He probado cientos de coches, y de todos ellos este es el que sin duda me compraría ahora mismo
Hay muchos coches en el mercado. Diferentes marcas, modelos, tamaños, mecánicas y colores. Son muchas las dudas que entran a la hora de comprarse un coche nuevo. Tras probar muchos de ellos tengo muy claro cuál me compraría.

Tengo la suerte de poder dedicarme a algo que me ha apasionado durante toda mi vida; los coches. Aunque hoy sean objeto de señalamientos y críticas, nuestra vida está organizada en torno a la figura del automóvil. Tras más de 120 años de historia el mundo del motor no ha parado de evolucionar. Hoy vivimos tiempos extraños, pero emocionantes. La diversidad ha llegado a nuestra vida para darle color y, lamentablemente, para ponernos en algún que otro apuro.

Antes, comprarse un coche nuevo era 'bastante sencillo'. Teniendo en cuenta que en España más del 80% de los coches eran diésel, sólo había que seleccionar el que más nos gustase dentro de nuestro presupuesto. Hoy, nos enfrentamos a una decisión muchísimo más compleja. No sólo hay que tener en cuenta el feo asunto del dinero, también otros factores importantes y condicionantes como el tamaño y el tipo de mecánica. Con los diésel en plena retirada, los modelos electrificados toman el control del mercado.
Si bien es cierto que los híbridos han ocupado el puesto de los viejos diésel, todavía no he probado ninguno que realmente me emocione. Hay algunas excepciones como los híbridos firmados por Renault u Honda. El Honda Civic, que ya probé, me parece un cochazo. Lo mismo diría del Renault Clio híbrido, del que ya te hablé. El mejor de su categoría, sin ningún atisbo de duda. Los conductores españoles optan por los Toyota, pero, sintiéndolo mucho, no me gusta su esquema híbrido con variador continuo. Poca fuerza y mucho ruido.

No soy contrario al coche eléctrico, pero creo que aún hoy tiene algunas limitaciones importantes. El precio y la recarga pública en algunas regiones del país. Los principales corredores del país están bastante cubiertos, pero hay algunas provincias o autonomías que están muy rezagadas en lo que a electrificación se refiere. No hay más que visitar regiones como Cantabria, Asturias, Extremadura o espacios abiertos de cualquiera de las dos Castillas. Queda mucho terreno por cubrir.
Para mí, la peor parte de tener un eléctrico es la previsibilidad que se requiere. Si tu vida transcurre en un círculo controlado y ordenado de ir y venir es una gran solución. Por el contrario, si tus días pueden cambiar rápidamente de plan puede condicionarnos la vida. Por no hablar del gran espacio de mejora que los coches eléctricos tienen por delante. La tecnología ha avanzado una enormidad en cinco años. Cuesta imaginar los coches eléctricos que veremos en los próximos cinco o diez años. Hoy, algunos, ya superan la barrera de los 800 kilómetros.
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Ahorras 4.343 €Comprarse un coche es, por norma general, la segunda compra más cara que hacemos a lo largo de nuestra vida, después de una casa. Al igual que no nos compramos una casa de forma impulsiva tampoco debemos caer en la tentación de comprarnos el primer coche que veamos o se nos ocurra. La edad media del parque dice que, de media, los españoles aguantamos nuestros coches más de 15 años. Por lo tanto, no podemos pensar exclusivamente en el ahora al comprar un coche. Hay que pensar en el futuro y en las muchas variables que puedan entrar en juego: familia, trabajo, ZBE...
Cada vez son más los espacios protegidos y restringidos a los coches más contaminantes. Europa demanda zonas de bajo impacto ambiental y eso quiere decir que si tienes un coche viejo no vas a poder moverte como tú quisieras. Sí, lo sé, es una injusticia social, pero no podemos esperar que nuestros políticos piensen de forma ecuánime. Esas restricciones son las que hoy animan a millones de conductores a optar por los híbridos, pero como ya he dicho, para mí, no sería la mecánica que hoy escogería.
Hace ya 4 años que probamos el León e-Hybrid. Sigue siendo tan bueno (o mejor) como entonces.
Los híbridos enchufables han sido duramente castigados por los ecologistas y algunos partidos políticos. Sin embargo, en poco tiempo han sufrido una enorme evolución. Antes consumían muchos recursos y tampoco se podía decir que fuesen especialmente eficientes. Hablo de las primeras generaciones de PHEV como el Mitsubishi Outlander. Un coche que llegó a copar el 80% de su mercado. Hoy los híbridos enchufables están en su punto justo de maduración para convertirse en la alternativa real para muchísimos conductores.
Antes de nada, ¿a qué llamamos híbridos enchufables (PHEV)? Se trata de coches compuestos por un motor de combustión, generalmente gasolina, y uno o varios motores eléctricos alimentados por una batería de alta capacidad. Más grande que la de un híbrido, pero más pequeña que la de un eléctrico puro correspondiente. Existen opciones alternativas similares como los Eléctricos de Rango Extendido (EREV). La filosofía es la misma, pero en esos casos el motor de gasolina actúa como generador y no tiene conexión directa con las ruedas.

Cada vez son más lo híbridos enchufables disponibles a la venta, pero no todos son iguales. Hay uno que para mí es el mejor que ahora mismo nos podemos comprar en España: el SEAT León e-Hybrid. El Grupo Volkswagen ha tardado en dar con la tecla de los eléctricos, pero nadie me puede negar que en lo que a híbridos enchufables tienen los mejores del mercado. Volkswagen, Skoda, CUPRA, Audi o SEAT disfrutan de un sistema PHEV de primer nivel que para mí es la referencia absoluta.
Se ha discutido mucho sobre si SEAT está muerta o no. Esa es otra cuestión que merece una discusión aparte. Hoy por hoy SEAT está viva y fabrica el que para mí es el mejor híbrido enchufable que hay a la venta en España. El coche que ahora mismo, tras probar cientos de ellos, me compraría sin dudarlo. No digo que no hay otros coches que me apasionan y que me gustaría que pasasen a formar parte de mi garaje. Sin embargo, teniendo en cuenta las cuestiones del mercado, la tendencia de las políticas y el rendimiento del producto, el León e-Hybrid es para mí la apuesta ganadora.

Un producto redondo del morro al culo. Si, el León actual tiene unos cuantos años encima, pero míralo. Ha sabido envejecer perfectamente, con mucha más dignidad que la mayoría de los coches de su época. Es como uno de esos famosos de Hollywood de edad indefinida que no parecen verse afectados por el tiempo. Y subo mi apuesta; me gusta más la carrocería familiar que el compacto. De hecho, mi dinero iría a parar concretamente al SEAT León Sportstourer 1.5 e-Hybrid FR. La combinación perfecta de diseño, mecánica y equipamiento.
¿Por qué el Sportstourer en lugar del compacto? Pues porque me gusta más la línea y porque para el futuro puede darme mucho más juego. Su tamaño y habitabilidad lo hacen perfecto para una familia con hasta cuatro miembros. Las plazas traseras son cómodas y espaciosas, y el maletero es muy grande. En el caso del e-Hybrid es de 470 litros, 150 litros menos que en cualquier otra versión mecánica. Esa es la única pega notable que le noto al hecho de acceder a un enchufe. Sin embargo, el espacio se pierde del doble fondo. La parte superior, la que usamos el 95% de las veces es exactamente igual.

En cuanto al acabado FR no es más que una sencilla cuestión de que SEAT sólo ofrece dos versiones para el León híbrido enchufable. Recientemente también podemos sumar el acabado especial del 75 cumpleaños de la marca SEAT, pero es temporal. Hay una versión menos equipada, el acabado Style, pero no veo que la diferencia de precio justifique el ahorro. Apenas son 1.320 euros entre ellos y el FR viene más equipado y encima tiene un aspecto mucho mejor.
De serie llega con muchos de esos elementos que hoy consideramos esenciales en un coche moderno como el acceso y arranque sin llave, climatizador bizona, lunas traseras tintadas, faros Full LED, muchísimos airbags repartidos por toda la carrocería, retrovisores laterales de ajuste eléctrico, conectividad para dispositivos móviles, Android Auto, Apple CarPlay, instrumentación digital de 10,25 pulgadas, pantalla central táctil de 12,9 pulgadas y una completa lista de asistentes y ayudas a la conducción. Euro NCAP lo certifica con sus cinco estrellas de seguridad.

No le falta ni un detalle, ni un ápice de rendimiento al mejor sistema híbrido enchufable del mercado. Bajo el capó nos encontramos el motor de gasolina 1.5 litros de cuatro cilindros turboalimentado del Grupo Volkswagen. Por sí solo es capaz de desarrollar 150 caballos de potencia y 250 Nm de par. Adicionalmente instala un bloque eléctrico delantero con 116 caballos y 330 Nm de par. El rendimiento máximo combinado anunciado en la ficha técnica es de 204 caballos y 350 Nm de par motor. Es importante que te fijes bien en estas cifras.
Como ya he dicho un poco más arriba, hoy los híbridos enchufables son algo bastante corriente, pero a la hora de inspeccionar el mercado son mucho mejores aquellos en los que el motor de combustión tenga más potencia que el o los motores eléctricos que se equipan. ¿Por qué? Porque llegará el momento en el que te quedes sin el apoyo de la batería y si llegado a ese punto el motor de gasolina aporta la fuerza principal la conducción no cambiará tanto. El rendimiento será similar y ni hablemos del confort de marcha. Recuerda, en los híbridos enchufables el motor de combustión debe ser más potente que el eléctrico.

Esta lección la aprendí no hace mucho tiempo cuando probé el BYD Seal U DM-i. Aunque es un coche cómodo, el motor eléctrico aporta la mayor parte de la fuerza. Cuando la batería se agota, que no tarda más de 60 kilómetros, el motor de gasolina se queda solo ante el peligro y para nada está armado para hacerlo. Es entonces cuando aparece el bajo rendimiento, el consumo alto y el ruido excesivo de un motor que no puede tirar de su propio coche. Te digo el BYD porque es el caso más evidente que he sufrido, pero le pasa a todos los en los que el motor eléctrico es el principal.
Los 204 caballos del León e-Hybrid son más que suficientes para la mayoría de las situaciones. Ni siquiera cuando la batería se acaba el rendimiento decae mucho. Lo mejor de todo es que la batería tarda mucho tiempo en decir su última palabra. La ficha técnica garantiza hasta 131 kilómetros. En el mundo real supera por poco los 100, que ya es bastante. A eso hay que sumar un tanque de combustible de 40 litros. La autonomía combinada ronda los 900 kilómetros. Un poco más si sabemos sacar provecho al sistema.

¿Y eso cómo se hace te estarás preguntando? Pues en el día a día no hace falta hacer nada. El coche, por normativa, arranca en formato eléctrico. Su autonomía es más que suficiente para poder hacer nuestros recorridos habituales sin que el motor de gasolina se ponga en marcha. Cada dos días, aproximadamente, recargamos la batería y vuelta a empezar. El truco está en cuando hacemos más kilómetros. SEAT propone dos formatos de conducción: eléctrico o híbrido. Cuando te vayas de viaje te recomiendo activar el modo híbrido.
En ese caso el coche combina por sí solo el sistema híbrido. Es decir, va jugando con los motores. Pone en marcha el de gasolina, lo apaga, usa solo el eléctrico...o los combina. El sistema está realmente bien ajustado. Tan bien hecho que a pesar del peso y de la potencia, el León e-Hybrid puede gastar lo mismo o menos que un diésel. En viajes largos a velocidad normal la media es inferior a los 5,5 litros a los 100 kilómetros. Es posible atravesarse toda la península sin tener que parar a repostar, y te puedes olvidar del enchufe porque no depende de la electricidad.

Si la batería se agota el motor de gasolina sirve como bote salvavidas. Eso sí, hay una cosa que tienes que saber y que es absolutamente imprescindible cuando hablamos de un híbrido enchufable. La etiqueta CERO tiene un gran inconveniente y es que se necesita, OBLIGATORIAMENTE, contar con una toma de carga. Necesitas conectar el coche para recargar la batería de forma recurrente. Si no lo haces la batería se destroza y acabará dando error y obligándonos a pagar una alta factura en el taller.
Tampoco te quiero engañar. El tema de la carga no es el único factor a tener en cuenta. El precio puede ser otro inconveniente. El precio de salida del León e-Hybrid es de 33.700 euros, sin ofertas. En el caso del León Sportstourer e-Hybrid la factura mínima será de 34.500 euros, sin promociones. No es poco, lo sé, pero gracias al Plan MOVES III es posible recuperar hasta 5.000 euros. Un León diésel cuesta un poco menos, pero sin la ventaja de la etiqueta CERO y de tener un coche preparado para las normativas del futuro.

