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El Toyota Prius que quiso ser el más caro de la historia

Un australiano descubre que su viejo y estropeado Toyota Prius de 2007 había pertenecido a un ex Primer Ministro australiano y trata de venderlo online por nada menos que un millón de dólares australianos. Las burlas de los medios locales e internacionales no tardaron en llegar.

El Toyota Prius que quiso ser el más caro de la historia

3 min. lectura

Publicado: 30/10/2017 11:00

El ya célebre anuncio, ya eliminado.

Un australiano, de cuya identidad solo conocemos que se llama Edward y que es residente en Sydney, se ha convertido en toda una celebridad gracias a la combinación de un afortunado descubrimiento y a una extrema ingenuidad a la hora de tratar de vender su estropeado vehículo usado.

Edward es el propietario del ejemplar del Toyota Prius de segunda generación que podemos ver sobre estas líneas, en una captura de pantalla del estado actual del anuncio, ya eliminado. En algún momento, Edward descubrió que su Prius (gracias a un documento que apareció en el coche), adquirido como vehículo usado, había pertenecido anteriormente a Kevin Rudd, ex Primer Ministro de Australia. Por lo decidió ponerlo a la venta (no sabemos si en el preciso momento de descubrirlo o más tarde) como si de un vehículo de colección se tratara, debido a su célebre propietario anterior.

Por lo que no se le ocurrió nada mejor que anunciarlo por 1 millón de dólares australianos, que al cambio suponen 660.485 euros, ahí es nada por un Toyota Prius que ya ha pasado mínimo por 2 manos diferentes.

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Este es Kevin Rudd y esta debe haber sido su cara al enterarse de la noticia.

Pero lejos de encontrar un comprador decidido a invertir en el “pedazo de historia australiana”, tal y como aparece descrito en el anuncio, Edward lo que ha conseguido es convertir su oferta en noticia de portada debido al extraordinariamente alto precio al que intentaba vender su viejo Toyota. Todo un alarde de falta de juicio y exceso de optimismo por parte de Edward al catalogar de importante vehículo de colección su compacto híbrido.

Aunque ahí no acaba la cosa, porque para colmo, Edward trataba de vender su ejemplar averiado, es preciso sustituir las baterías que impulsan el motor eléctrico. Ni siquiera se molestó en repararlo antes de ponerlo a la venta. Por supuesto, tras haber sido protagonista en numerosos artículos, que se mofaban de su exceso de confianza, Edward terminaba retirando el anuncio.

Este es el perfecto ejemplo de como un exceso de optimismo o una falta de conocimientos pueden llevar a un vendedor a valorar por encima del precio de mercado un vehículo usado. Aunque esta anécdota es particularmente significativa, lo cierto es que podemos encontrarnos este mismo problema en cientos de anuncios de vehículos usados cada día. Sin contar la cantidad de ejemplos de errores de juicio a la hora de considerar un ejemplar como vehículo de colección.

Fuente: MotoringFotos: Carsales

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