro 4 gasolina o Euro 6 diésel- podrán entrar y salir sin problema, así como estacionar en las zonas SER de Madrid Central. Estarían fuera de esa definición los primeros Toyota Prius (2000-2004), coches a gas Euro 3 o anteriores, los diésel híbridos de PSA, etc.

Para los vehículos eléctricos habrá "barra libre", circulación y estacionamiento sin limitación horaria ni condiciones. Tendrán la misma libertad de movimiento que los residentes de un sector concreto. A fin de cuentas, ni producen contaminación local, ni contribuyen al incremento del ruido. Los peatones van a tener que estar más atentos, aunque también habrá que circular más despacio.

Muchas calles van a quedar limitadas a 30 km/h (10.503 tramos de 12.606), y en algunos casos incluso a 20 km/h. Peatones y ciclistas tendrán mucho más protagonismo y recuperarán el terreno ganado por el automóvil en las últimas décadas. No llega a ser una peatonalización completa, como la Plaza Mayor, pero todo lo que puede parecerse. Los patinetes eléctricos también estarán regulados y habrá que conocer sus limitaciones para evitar sanciones.

Los distintivos ambientales, de uso voluntario (no tenerlo puesto equivale a no tenerlo concedido), cambiarán la forma de ordenar el tráfico. Se pueden conseguir por 5 euros en Correos y algunos talleres

Indudablemente, todos estos cambios trasladarán mayor tráfico a las vías que queden fuera de Madrid Central, y por efecto contagio cambiarán los hábitos de desplazamiento. Merecerá más el uso de las vías de circunvalación M-30 y M-40, siempre y cuando no haya episodios de alta contaminación, que también implicarán limitaciones dentro del perímetro de la M-30 y en la misma, según su severidad.

Está claro que los vehículos con distintivo ECO y CERO serán los menos afectados por estos cambios

Quienes no puedan -y no cumplan la condición de residentes- sustituir su vehículo por otro, ni adaptarlo para recibir la pegatina ECO, tendrán que cambiar su forma de moverse: aparcamientos disuasorios, mayor uso del transporte público, uso de servicios de carsharing/motosharing eléctrico, taxis, VTC, bicicleta e incluso ir andando.

Durante la fase inicial, las cámaras que saquen fotos a las matrículas no van a multar, pero llegarán cartas informativas explicando que es un área restringida. Ya en 2019 las cámaras mandarán multas a todos aquellos que no puedan justificar su exención, tal y como ya estaba ocurriendo en las APR vigentes actualmente.

Las motos también notarán cambios, la normativa de movilidad que está a punto de aprobarse limitará mucho su estacionamiento en las aceras

Medidas impopulares... durante un tiempo

Este rosario de medidas, que hemos resumido bastante, tienen objetivos muy nobles: menos contaminación, menos ruido, menor riesgo de accidentes en los que se vean implicados tanto vehículos como peatones, ciclistas y, en general, los más vulnerables. Varias ciudades ya tienen importantes limitaciones al tráfico en sus partes más centricas y viejas.

En su momento esas limitaciones también fueron impopulares: Valencia, Segovia, Murcia, Barcelona... los ejemplos son numerosos a lo largo de la geografía española. A diferencia de países como Estados Unidos, el diseño de las áreas centrales se hizo hace siglos y no se contó con la presencia de los vehículos a motor, por lo que la convivencia nunca llegó a ser perfecta.

Pasada una etapa inicial en la que habrá muchas protestas, multas y seguramente "daños colaterales" en los barrios más cercanos a Madrid Central, nos terminaremos acostumbrando todos, desde los residentes hasta los foráneos, y el término medio: madrileños que no son residentes en la zona. Si bajan los humos, accidentes y ruidos, otros tantos alcaldes se verán muy tentados a hacer lo mismo. Es lo que se espera en una ciudad en el futuro, al menos en la parte central.

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