BMW estudia el eléctrico con extensor de autonomía y 1.000 km o más… pero que la marca no ofrecerá a cualquiera

La tecnología de autonomía extendida está empezando a ser cada vez más considerada por las marcas europeas, que han encontrado en esta una tabla de salvación para hacer que los coches eléctricos sean más atractivos. Los ceros emisiones están enfrentando a las marcas a una serie de desafíos completamente desconocidos, y también para los clientes. Sin ir más lejos, uno es el coste que tienen que pagar los clientes por una batería más potente para disponer de mayor autonomía, cuando hoy no se suele pagar por el tanque de combustible.

Mercedes ofrece un depósito con mayor capacidad en opción, pero la gran mayoría de los clientes no lo sabe, los concesionarios no lo suelen ofrecer porque es algo estúpido, un extra por el que no pagan ni los más adinerados. Esta es una realidad, como también que nos vendan que las baterías son cada vez más baratas, pero no por ello baja el precio de los coches eléctricos. Estos son sólo dos motivos que justifican que un gran número de marcas esté trabajando en la tecnología de autonomía extendida.

BMW piensa en la tecnología EREV pero muy a lo grande, demasiado

A Renault ya la hemos pillado realizando pruebas con un motor de HORSE, Volkswagen también está realizando ensayos para sus futuros eléctricos, y aunque el nuevo BMW iX3 ha logrado superar los 800 kilómetros de autonomía, también están pensando en la tecnología EREV. Un sistema que no es desconocido para los bávaros, que ya lo usaron en la primera generación del BMW i3 Rex elevando la autonomía hasta los 300 kilómetros, gracias a un motor de dos cilindros y 650 centímetros cúbicos de Kymco y que luego usó su maxi-scooter el C650 GT.

Una opción que potenció las ventas de aquel primer coche eléctrico de producción en serie, pero que acabó desapareciendo cuando BMW agrandó la batería del i3 y, por ende, aumentando la autonomía. Sin embargo, los tiempos han cambiado y superar los 1.000 kilómetros de autonomía en un coche eléctrico, como si fuese un diésel o un híbrido enchufable, supone invertir más en baterías carísimas, cuyo coste se trasladará sí o sí a los clientes. Los primeros indicios en BMW tuvieron lugar el pasado verano, aunque ahora fuentes alemanas han desvelado que la casa alemana está considerando instalar un pequeño motor de combustión como generador de energía a bordo del lujoso i7.

BMW no ha negado la información, pero tampoco la ha confirmado, apuntando que «la compañía analiza continuamente los patrones de uso, las necesidades de los clientes y la evolución del mercado». La realidad es que las carrocerías de gran tamaño ofrecen suficiente espacio para la integración en paralelo de un motor eléctrico y un generador, y en modelos como el inmenso BMW iX7 que se está gestando, es mejor solución que una batería de un tamaño y peso descomunales.

1.000 km es una autonomía de diésel, en un eléctrico el coste es terrible

Sí, el cliente que se compra semejante SUV no mira el coste de la batería, pero tampoco es tonto. Un X7 eléctrico con un extensor de autonomía lo haría más vendible en Europa o en Estados Unidos, además de en el gigante asiático donde esta tecnología está alcanzando su grado máximo. Cómo lo hará BMW esta vez es, ahora mismo, un misterio pero con semejante banco de órganos, tanto de coches como de motos, cuenta con soluciones de sobra para que los clientes de sus eléctricos más lujosos no dependan de largos tiempos de carga; a fin de cuentas, esta debería ser una ventaja como la de la mayor autonomía posible.

Sí, Mercedes ya cuenta con baterías de 1.200 kilómetros de autonomía, pero no se sabe el precio de venta. Seguramente, muy superior a la autonomía extendida que, en las distancias cortas, el motor que siempre funciona es el eléctrico, mientras que en viajes largos, muy largos, es el de combustión el que proporciona una reserva de energía fiable aumentando la autonomía. El conductor sólo tiene que recordar que el tanque de combustible no es eterno...