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Honda NSX 2016, 10 radiadores y una perfecta gestión del aire

El Honda NSX es la siguiente etapa de los superdeportivos. Al menos así lo creen los japoneses que han invertido cientos de horas de esfuerzo para que este coche tan radical logre que el aire trabaje para diversos propósitos y objetivos.

5 min. lectura

Publicado: 31/05/2016 16:00

La carrocería fija del NSX se encarga de redirigir el flujo de aire a su voluntad. Forma y función unidas

En los años 70 los fabricantes empezaron a aplicar la dinámica de fluidos para la producción de los coches de calle. A día de hoy la aerodinámica se ha convertido en un elemento esencial en los coches, hasta tal punto que las marcas pelean por tener los coches más aerodinámicos. Pero la aerodinámica no solo reduce la resistencia al aire, sino que su correcta gestión puede servir para varios objetivos, tal y como logra el nuevo Honda NSX.

A este concepto se le llama gestión del flujo aerodinámico. Los superdeportivos llevan décadas empleando el aire a su gusto y a su necesidad, pues son ellos los que más deben aprovecharlo. Pero como indica Newton, toda fuerza tiene su reacción opuesta, y lo que para unas cosas beneficia el aire, para otras perjudica.

Los conceptos se basan en los mismos principios que vemos en la Fórmula 1. Generar una mayor cantidad de carga aerodinámica favorece el rendimiento y el manejo, sin embargo penaliza la velocidad punta y los consumos. Y por el contrario, si reducimos la resistencia al aire, la velocidad y los consumos se benefician pero el manejo empeora considerablemente.

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Entonces, ¿cómo podemos conseguir la mejor gestión del aire? Pues esa misma pregunta se realizaron los ingenieros encargados de desarrollar el nuevo Honda NSX. Una compleja tarea que se vio engrandecida por el complejo sistema híbrido con cuatro motores que se encargan de impulsar al nuevo superdeportivo de Honda.

La mayoría de vosotros notaréis que tras un uso continuado del móvil, éste se sobrecalienta. Pues bien, ahora imaginaros el inmenso calor que pueden generar un motor V6 de 3,5 litros, tres motores eléctricos, una caja de cambios de nueve velocidades y una unidad de distribución de alto rendimiento. Un horno que no puede sino traer serios problemas.

Para conseguir que el NSX emplee el aire en su favor, ya sea para generar carga aerodinámica, para reducir la resistencia al aire, y para refrigerar los componentes mecánicos, los ingenieros de Honda tuvieron casi que redefinir los conceptos de la dinámica de fluidos. Cientos de horas de simulación y pruebas realizadas en túneles de viento de última generación.

La gestión del aire también sirve para refrigerar el complejo sistema híbrido del NSX

Las primeras fases se llevaron a cabo en el centro de desarrollo de Honda en Ohio, Estados Unidos. Maquetas a escala fueron sometidas a duras pruebas y retoques para conseguir tales fines. Finalmente fue en Japón, ya con unidades a tamaño real, donde se terminó de ajustar los últimos detalles.

Por último, y para asegurarse de una refrigeración completa, el Honda NSX ha sido dotado no con uno ni con dos radiadores, sino con 10. Los principales situados en el morro y los secundarios distribuidos por toda la carrocería. Y todo ello sin que la resistencia al aire se vea mermada, y por ello su rendimiento y prestaciones.

Todo este trabajo se traduce en cifras de infarto. 573 CV de propulsión híbrida, una aceleración de 0 a 100 Km/h en tres segundos exactos, y una velocidad punta de 300 Km/h. Una bestia de origen nipón que ya está a la venta en nuestro país con un precio de salida de 180.000 euros. Nadie dijo que el rendimiento fuera barato.

Los coches normales suelen llevar un gran radiador, el NSX lleva 10

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