Volkswagen subestimó el mercado de coches eléctricos, los factores que han desencadenado la grave crisis que vive la marca
La estrategia de electrificación de Volkswagen está bajo mínimos. La marca alemana está sufriendo uno de los golpes más duros en Europa que, curiosamente, no había reflejado en sus estimaciones internas. La firma sabe que los precios de sus eléctricos son demasiado altos, pero no es el único factor que le ha llevado a una profunda crisis de la que intenta salir aplicando medidas nada populares.
4 min. lectura
Publicado: 29/09/2023 06:00
Los anteriores, y actuales, mandatarios de Volkswagen se habían imaginado un mundo idílico en el terreno de los coches eléctricos. El lanzamiento del ID.3 supuso un verdadero punto de inflexión en la marca alemana, pero no tanto como el ID.4 que se ha convertido en uno de los modelos más vendidos de la marca alemana desde su lanzamiento hasta ahora. La firma vive uno de los momentos más complicados, y ya está aplicando medidas que no son, en absoluto, las más populares.
Ni lo ha confirmado ni tampoco lo ha desmentido oficialmente, pero ya han anunciado el cierre de la factoría más puntera de la marca, al menos en arquitectura, la acristalada de Dresde, construida especialmente para el extinguido Phaeton, y ahora una de las sedes en las que se fabrica el ID.3. Otra de las medidas es la no renovación de los contratos temporales de poco más de 250 empleados de la factoría central de Zwickau, habiendo más de 2.000 en el aire.
La dura misión de una realidad no esperada por Volkswagen
Volkswagen sabe que la salida a la situación en la caída de la demanda de coches eléctricos, no solo pasa por bajar los precios de estos, que no va a ser muy significativa porque no tienen más margen para ello.La acuciante situación que ha hecho saltar las alarmas no es algo que se haya producido en los últimos meses, en absoluto, viene de muy lejos y con mucho tiempo. Prácticamente, desde el lanzamiento al mercado del ID.3 que no «caló» lo suficiente entonces, y tampoco lo ha hecho después del reciente lavado de cara. Lo peor es que la marca sabe que no va a mejorar sus registros.
La firma lo supo desde hace mucho tiempo, depositando la confianza en el ID.4 por eso de que es un SUV y esta carrocería es más atractiva para los clientes y vende. Pero como le ha llenado los libros de pedidos, ahora no lo hace, y tampoco es cuestión de la llegada a Europa de marcas chinas como BYD, aunque ciertamente es un verdadero peligro.
Las ayudas a los eléctricos, clave en la difícil situación de Volkswagen
El gran problema que ha sumido a Volkswagen en esta crisis son las ayudas a la compra de coches eléctricos que, en algunos mercados como Alemania, se han eliminado. Un estímulo de hasta 7.000 euros era motivo más que suficiente para los clientes, pero la caja ya no daba para más, y en otros países del entorno no son tan llamativas por los condicionantes para solicitarlas.
Por poner un ejemplo, en Holanda se «ayuda» con 2.950 euros a los que compren un eléctrico con un valor fiscal -que no es el precio del vehículo- de hasta 45.000 euros, una cantidad para modelos de elevada autonomía, que es lo que demandan los clientes. Pero, dado que supone una batería más potente y, por tanto, más cara, los clientes no pasan por un aro por el que tienen que pagar más de 10.000 euros por un equivalente de combustión. Realidades que Volkswagen no consideró en sus estudios internos y que el mercado, y los gobiernos, le han servido en bandeja.
