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Rolls-Royce no tiene rival, así es el exclusivo curso que se estudia en la academia de la marca británica para enseñar a conducir con maestría

Rolls-Royce dice que sus modelos se conducen solos. Por supuesto, es una metáfora, ninguno cuenta con conducción autónoma pero si muchas de sus unidades son manejadas por chóferes. La marca de Goodwood no solo cumple todos los deseos en cuanto a personalización, también dispone de una academia para saber cómo se conduce un Rolls.

Rolls-Royce no tiene rival, así es el exclusivo curso que se estudia en la academia de la marca británica para enseñar a conducir con maestría
Rolls-Royce Phantom Extended - Rolls-Royce

4 min. lectura

Publicado: 06/02/2024 06:00

Pocas marcas de lujo brillan tanto en el mercado como lo hace Rolls-Royce. El espacio, los mejores materiales, el aislamiento acústico, las opciones de personalización hasta el infinito y más allá son una común entre los fabricantes más prestigiosos del mundo, pero los de Rolls-Royce siempre han ido un paso más allá en cuanto a los servicios que ofrecen. Bugatti o AMG ofrecen cursos especiales de conducción en los circuitos del mundo más famosos.

La oportunidad para los clientes de exprimir al máximo sus coches y de vivir sensaciones, normalmente, como pasajeros, únicas en la vida. Rolls-Royce va mucho más allá, porque tiene su propia academia de conducción. Aunque la marca británica ya ha dejado constancia de que «sus modelos se conducen solos, como un utilitario», por supuesto que se trata de algo imposible. Solo las enormes dimensiones obligan a estar muy atento en las maniobras, además de que prácticamente el Cullinan, Dawn, Wraight o el nuevo Spectre son modelos para disfrutar al volante.

Prueba Rolls-Royce Dawn
Nuestro compañero a los mandos del Rolls-Royce Dawn sabe que este modelo no es para chóferes.

Rolls-Royce enseña los valores más allá de conducir sus modelos

Todo lo contrario que el Ghost o el Phantom. Aún así, la marca cuenta con un servicio único en el mundo, una academia para conductores. Andi McCann es el director de esta escuela a la que llegan conductores de todo el mundo que desean dominar el arte de la conducción de un Rolls-Royce, y lo primero que McCann advierte es que ningún modelo de los de Goodwood se comporta mal dinámicamente, lo que quiere decir que es fallo del que está al volante.

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¡Infórmate!

La academia de conducción de Rolls-Royce es casi comparable a una escuela militar. La disciplina, la discreción y la atención son claves para ser un buen chófer de un Rolls-Royce, y lo que abre las puertas a conducir uno de los modelos más exquisitos del mundo. La maestría es clave en todas las facetas más allá del volante, es también abrir las puertas para que el jefe acceda al interior con un paso al lado, y después colocar el equipaje en el maletero. Saber cuándo se tiene que abrir y cerrar las puertas es clave, como la puntualidad.

Frenar un Rolls-Royce es como beber el mejor champagne del mundo

Acelerar un Rolls-Royce es un placer, y verlo cómo se desplaza también. Pero pararlo cuando alcanza cierta velocidades es otra cosa. Hablamos de modelos que pesan más de dos toneladas y media, y es física pura lo que supone parar a tiempo a una mole de semejante nivel. Aunque el sistema de frenos está dimensionado a la altura del modelo, una de las claves para que se detenga por completo es frenar unos 300 metros antes de lo que se haría en un coche más normal.

McCann indica a sus alumnos que hay tres niveles de parada, y llevan el nombre de las bebidas que se suelen servir los propietarios: «Whiskey Stop», la parada más dura, «Gin-Tonic Stop» la normal y «Champagne Stop» la más suave. Una curiosidad muy interesante sobre Rolls-Royce, pero de la que no se sabe el precio del curso, y tampoco merece la pena pensarlo...

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