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Cómo reducir el consumo en tu gasolina o diésel, trucos y consejos

No puedes reducir a cero el consumo de gasolina de tu coche, claro que no. Pero sí puedes gastar menos de lo que estás gastando, y para ello solo tienes que prestar atención a una serie de trucos, consejos y recomendaciones que te contamos.

Cómo reducir el consumo en tu gasolina o diésel, trucos y consejos
¿Notas que se ha disparado el consumo de combustible de tu vehículo?

14 min. lectura

Publicado: 27/03/2020 21:00

Aunque creas que es un gasto fijo, si haces recorridos más o menos iguales cada mes, el consumo de gasolina o diésel de tu coche, en realidad, es muy variable. Y aplicando una serie de trucos y técnicas sencillas, puedes reducir el consumo de manera significativa y conseguir así ahorrar un dinero todos los meses. Tanto más cuanto más de estos consejos puedas aplicar, claro.

El consumo de un coche, ya sea diésel o gasolina, no solo depende de las características técnicas de su mecánica, sino también del mantenimiento, de la puesta a punto y, por supuesto, del uso que le dé su conductor. Por lo tanto, como ya avanzábamos, es posible aplicar ciertas medidas, todas ellas mucho más sencillas de las que a priori podríamos pensar, para reducir el consumo de gasolina. O reducir el consumo de diésel, según el carburante que use tu coche.

¿Qué puedo hacer para reducir el consumo de gasolina de mi coche?

Antes de empezar, te interesa revisar la ficha técnica de tu coche. Localiza tu marca y modelo y comprueba cuál es la cifra de consumo medio de combustible que declara el fabricante para tu vehículo, y ten en cuenta que gastarás de media 1 L/100 km más de lo que dicen. Es así, por la diferencia entre las pruebas de homologación y las particularidades de una conducción real. Así podrás tener una referencia de cuánto deberías estar consumiendo.

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Conociendo esta información, ya podemos empezar a aplicar los trucos, consejos y técnicas que nos ayudarán a reducir el consumo de gasolina en nuestro coche. Y como avanzábamos, cuantos más y de mejor manera seamos capaces de aplicar, aunque siempre con ciertas limitaciones, más notaremos la mejoría en el gasto medio de combustible de nuestro vehículo, también en coches con motor diésel.

1. Controla tu conducción

Quizá alguna vez te hayas preguntado por qué los coches consumen más a partir de 120 km/h, y es por una cuestión de aerodinámica. Ten en cuenta que, cuanto mayor sea la velocidad a la que circulas, manteniendo el resto de variables uniformes, mayor será el consumo de combustible de tu vehículo por la resistencia aerodinámica.

Tu coche tiene que hacer un mayor esfuerzo a nivel mecánico para poder mantener la velocidad, así que es conveniente que te mantengas a velocidades moderadas. En autopista el consumo es más bajo que en uso urbano. Pero si además, en autopista te mantienes a 110 ó 120 km/h, notarás que el consumo de gasolina o diésel es más ajustado que si circulas a velocidades superiores.

2. Anticípate para reducir el consumo de gasolina

Una conducción segura es una conducción previsora, teniendo como máxima la anticipación al tráfico de la vía y las circunstancias de cada momento. Pero la anticipación nos ayuda también a tener una conducción más eficiente, reduciendo el consumo de combustible de forma notable. ¿Por qué? Porque evitar los acelerones, y revolucionar el motor de manera excesiva, harán, que el motor funcione de una manera más eficiente.

Pero además, si adecuamos nuestra conducción a las circunstancias de la circulación, también conseguiremos no solo reducir el desgaste de componentes como las pastillas de freno, sino acelerar cuando es innecesario. Si usamos el freno motor cuando corresponde, y deceleramos de forma progresiva, al igual que al acelerar de nuevo, notaremos que somos capaces de bajar el consumo de carburante de manera significativa a lo largo del tiempo.

3. Presta atención a los neumáticos que compras cuando vayas a cambiarlos

Hay muchas fuerzas relacionadas con el desplazamiento de un vehículo. Si antes hablábamos de la resistencia aerodinámica, también deberíamos considerar la resistencia a la rodadura. Hay neumáticos de compuestos blandos que nos prestan una excelente adherencia en pasos por curva más rápidos. Pero no, estos no son los más eficientes que vamos a encontrar.

El aire acondicionado hace que, en verano, suba el consumo de forma bastante notable.

Si queremos reducir el consumo, entonces los neumáticos pueden ser un perfecto aliado. Pero para ello deberíamos buscar neumáticos de baja resistencia a la rodadura que, como habrás sospechado, no implicarán tanto esfuerzo para la mecánica, a la hora de mover el vehículo. El etiquetado de los neumáticos te dará la información que necesitas en este sentido.

Por otro lado, ten en cuenta que este tipo de neumáticos también suelen tener un menor desgaste a lo largo de los kilómetros. Así que no solo vas a ahorrar reduciendo el consumo de combustible, sino que también te darán algunos kilómetros más para distanciar, en el tiempo, el cambio de neumáticos por unos nuevos.

4. Usa correctamente los neumáticos de tu coche

Siguiendo con los neumáticos, hay un factor que afecta de forma directa en su eficiencia y es la presión del aire. Unos neumáticos excesivamente desinflados no solo van a provocar un desgaste irregular de su superficie, a lo largo de los kilómetros, sino que además causarán una excesiva resistencia a la rodadura. ¿Por qué? Porque se 'aplastan' y ofrecen mayor superficie de contacto.

Sin embargo, unos neumáticos inflados por encima de las recomendaciones del fabricante, en función del peso del coche y la carga, también provocarán un desgaste irregular. Hay que mantener siempre la presión recomendada en el libro de mantenimiento, y de este modo conseguiremos una mayor durabilidad, reduciremos el desgaste de componentes relacionados y también conseguiremos lo que nos proponemos en estas líneas, que es reducir el consumo de combustible.

5. Tú también puedes mejorar la aerodinámica de tu coche

No puedes cambiar la forma de la carrocería de tu coche para lograr una mejor aerodinámica, reducir la resistencia al paso del aire y de este modo bajar el consumo. No, pero lo que sí puedes hacer es circular con las ventanillas cerradas, y por supuesto eliminar los elementos que no necesites utilizar como pueda ser la baca del techo, o el soporte para las bicicletas del portón del maletero.

Cuando no utilices este tipo de accesorios, o no estés usando el portaesquís, y parecidos, lo mejor es que los quites porque así evitarás que el consumo de combustible se incremente de forma innecesaria.Estos cambios, que parecen pequeños, sí pueden marcar importantes diferencias en el consumo de combustible de tu vehículo.

6. Controla la climatización y el aire acondicionado del vehículo

El sistema de climatización, o de aire acondicionado de tu vehículo, están vinculados al motor del coche. No es cuestión de pasar frío en invierno, ni de cocerse en el interior del coche en verano. Pero, en la medida de lo posible, se recomienda controlar el uso de estos elementos si queremos reducir el esfuerzo de la mecánica y así bajar el consumo de gasolina de manera considerable.

Esto lo podemos conseguir haciendo una preclimatización, si tenemos previsto salir y la opción de dejar el coche con el aire acondicionado desde algo de tiempo antes de montarnos, y a un nivel de ventilación suave. De hecho, es algo que cada vez más fabricantes ofrecen en sus coches con una aplicación para dispositivos móviles. Pero podemos hacerlo también durante la circulación, teniendo algo más de paciencia con el sistema de climatización y no abusando de las fuertes ventilaciones del habitáculo.

No lleves carga de más si no quieres que tu motor tenga que esforzarse de forma innecesaria.

7. Deshazte del peso innecesario revisando el maletero del coche

Hay quienes tienen siempre controlado, y muy controlado, qué hay dentro del maletero y no dejan un solo objeto innecesario. Otros, sin embargo, sí que almacenan trastos en el maletero que, uno a uno, van sumando peso. Esto es importante, porque a mayor peso del vehículo, mayor será el esfuerzo que tenga que llevar a cabo la mecánica y, por lo tanto, mayor será el consumo de gasolina o diésel que hará para un mismo recorrido.

Tanto en el habitáculo como, sobre todo, en el maletero, conviene hacer limpieza periódica y llevar única y exclusivamente lo que de verdad tengamos que llevar. Y deberíamos prestar especial atención a los objetos pesados. Una chaqueta de emergencia quizá no suponga un gran cambio, pero una pesada caja de herramientas, si nos la podemos ahorrar, mucho mejor.

8. Revisa el estado de la mecánica de tu coche

Con el paso del tiempo es normal que se incremente el consumo de un coche. Hay piezas clave que influyen en este sentido, y una de ellas es el filtro del aire. Si a la mezcla de combustible le falta aire, se 'quemará' mayor cantidad de combustible, así que aumentará el gasto de gasolina. Conviene revisar este componente de forma específica, pero también hay otras piezas que pueden influir de manera notable.

Debes hacer los cambios de aceite cuando corresponden y revisar el estado de salud general de la mecánica de tu coche para evitar que el consumo se vaya por encima de lo que debería. Incluso unos frenos desgastados en exceso provocarán que aumente el consumo, y un mal alineado. Por lo tanto, llevar un buen mantenimiento periódico es fundamental para mantener controlado el consumo de gasolina o, si corresponde, de diésel.

9. Planea tus desplazamientos tanto para cortas como para largas distancias

No solo es cuestión de cómo te mueves, sino también de por dónde lo haces. En rutas largas, aunque haya peaje, muchas veces es conveniente optar por las autopistas de pago porque reducen la distancia y permiten mantener la velocidad más estable, ayudándonos además en casi todos los casos a evitar retenciones.

En este mismo sentido, cuando vayamos a hacer desplazamientos de corta distancia, también deberíamos tener en cuenta que los atascos harán que el consumo se dispare. Si pretendemos reducir el consumo de gasolina, en ciertas ocasiones nos convendrá hacer recorridos algo más largos, pero alejados de los núcleos urbanos para evitar este tipo de atascos puntuales.

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