El Plan MOVES III, en peligro. El impuesto al diésel puede ser la solución
Nueve Comunidades Autónomas se han quedado ya sin fondos para cubrir las ayudas a la compra de coches eléctricos en España, poniendo el Plan MOVES III en una situación crítica. Esto es lo que piden los diferentes actores del sector para solucionarlo.

A vueltas de nuevo con el Plan MOVES III. Si lo recuerdas, nuestro país se quedó a principios de este año sin ayudas a la compra de coches eléctricos de forma temporal. Se formó un buen revuelo, y todo a cuenta del famoso decreto ómnibus, pero se terminaron recuperando dichas ayudas y con efecto retroactivo.
Sin embargo, ese extra de 400 millones de euros para que las Comunidades Autónomas pudiesen repartir los hasta 7.000 euros de subvención por la compra de un vehículo eléctrico o híbrido enchufable está llegando a su fin.
Nueve regiones ya han reportado que han agotado sus fondos, según ANFAC: Andalucía, Aragón, Cantabria, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid, Navarra, y País Vasco, que representaron el 85 por ciento de las ventas de este tipo de vehículos. Especialmente preocupante es la situación de Madrid y Cataluña, que reúnen el mayor grueso de ventas.
Hay preocupación en el sector, ya que las ventas de coches eléctricos se podrían ver frenadas en este final de 2025. Y más porque las soluciones para darle la vuelta a la situación no parecen del todo fáciles.

España necesita «grandes acuerdos de país»
A nadie se le escapa que la situación económica, política y social no es la ideal, lo que nos lleva a ver enfrentamientos entre nuestros dirigentes día sí y día también. Lograr grandes acuerdos que vayan en beneficio de los ciudadanos es cada vez más complicado, lo que invita a pensar que no será tan fácil sacar adelante más ayudas a la compra de coches eléctricos.
Durante la feria del vehículo eléctrico de Madrid (VEM) de los últimos días, el secretario de Estado de Energía, Joan Groizar, ha dejado entrever la receta para volver a impulsar la electromovilidad en nuestro país. «España necesita de una movilización de fondos públicos que requiere de grandes acuerdos de país. Necesitamos a todas las administraciones y a todo el arco parlamentario», dijo en declaraciones recogidas por La Tribuna de Automoción.

Groizard asegura que España debe entrar en una nueva fase: «Lo siguiente es pasar de un esquema de ayudas incentivador a una fiscalidad adecuada del vehículo eléctrico». ¿Significa que ya no volveremos a ver un Plan MOVES como hasta ahora? Claro que para ello necesita de acuerdos, algo que parece complicado en el escenario actual.
«El Gobierno necesita una amplia mayoría social, empresarial y en el Congreso de los Diputados, que nos permita recaudar recursos para financiar esos esquemas y un esquema que nos permita un adecuado incentivo al vehículo eléctrico».
Ha quedado en evidencia que la inyección de 400 millones de euros en la última convocatoria del Plan MOVES III se ha quedado corta, ya que se han agotado en la mayoría de comunidades antes de la primera mitad del año. Pero por el momento, no hay ninguna medida a la vista que sea verdaderamente viable.
El impuesto al diésel, de nuevo a la palestra
Bueno, en realidad hay una medida que podría solucionar de un plumazo este problema, y tiene que ver con el impuesto al diésel que Europa reclamaba para España pero que no se llevó a cabo. Principalmente, porque esta medida no recibió el apoyo parlamentario necesario.
«En la fiscalidad del diésel hay margen, pero no es posible. Si se hubiera votado a favor, el Estado estaría recaudando 1.000 millones y una parte de esto podría ir al vehículo eléctrico», aseguró Joan Groizar. Lo que parece claro es que, en el contexto actual y con la paralización de los Presupuestos Generales del Estado, hay dificultades para encontrar el dinero que pueda seguir cubriendo el MOVES.
El Gobierno se niega a recortar fondos de otros asuntos, por lo que la medida de una nueva medida para financiarlo, como el impuestazo al diésel, o pasar a un modelo de ventajas fiscales para los compradores puede ser el futuro más inmediato que veamos en España. Ya lo dijo el propio Gobierno: el impuesto al diésel nada tenía que ver con la ecología, sino con el dinero.
Fuente: La Tribuna de Automoción