
En dos años, MINI prepara el asalto al mercado con una nueva generación de modelos. Todos conservarán los rasgos típicos del diseño de la marca británica, que experimenta una evolución, por lo que seguirán siendo perfectamente reconocibles. Pero 2023 será mucho más importante porque la marca de Oxford se meterá de lleno en la electrificación más avanzada presentando dos modelos de cero emisiones.
El primero será el nuevo Hatch Eléctrico que confirmó ayer mismo MINI con uno de los prototipos camuflados que vimos a finales de la pasada primavera, y que todavía se encuentra en una fase muy temprana de desarrollo. Un sustituto para el actual Cooper SE que, si bien ofrece una dinámica de conducción muy deportiva, se trata de un modelo con una relación inversamente proporcional entre el precio y la autonomía. Y es que su paquete de baterías no ofrece la misma capacidad que una dispuesta entre los ejes.

El MINI Traveller llegará en dos años y será 100% eléctrico
Nada nuevo en esta línea, pues sabemos que este nuevo utilitario eléctrico está siendo desarrollado entre China y Europa, la parte mecánica y de propulsión en Asia y la de diseño en el Viejo Continente. Pero la firma de Reino Unido ha confirmado que trabaja en un segundo modelo completamente eléctrico y que no es otro que el largamente rumoreado, MINI Traveller. Ojo, porque este futuro es el sustituto eléctrico al Clubman de combustión.
Un modelo que ya vimos hace un tiempo largo bajo una muy trasformada mula de pruebas basada en el BMW i3. El eléctrico de los bávaros coincide con el concepto de un modelo espacioso y de contenidas dimensiones que pretenden ofrecer los de Oxford, de ahí el hecho de utilizar esta mula, y con un diseño que recogerá detalles e inspiración en el concepto del MINI Vision Urbanaut.
Dos modelos que se producirán en China y que permitirán a MINI fortalecer su posición en este mercado, pues su socio asiático se beneficiará también de dos derivados que venderá bajo sus marcas. Es decir, la estrategia común permite a ambas marcas beneficiarse de las economías de escala de la producción y de la tecnología, pues los chinos no podrán utilizar en sus modelos el diseño de los británicos.