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Investigación abierta contra Audi por un nuevo truco de homologación

Los ingenieros de Audi no solo trabajaron para hacer que los motores TDI fuesen aparentemente más limpios de lo normal, también para hacer que algunas cajas de cambios fuesen más austeras en el papel. Las EPA investiga para averiguar si se trata de un nuevo engaño.

6 min. lectura

Publicado: 14/11/2016 12:00

Caja de cambios S tronic de siete velocidades

El escándalo de las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) ha tocado la reputación de Audi, especialmente en Estados Unidos, y siempre hablando de motores diésel. La casa matriz, Volkswagen, también hizo otras trampillas para bajar el consumo homologado de modelos de gasolina, aunque el número real fue muy pequeño (menos de 100.000) y un par de décimas. Pero hay más.

Hace unos meses, el California Air Resource Board (CARB) detectó en unas pruebas que algunos modelos de Audi cambiaban el comportamiento de su cambio automático en banco de rodillos, dependiendo de si el volante se movía o no. Con el volante parado, el cambio mantenía el motor más bajo de revoluciones para que el consumo homologado fuese menor.

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Tecnicismos aparte, es una programación destinada a engañar al homologador y que se publiciten cifras de consumo más bajas. Esto supone a los propietarios un gasto en combustible inesperado, ya que la homologación americana es bastante realista y mucha gente se fía de lo que pone en el sticker, es decir, la pegatina de eficiencia energética que todo coche nuevo lleva puesta.

En Estados Unidos no se toman a broma esas cosas. Por una diferencia de tan solo una o dos millas por galón, que son décimas de litro, Hyundai y Ford han tenido que pagar multas millonarias y compensaciones económicas a los afectados para paliar la diferencia de consumo. Y no siempre esa discrepancia se debe a la mala fe del fabricante, también se ha debido a errores de procedimiento.

La EPA continuará la labor del CARB, a nivel nacional

De acuerdo a la publicación alemana Bild am Sonntag, la sospechosa es la caja AL 551 de origen ZF, de ocho velocidades. Esta transmisión se puede encontrar en modelos como el Audi Q5, el A6 o el A8. También están afectados modelos con el S tronic de siete velocidades, DL 501. Volkswagen admitió ayer sibilinamente la manipulación en un comunicado vía email. Los periodistas de ese medio no han aclarado cómo se han enterado, podría ser una fuente utilizada en condición de mantener su anonimato.

A efectos prácticos, los modelos con esa transmisión ahorran combustible siempre que vayan en línea recta un tiempo, como pasaría en un banco de rodillos. En cambio, con un giro de volante de más de 15 grados, la estrategia de cambios es menos conservadora y se retrasa la inserción de marchas largas. No tiene sentido que el cambio automático distinga entre línea recta y giro en conducción real.

Por lo visto, Audi dejó de utilizar ese truco cuando fue consciente de que los homologadores se habían dado cuenta. Esta caja de cambios se utiliza en múltiples modelos a gasolina, por lo que no hablamos de Dieselgate. Además, esta programación tramposa no tendría nada que ver con la de los motores TDI, son componentes diferentes.

Si la investigación concluye que Audi buscó deliberadamente ofrecer consumos más bajos de lo que deberían, tendrá problemas con la justicia americana. Corrijo, tendrá más problemas, porque ya hay pleitos por violación de la ley medioambiental, fraude y publicidad engañosa. Puede ser condenada a pagar mucho dinero entre todos los afectados.

Las cajas automáticas siempre tratan de usar las marchas más largas posibles para reducir el consumo de los motores, hasta aquí, todo normal. Si se usan marchas demasiado largas, la respuesta al acelerador será más torpe, y será necesario reducir marchas para lograr agilidad. Dicho de otra forma, puede ser algo contraproducente.

Esta no sería la primera vez que se caza a los ingenieros del Grupo Volkswagen jugando en el filo de la navaja para reducir las emisiones. Como hablamos de una disminución del consumo de combustible homologado, hay una relación directa con las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Puede haber coches afectados en Europa.

En Estados Unidos los fabricantes deben aumentar la eficiencia de sus gamas de acuerdo al Corporate Average Fuel Economy (CAFE). En el sistema de allí no se evalúa la eficiencia en litros cada 100 kilómetros, sino en millas por galón (mpg). Es una medida inversa, cuanto más alta es, más eficiente es un coche. Audi habría perseguido aumentar los mpg de varios modelos para quedar mejor posicionado en el CAFE.

De momento los detalles son muy escasos, pero Audi es un fabricante que está siendo mirado con lupa desde 2015, cuando la Environmental Protection Agency (EPA) se dio cuenta del engaño de los diésel. Ahora podríamos hablar de otro engaño en las cajas de cambio automáticas. ¿Qué vendrá después?

Fuente: Bild am Sonntag

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