El GLP sigue siendo la mejor tecnología alternativa a medio plazo

Querido lector, seguramente no seré para ti un interlocutor imparcial, porque soy firme defensor del GLP. Esta vez voy a limitarme a mencionar las conclusiones de un estudio que Applus IDIADA realizó para la AOGLP, que representa a los operadores españoles que venden este combustible alternativo. Juzga tú mismo los datos.

Esta empresa de servicios hizo una comparativa entre las distintas tecnologías alternativas (GLP, GNC y eléctricos) en cinco factores de evaluación: infraestructura, oferta de vehículos, autonomía, coste total (TCO) y reducción CO2 WTW (del pozo a la rueda). No introduciré ninguna idea personal ni otra información, todo lo saco del mismo sitio:

1) La infraestructura

Tomando los datos de abril de 2018, hay 581 lugares para repostar GLP, 57 de GNC, y 876 puntos de recarga eléctrica. Las instalaciones más económicas son las de GLP, en cuanto a los puntos de recarga eléctricos depende si son de baja potencia (asequibles) o de carga rápida (inasumibles para particulares).

El GLP es más cómodo para el usuario, ya que puede repostar en gasolineras conocidas y con el mínimo cambio de hábitos, e internacionalmente sabiendo qué adaptador usar (hay 4 en total). Es más complicado repostar GNC, y recargar un eléctrico siempre es más lento, aunque lo más económico (incluso gratis).

2) Oferta de vehículos

Los vehículos bicombustible a GLP (que no híbridos) suponen más de 40 modelos -según el IDAE- disponibles, muchos más que los que hay a GNC, que son o del Grupo Volkswagen o fundamentalmente de uso industrial (GNC o GNV). La apuesta de los fabricantes es claramente a favor del GLP, aunque algunas marcas son erráticas en su apoyo a este combustible.

La conversión a GLP es más económica (más de 1.000 euros) que la de GNC (más de 3.000 euros), y muchísimo más barata que la conversión a eléctrico. No en vano las conversiones a GLP han aumentado un 150% solo en lo que va de año, las ventas se han multiplicado por 6 respecto a 2017. En total circulan más de 70.000 vehículos a GLP en España.

3) Autonomía

Los vehículos bifuel pueden combinar los dos depósitos, el convencional y el de gas, logrando una autonomía sin competencia, batiendo incluso a los diésel de la misma categoría. Usando únicamente gas, recorren el doble o triple de distancia que un eléctrico, pudiendo repostar en minutos.

Se han simulado recorridos Madrid-A Coruña, Madrid-Barcelona y Madrid-Sevilla, siendo el GLP el más competitivo en coste y tiempo

Con estas tres tecnologías hay que repostar/recargar más a menudo, pero el coste es muy inferior, siendo los combustibles gaseosos beneficiarios de una menor carga fiscal, los eléctricos destacan por su elevada eficiencia final (y es lo más barato para moverse). Además, GLP, GNC y eléctricos pueden torear las restricciones circulatorias, por sus menores emisiones -o nulas en los eléctricos- a nivel local.

4) Coste total (TCO)

Si se tienen en cuenta los costes de compra, mantenimiento y reparaciones, costes de combustible/electricidad y el punto de carga para los eléctricos, durante 10 años y 200.000 kilómetros, el GLP sale ganando respecto al resto de las tecnologías. Applus IDIADA dice que con GLP se ahorra un 18% frente a un eléctrico y un 12% respecto a un gasolina.

Para realizar los cálculos, los consultores han tenido en cuenta los menores costes de mantenimiento de un eléctrico, así como las ayudas del Plan MOVALT, sin penalizar en absoluto a los eléctricos en consumo ni en precio de recarga. El alto precio de compra de los vehículos a baterías no consigue compensar -en ese plazo- el resto de costes. A más largo plazo el eléctrico acaba ganando. Obviamente, se suponen constantes dichos precios, y el mantenimiento común se ha suprimido (ruedas, frenos...)

5) Emisiones de CO2

El eléctrico gana por goleada, no emite CO2 localmente, y considerando el mix de generación eléctrico europeo, es la tecnología más limpia en carbono. Los vehículos de gas reducen el CO2 respecto a los gasolina, no siempre frente al diésel, y se han considerado las emisiones a ciclo completo (del pozo a la rueda).

Aunque el GLP no es el mayor reductor de CO2, si se combinan las ventajas antes descritas, refuerza su competitividad. En otras palabras, un usuario de vehículo eléctrico no ahorrará dinero, pero sí ahorrará contaminación (10 años/200.000 km). Dado el declive del gasóleo, el GLP es el mejor sustituto a día de hoy.

Anexo y crítica al estudio

La cuota de vehículos a GLP hasta agosto es de 1,8% a GLP, 0,4% a gas natural y 0,3% eléctricos, con y sin ayudas a la compra. Aún así, para que España esté a nivel europeo en cuota de vehículos a GLP debería haber 700.000 vehículos, 10 veces más que ahora. Tenemos 1,2 vehículos a autogás sobre 1.000 habitantes, a nivel europeo la media está en 15,4/1.000 hab.

Llegados a este punto, se puede criticar al estudio que asume que los precios van a ser estables, y no será así, el gasóleo tiene que subir y se desconoce si el Gobierno va a reducir las ventajas fiscales de los combustibles gaseosos. También se puede discutir sobre la comparativa de consumos y costes entrando en segmentos concretos -otra cosa es hablar de una media-.

Por último, el principal "problema" del estudio es que está encargado por una parte interesada, aunque se supone que Applus IDIADA es una fuente imparcial. Desde luego que a largo plazo lo eléctrico se va a imponer, pero para quien no haga planes a 32 años vista, que difícilmente dura tanto un coche en las mismas manos, hay otras tecnologías que tienen mayor interés inmediato.

Fuente: AOGLP y Applus IDIADA