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¿Y cuando todo el mundo tenga un SUV, qué?

En menos de una década se ha producido una revolución en el mercado. Unos segmentos residuales en el que muy pocas marcas apostaron se han convertido en el producto de moda. Llegará un punto en que sean 100% mainstream, ¿y qué pasará después? Intentamos dilucidarlo

7 min. lectura

Publicado: 28/04/2017 20:00

Así era un coche de postureo en los 80: pintón, aunque estuviese submotorizado y tieso de equipamiento, pero aparentaba

Quién iba a decir hace tan poco tiempo que un segmento tan aparentemente absurdo iba a ser la tendencia de una industria entera. No paramos de leer noticias de que una marca saca o sacará no ya un SUV, sino dos, tres, cuatro... e incluso más. Estamos siendo invadidos poco a poco.

Los factores principales de compra de estos coches son el diseño, la posición alta de conducción... y la diferenciación sobre las berlinas, los compactos y los monovolumen. En cierto modo, tienden a reemplazar muchas compras de segmentos clásicos. Crean sus propios segmentos, desde el A-SUV hasta el F-SUV tenemos de todo. Ya los hay "coupé", algún descapotable, deportivos, versión offroad...

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Empezamos a ver cómo los diseñadores empiezan a sufrir para ofrecer estilos más agresivos, diferentes... porque ya diferenciarse empieza a ser más difícil que en una discoteca o en el mercado del pan de barra de toda la vida. Pensemos esto, el Nissan Qashqai, en su primera generación, no se comería un colín respecto a sus competidores actuales.

En unos pocos años han pasado de tener una presencia anecdótica en las carreteras a estas por todas partes. Su carácter de coche pintón va decayendo día tras día

Por eso vemos que las tendencias de diseño ya no van en una única dirección, se empiezan a bifurcar y trifurcar. Hace falta ofrecer algo que deje de ser un más de lo mismo, porque los SUV llaman cada vez menos la atención, y el día que cualquiera tenga uno, menos aún.

La moda terminará algún día, está claro, porque el automóvil tiene pendiente muchos cambios y nada será igual más allá de 2025-2030. Entre los coches autónomos, los eléctricos puros... lo más exclusivo volverá a ser un coupé, un tres puertas o un roadster. Ahora mismo son segmentos vilipendiados y caídos en desgracia, pero están recuperando poco a poco su aura de exclusividad.

En cierta época uno podía comprarse un coupé con unas prestaciones lamentables, e incluso descapotables de menos de 100 CV. Ahora mismo eso no tiene ningún sentido, porque al haber poco volumen los fabricantes tiran por lo que les es más rentable. La caída continuada de la natalidad es otro factor a tener en cuenta, ¿para qué tanto espacio?

Los todoterreno tradicionales están siendo destronados por turismos elevados disfrazados de todoterrenos, la oferta es cada día más escasa (o menos asequible)

¿Qué hará a la gente descabalgar de los SUV?

Puede que pase en su día como con los diésel, que cuando llegaron a ser más del 70% del mercado, hubo gente que pensó: "Eh, este coche no es para mi". Muchos compraron un diésel sin hacer números, lo mismo está pasando con los SUV. Luego nos llevaremos las manos a la cabeza por lo que contaminan, ¡igual que ha pasado con los diésel!

Esos neumáticos reforzados para que no vuelquen en cada rotonda (que es lo que pasaba antes con los coches altos y pesados, exagerando un poco) son más caros, así como el mantenimiento, el consumo de combustible, las primas de seguro (más capital a asegurar, más prima), etc. Ya se darán cuenta algún día. Por cierto, a mayor peso, mayor contaminación se genera por re-emisión de partículas del asfalto al aire cuando pisan las ruedas.

De hecho, a medio y largo plazo, son los candidatos más firmes para sufrir alzas de impuestos por criterios objetivos como el peso o la altura, si son caprichos, la gente paga por mantener sus caprichos. Los valores residuales también tienen que caer mucho, no es lo mismo desear algo exclusivo, que algo que tiene cualquiera y es fácil de conseguir. Los peor motorizados y con ruedas más grandes puede que tengan mayor devaluación todavía.

Es realmente complicado diferenciarse cuando uno pretende hacerlo con productos de venta masiva: los primeros meses se diferencian, pero siendo ya más del 25% de las ventas en Europa...

Por otro lado, la sensación psicológica de falsa seguridad que dan estos coches empieza a anularse cuando uno ya no tiene el volante más elevado del semáforo. Como no se compren después furgonetas o industriales pesados no sé cómo van a conseguir esa falsa seguridad tantos conductores inseguros o con problemas de espalda (va con ironía).

En Estados Unidos, donde esto ya pasa desde hace años, los estudios afirman que los vehículos más grandes y pesados no son necesariamente más seguros. Es cierto que provocan más daño cuando impactan contra otros coches más pequeños, y también es cierto que sus ocupantes no salen tan bien parados. "Es la física, ¡estúpido!" ¿Dónde está la ventaja?

Mientras llegaba a casa me encontré la clásica furgoneta blanca con las defensas de plástico negro ausentes y que por pereza o falta de dinero no se reponen. Puede que pase eso un día con los SUV, a fin de cuentas, esas defensas son de simple adorno, se irán cayendo, como las aspiraciones de sus dueños, que empezaron siendo diferentes y acabaron siendo uno más.

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