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No todo son buenas noticias para los coches chinos: Xpeng se está pegando un enorme batacazo

Tras ver como sus acciones han caído un 80 % en el último año, Xpeng admite que no espera obtener beneficios hasta 2025. Una de sus apuestas más arriesgadas es la búsqueda de la conducción completamente autónoma.

No todo son buenas noticias para los coches chinos: Xpeng se está pegando un enorme batacazo
Xpeng apuesta por el vehículo eléctrico de alta gama, pero los resultados no están siendo los esperados.

9 min. lectura

Publicado: 03/02/2023 12:30

A uno de los fabricantes chinos de automóviles más recientes, Xpeng, le está costando hacerse un sitio en el mercado. En 2022, la firma dirigida por He Xiaopeng fabricó únicamente 120.757 automóviles, una cifra muy inferior a los 250.000 que se había marcado como objetivo. Las cosas no fueron bien tampoco en los mercados bursátiles, donde Xpeng perdió el 80 % de su valor.

Esta situación contrasta con la de la industria automotriz china en su conjunto, que poco a poco consolida su dominio en el mercado mundial y ha comenzado a desembarcar con fuerza en Europa.

Ello se basa en una reducción de costes sin perjuicio de la calidad de sus productos, así como el absoluto dominio del mercado de las baterías para vehículos eléctricos.

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Xpeng hace una apuesta muy peligrosa

Xpeng cuenta actualmente con cuatro modelos en su catálogo, todos eléctricos: el P7 con alas de gaviota, el sedán P5, el SUV de tamaño medio G3i y el modelo insignia de la marca, el SUV de gran tamaño denominado G9.

Sin embargo, la verdadera apuesta de Xpeng para triunfar en el mercado es la conducción autónoma, un reto con el que sueña Tesla desde hace más de un lustro y que uno de sus gurús, Doug Field, calificó como «el problema técnico más difícil de nuestro tiempo. Es más difícil que poner a un hombre en la luna».

Xpeng G9, el SUV más grande de la gama de la marca china.

Su objetivo es obtener al menos el 20 % de participación en el mercado de vehículos plenamente autónomos, es decir, los automóviles con una conducción autónoma de nivel 4, capaces de manejar situaciones urbanas complejas sin la necesidad de un conductor humano.

En el nivel 4, aunque el conductor humano puede controlar el vehículo, también puede teóricamente descansar mientras viaja en él.

El problema es que ningún vehículo comercial ha alcanzado este punto aún. Sin embargo, He Xiaopeng ve en esa circunstancia la tabla de salvación de su marca, ya que considera que el mercado estará en condiciones de ofrecer hasta 5 millones de esos vehículos en un plazo de cinco años. Ahora bien, suponiendo que eso ocurra, ¿aguantará Xpeng mientras tanto?

Para 2024, la empresa tiene como objetivo mejorar sus sistemas inteligentes para que no manejen únicamente el vehículo, sino también para conocer los hábitos de conducción de los propietarios y realizar ajustes automáticos.

Según ha afirmado He en una entrevista concedida a Bloomberg en la sede de Xpeng en Guangzhou, el conductor «se sentirá muy cómodo, ya que le gustará la lógica de conducción y el modo que lo copia a él mismo». Con el tiempo, todos los vehículos estarán equipados con tecnología de conducción completamente autónoma como estándar y, a largo plazo, estas características inteligentes pueden convertirse en una fuente importante de ingresos para la empresa, afirma el dirigente chino.

Sin embargo, la comercialización de la conducción autónoma requerirá políticas y regulaciones adaptables, así como la aceptación por parte del público, admite el vicepresidente Brian Gu en la misma entrevista.

También llevará incluso más tiempo que el mercado internacional sea compatible con el sistema de conducción completamente autónomo que está desarrollando Xpeng, agregó Gu.

Travesía por el desierto

«Nuestra principal prioridad ahora es la escala», reconoce He. Y agrega que tal vez no sea posible que un fabricante de automóviles «pequeño pero hermoso» con ingresos de menos de 100.000 millones de yuanes (13.570 millones de euros) sobreviva en China durante cinco años.

Durante la pandemia, Xpeng sufrió las consecuencias de las restricciones y bloqueos en China, ya que su fábrica principal y muchos proveedores clave se encuentran en Guangdong y Shanghái, dos áreas fuertemente afectadas por las medidas de contención.

Además, la compañía se ha visto inmersa en una guerra de precios con Tesla, y recientemente ha reducido los precios de algunos modelos en un 12,5 %. Esto ha llevado a una caída en las acciones de Xpeng que cotizan en los Estados Unidos. Estas han pasado de un valor de casi 50.000 millones, superando incluso a Ford, a solo 8700 millones.

El plan para resurgir

Como parte de su plan de recuperación, Xpeng está reorganizando su equipo gerencial y mejorando su capacidad de planificación con un enfoque más orientado al cliente, según He.

Además, simplificará su oferta de productos, reduciendo el número de configuraciones de motor, batería, software e interiores dentro de cada modelo, que habían sido objeto de críticas por su confusión. La compañía también reducirá el número de proveedores.

«Yo mismo jugaré un papel más predominante y haré más», aclara He, que agrega que la reestructuración que comenzó a finales del año pasado puede tardar algunos años en dar sus resultados.

Adiós a la fabricación de baterías

Como parte de los cambios, la empresa simplificará su diseño y fabricación a tres plataformas para mejorar la eficiencia y controlar los costes. También renunciará a desarrollar sus propias celdas de batería, como lo están haciendo sus rivales NIO y BYD, confirma He.

En cambio, permitirá que los fabricantes de baterías compitan en coste y eficiencia. El problema del suministro de baterías, que ha sido una preocupación en la industria de los vehículos eléctricos durante el último año, «no sólo se aliviará, sino que no será un problema» en los próximos cinco años, afirma He.

Algunos ejecutivos también han sido redistribuidos, incluido el cofundador Xia Heng, quien renunció como director ejecutivo. Como parte de ese proceso, Xpeng ha designado un nuevo presidente: Wang Fengying, una ejecutiva veterana de la industria que trabajó en Great Wall Motor durante más de 30 años.

La realidad es que aún está por ver si Xpeng va a ser capaz de fortalecer su alianza con los proveedores, considerando su rendimiento insuficiente en el año anterior y los posibles obstáculos que se presentan para este año.

Es posible que los proveedores no brinden su completa cooperación en la planificada expansión de producción de Xpeng si no tienen la certeza de que se cumplirán los objetivos. Y es que la compañía probablemente se esté enfrentando a su momento más complicado.

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