¿Es posible engañar al alcoholímetro? Mitos y realidades
Engañar al alcoholímetro es tarea imposible. Si el alcohol ha entrado a la corriente sanguínea, y tarda poco en hacerlo, trucos como beber aceite de oliva, soplar despacio, hacer ejercicio o beber mucha agua no te servirán absolutamente de nada.
Conducir bajo los efectos del alcohol es ilegal, aunque la normativa vigente establece sus sanciones a partir de los 0,25 mg/l de aire espirado y 0,5 g por litro de sangre. Salvo a noveles, conductores profesionales, servicio público, transporte de mercancías y menores, transportes especiales y servicios de emergencia. Para ellos, los límites están en 0,3 gramos por litro de sangre y 0,15 mg/l de aire espirado.
Y la 'prueba de fuego' es el alcoholímetro, el instrumento que utilizan tanto la Policía Municipal como la Guardia Civil, en carretera, para saber si conducimos por encima de estos valores y, en consecuencia, aplicar la sanción que corresponda. La Policía Nacional, sin embargo, requiere de la Municipal para que hagan ellos la prueba. Pero ¿es posible engañar al alcoholímetro? Esa es la pregunta que muchos se hacen.
¿Engañar al alcoholímetro? La realidad en torno a los mitos que aseguran que sí
No vas a conseguir engañar al alcoholímetro por una razón muy sencilla: mide la concentración de alcohol en el aire alveolar, que está en equilibrio con la sangre. Esto quiere decir que, aunque trates de reducir el 'alcohol en boca', y con algunos de esto trucos para 'engañar al alcoholímetro'lo conseguirás, el test de alcoholemia seguirá detectando el alcohol que hay ya en tu sangre. Pero vayamos por partes...
Caramelos, chocolatinas, chicle y café
Todo esto puede hacer que en tu boca haya menos alcohol, efectivamente, pero al consumir una bebida alcohólica esta pasa por el esófago, atraviesa el estómago y pasa al intestino delgado. Parte de ese alcohol pasa directamente a la corriente sanguínea a través de la membrana mucosa, y la mayoría lo hace por las paredes del intestino delgado. Al entrar en la corriente sanguínea, el etanol llega rápidamente a todas las partes del cuerpo por ser soluble en agua.
Esto quiere decir que, aunque en la boca haya 'poco alcohol', el etanol ya habrá llegado a la sangre de otras muchas formas, y el alcoholímetro lo detectará. El café, no obstante, acelera el metabolismo y puede ayudar a eliminar antes el alcohol en sangre. Pero no lo suficiente como para engañar al alcoholímetro en los plazos tan breves de un control de alcoholemia.
Ejercicio en el control de alcoholemia para engañar al alcoholímetro
La actividad física también acelera el metabolismo, lo que en mayor o menor grado tiene un efecto parecido al consumo de café y otras bebidas con cafeína. Pero además, parte del alcohol se elimina por el sudor -así como por la orina-, pero no en cantidades significativas.
Así que, aunque efectivamente el ejercicio ayuda a eliminar antes el alcohol, complementando a la metabolización de esta sustancia tóxica, no será suficiente ayuda como para engañar al alcoholímetro. De nuevo, sobre todo, por los plazos que se dan al conductor cuando es sometido a una de estas pruebas por parte de la Guardia Civil o de la Policía Municipal.
Beber grandes cantidades de agua para 'diluir' el alcohol
Sí, el alcohol es soluble en el agua, y puede ser bueno para nuestro organismo intercalar tragos de agua entre copas. Sobre todo, porque el alcohol tiene un efecto diurético que podemos 'compensar' bebiendo grandes cantidades de agua. Algo que, por cierto, puede ayudarnos a tener una resaca más leve.
Pero cuando estás en el control de alcoholemia, el alcohol, como decíamos antes, ya ha pasado a la corriente sanguínea y beber grandes cantidades de agua no va a ayudar a la eliminación de esta sustancia tóxica, que irá metabolizándose poco a poco. Lo único que vas a conseguir es estar más hidratado, compensando ese efecto diurético, y orinar. No vas a eliminar alcohol como para engañar al alcoholímetro.
Tomar aceite o un vaso de leche
Considerando que el estómago fuese un vaso, si hay alcohol dentro del mismo y echamos aceite, por su mayor densidad se quedaría encima- Entonces habríamos hecho una 'película' que, de manera superficial, oculta el alcohol ¿verdad? Con la leche podría pasar algo parecido.
Pero volvemos a recordarte lo que explicábamos en el primer punto, y es que el alcoholímetro mide la concentración de alcohol en sangre, aunque sea por el equilibrio o su relación con el aire alveolar, que es donde mide la concentración específicamente.Así que este tipo de trucos son inútiles si nos hemos propuesto engañar al alcoholímetro.
Exprimir el tiempo en el control de alcoholemia
El alcohol se puede detectar en la sangre desde tan pronto como cinco minutos después de haberlo ingerido. No obstante, tarda entre 30 y 90 minutos en alcanzarse el punto máximo de concentración en sangre. En este punto, mientras se sigue consumiendo alcohol se produce una 'meseta', en la que la concentración es estable, y no empieza a descender la concentración hasta que se toma el último trago.
Pero la eliminación completa puede llevar hasta 19 horas desde la última copa y la curva de 'bajada' es mucho más lenta que la de subida. Piensa que has podido alcanzar el punto máximo en cosa de dos horas, por ejemplo, y que no devolverás la concentración a cero, probablemente, hasta 19 horas después. Así que, aunque exprimas cada minuto en el control de alcoholemia, la concentración de alcohol en sangre no bajará lo suficiente como para 'engañar' al test de las autoridades competentes.
Consumir medicamentos contra la acidez o protectores estomacales
Volvemos a lo mismo que comentábamos con el trago de aceite o de leche, o algo muy parecido. Un medicamento contra la acidez puede reducir el ardor estomacal; y un protector de estómago quizá nos ayude a aliviar el malestar en una noche de borrachera. Pero no van a tener efecto sobre la concentración de alcohol en sangre.
Tanto un tipo de medicamento como el otro, tienen actuación en el estómago. Y cuando el alcohol ha llegado ahí, parte ya ha llegado a la corriente sanguínea. Y el resto seguirá su curso por el aparato digestivo para, en su mayoría, entrar directamente a la corriente sanguínea en el intestino delgado. Así que no, no van a ayudarte lo más mínimo a cambiar el resultado del test de alcoholemia.
Olvídate de trucos para engañar al alcoholímetro
Conociendo todo lo anterior, seguro que muchas de las explicaciones que te hemos dado las puedes aplicar a otros trucos que habrán llegado a tus oídos como soplar despacio -por lo que quizá acabes con la paciencia del agente-, y muchos otros que se oyen por ahí. Ninguno funciona, no hay nada que hacer más que ser responsables y, si bebemos, no conducir.
La normativa vigente establece una serie de tasas máximas que, en caso de ser superadas, implicarán una sanción por la vía administrativa o, en los casos más graves, por la vía penal.