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¿Cuál es la función de las pastillas de freno? Cómo elegirlas y cambiarlas tú mismo

El sistema de frenos de un coche es el elemento de seguridad más importante de un vehículo. Y en él se incluyen las pastillas de frenos, que pueden ser de diferentes tipos y deben cambiarse periódicamente.

¿Cuál es la función de las pastillas de freno? Cómo elegirlas y cambiarlas tú mismo
Las pastillas de freno de un vehículo son un elemento indispensable de seguridad. - Freepik

7 min. lectura

Publicado: 24/06/2022 17:00

Las pastillas de freno son un elemento esencial en el funcionamiento del sistema de frenos, pues son las encargadas de generar fricción para reducir la velocidad o incluso detener el vehículo por completo.

Independientemente del tipo de frenos que utilice nuestro coche, las pastillas rozarán contra el disco o el tambor de manera que la velocidad de giro de las ruedas se reduzca. Esto, como es lógico, hace que las pastillas se desgasten y pierdan eficacia con el tiempo. Para evitarlo, es importante realizar un buen uso y sustituir las pastillas cuando sea necesario.

En coches con motor delantero las pastillas delanteras suelen durar unos 60.000 kilómetros

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De lo contrario, las prestaciones y la seguridad se verán comprometidas, ya que el coche perderá capacidad de frenada y la distancia necesaria para detenerlo aumentará. No sólo eso, además te puede salir más caro no cambiarlas a tiempo, pues cuando las pastillas se gastan en exceso comienzan a rayar los discos y estos también deben ser reemplazados.

Cómo elegir las pastillas de freno adecuadas para tu coche

En el mercado existen diferentes pastillas de freno, por lo que elegirlas adecuadamente es importante. Pero antes de hacerlo es importante conocer los tipos de pastillas de frenos que podemos encontrar en el mercado:

  • Semimetálicas: están fabricadas con una combinación de metales en una proporción de entre el 30 y el 60%. Generalmente, se utilizan polvo de hierro, cobre, grafito y lana de acero. Es una pastilla especialmente duradera y permite una disipación eficiente del calor, siendo utilizada generalmente en vehículos de altas prestaciones.
  • Orgánicas: estas pastillas utilizan fibra de vidrio, caucho, kevlar y carbono como materiales principales. Funcionan en la mayoría de las condiciones, pero hay que tener en cuenta que no son aptas para conducción altamente exigente. Al contrario, son ideales para un uso más suave y rutinario, ya que su desgaste es más rápido y genera más polvo de frenos.
  • Bajas en metal: la composición de este tipo de pastillas es similar a las orgánicas, pero con entre un 10% y un 30% de componentes metálicos. Gracias a eso proporcionan un mejor frenado y transferencia de calor, aunque como contrapartida pueden provocar algo más de ruido.
  • Cerámicas: hechas con fibras cerámicas, agentes de unión y materiales no ferrosos, son más silenciosas y limpias, pero también más caras.

Sabiendo cuáles son las cualidades de cada tipo de pastilla, resulta más sencillo determinar el tipo de producto que quieres para tu coche. Pero, si no eres una persona experta en mecánica, lo mejor es que te dejes aconsejar por profesionales.

Juego de pastillas de freno bajas en metal de la marca Bosch.

Cómo cambiar las pastillas de freno tú mismo

La periodicidad con la que es necesario sustituir las pastillas de freno varía mucho en función del tipo de vehículo y pastilla que tengas, así como la forma en que conduces.

En cualquier caso, y a modo de orientación, en coches con motor delantero las pastillas delanteras suelen durar unos 60.000 kilómetros y las traseras pueden llegar a durar incluso el doble, 120.000 kilómetros.

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Si no eres una persona especialmente mañosa o entendida en mecánica, lo mejor que puedes hacer es dejar la sustitución de las pastillas en manos de un profesional

Independientemente de eso, unas pastillas de frenos desgastadas siempre avisan de su desgaste con síntomas como estos:

  • Sensor de desgaste: lo tienen los coches modernos. Un testigo del cuadro de mandos te avisa de su desgaste.
  • Ruido: se produce un chirrido agudo porque el ferodo se ha gastado y el metal comienza a rozar con el disco.
  • Tacto del pedal: el recorrido del pedal de freno se alarga y está más blando de lo normal.
  • Líquido de frenos: baja el nivel a medida que se gastan las pastillas.
  • Frenada menos eficaz: la distancia de frenado se alarga.

Si no eres una persona especialmente mañosa o entendida en mecánica, lo mejor que puedes hacer es dejar la sustitución de las pastillas en manos de un profesional. De todos modos, te contamos cómo cambiar las pastillas de freno tú mismo:

  1. Desmonta la rueda para acceder a los frenos.
  2. Afloja los tornillos de la pinza para sacarla.
  3. Aplica grasa de frenos en la parte trasera de la pastilla nueva y asegúrate de que no haya lubricante en la parte delantera de la misma ni en el disco.
  4. Mete la nueva pastilla a presión y engancha la misma a la chapa metálica superior.
  5. Comprime y ajusta el pistón de freno para encajar la nueva pastilla perfectamente. Atornilla de nuevo.
  6. Coloca la rueda de nuevo y repite la operación con el resto de pastillas de frenos.
  7. Una vez terminada la sustitución de las pastillas, debes presionar hasta el fondo y de manera progresiva el pedal de freno. Esto deberás repetirlo varias veces y servirá para arrimar el pistón a la pastilla y dejarla bien asentada.
  8. Circula con precaución y suavidad durante los primeros 100 kilómetros, permitiendo que el material se asiente y comience a rendir al máximo tras un periodo de rodaje. Además, esto hará que duren más tiempo.

Recuerda, lo más importante es ser previsor y realizar el mantenimiento de los frenos, incluidas las pastillas, según las recomendaciones del fabricante. Y nunca olvides prestar atención a posibles síntomas que indiquen un desgaste prematuro.

Fuentes de información

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