Comparativa Hyundai Tucson vs Ford Kuga, ¿los mejores SUV híbridos? (Con vídeo)
Los híbridos son la apuesta de cada vez más gente, como los SUV. Así que hemos decidido comparar dos unidades que estrenan esta tecnología en su gama de motores. Ford Kuga vs Hyundai Tucson. ¿Cuál será la compra más lógica?
Te traemos una comparativa de dos coches que comparten una idea muy parecida, los dos son SUV y los dos son híbridos. Hoy comparamos el Ford Kuga contra el Hyundai Tucson. Europa exige vehículos cada vez más eficientes y limpios, y eso obliga a contar con mecánicas electrificadas. Tanto el Tucson como el Kuga disfrutan por primera vez de esta tecnología. Y aunque todos los híbridos pueden parecerse, en este caso se ha optado por líneas diferentes.
Si empezamos por el Hyundai Tucson, monta un motor de gasolina turboalimentado, ojo a este dato, de cuatro cilindros y 1,6 litros que entrega por sí solo 179 caballos. Junto a él se instala un motor eléctrico que cuenta con 60 caballos y que está alimentado por una batería de 1,49 kWh de capacidad, situada en la parte trasera. En su cómputo total el Tucson híbrido desarrolla 230 caballos de potencia y 350 Nm de par motor.
Si nos vamos al Ford Kuga vemos pequeñas diferencias. El bloque principal es también un motor de gasolina de cuatro cilindros, pero atmosférico. En lugar de 1.6 litros desarrolla 2.488 centímetros cúbicos y 152 caballos de potencia. El bloque eléctrico por el contrario es más potente, 125 caballos, y la batería algo más pequeña, 1,1 kWh de capacidad, y también va en la parte trasera. Con todo ello el Kuga híbrido es el menos potente de esta comparativa, con 190 caballos, 40 menos que su rival coreano.
Y seguimos con las diferencias. Como todos los híbridos del mercado, los dos montan una caja de cambios automática, de tipo convertidor de par y seis marchas para el Tucson y de tipo variador continuo para el Kuga, lo que a priori se antoja como una desventaja a nivel dinámico. Donde sí comparten filosofía es en cuestiones de tracción, pues ambas unidades permiten contar, de forma opcional, con un sistema de tracción a las cuatro ruedas, disponible en cualquier acabado en el Ford, pero solo en el más alto en el Hyundai, lo que incrementa considerablemente el precio final.
Todos los híbridos aportan un mayor confort de marcha, y en este caso nos encontramos con dos SUV muy cómodos y cuyo hábitat principal va a ser los viajes facilones, autopistas, vías secundarias, y principalmente la ciudad, que es donde van a sacar el máximo provecho a su tecnología híbrida. El coreano ofrece mucho confort de marcha, algo que hace poco descubrí durante la prueba específica del Hyundai Tucson híbrido.
Ese confort no solo se consigue cuando vamos circulando en modo eléctrico, también cuando es el motor de gasolina el que aporta la energía. Muy buen trabajo de aislamiento por parte de Hyundai, tanto en recubrimientos como en cristales, aunque el Kuga transmite más calidad de rodadura al estar un poco mejor aislado. El puesto de conducción del Tucson es alto, de hecho, es más alto de lo que a mí me gustaría, pero tiene la ventaja que se domina la vista perimetral del coche a la perfección.
En cuanto al motor, me parece una apuesta ganadora. El Tucson híbrido es más barato que las versiones de gasolina y diésel con tecnología MHEV. Luce también la etiqueta ECO y además los consumos son más bajos. Durante las pruebas el consumo ha oscilando entre los 6 y los 8 litros a los 100 kilómetros. Este último dato cuando lo he exprimido al máximo por carreteras reviradas para analizar el comportamiento dinámico. Pero lo normal será gastar una media en torno a los 6,5 litros, que sumado a su tanque de combustible de 52 litros podemos conseguir una autonomía aproximada de 800 kilómetros.
La unidad de pruebas del Tucson cuenta con tracción 4x4 con modos de conducción específicos para salir fuera del asfalto: Arena, Nieve y Barro
Como ya he dicho el Tucson se ofrece más al confort, algo completamente lógico, pero no va mal cuando realizamos una conducción más alegre. El motor empuja con energía, haciéndose notar la mayoría de los 230 caballos. La suspensión está muy bien configurada, aunque tiende a ser algo imprecisa en el eje delantero cuando incrementamos mucho la velocidad en curva. La dirección tiene buen peso, y aunque hay dos modos de conducción: Eco y Sport, lo lógico es ir en el modo más conservador porque la diferencia entre ellos no es muy grande.
Dando el salto al Kuga, así de primeras he de decir lo mismo que con el Tucson. Lo primero que notas es la calidad de rodadura y el alto confort de marcha. Se va bien, es cómodo, es tranquilo y se antoja ideal para los mismos escenarios que el coreano, es decir, viajes largos, recorridos fáciles y también ciudad, donde una vez más va a sacar el máximo provecho al conjunto híbrido. En este caso el puesto de conducción es más bajo, pero mantiene la excelente visibilidad en todo el perímetro.
Hay que decir que el Kuga al igual que el Tucson tienen una gama mecánica muy variada donde la tecnología híbrida se presenta a priori como la más comercial de todas. Si estás interesado en dar un salto más en la electrificación tendrás que hacerte con los servicios del Ford Kuga PHEV que ya hemos probado. Una opción interesante pero no tan útil porque su precio es mucho mayor y siempre vamos a estar dependiendo de un enchufe para poder sacarle todo el partido a la tecnología.
El consumo es parte fundamental de un híbrido, aunque los dos son capaces de recorrer la misma distancia en modo 100% eléctrico, apenas un par de kilómetros, la eficiencia del Ford Kuga es ligeramente superior. Tras haber realizado los mismos recorridos en las mismas condiciones, el americano se ha mostrado más eficiente. No mucho, apenas cuatro o cinco décimas de diferencia, marcando un dato final de 5,9 litros. Eso, sumado a un depósito de combustible de 45 litros, nos da una autonomía estimada de 750 kilómetros.
Dinámicamente hablando el Kuga es mejor que su rival, como era de esperar. El conjunto de suspensiones es más firme, lo que transmite más confianza en el paso por curva, sin tanta tendencia al rebote en el eje delantero cuando vamos deprisa. Con esto no estoy diciendo que sea un SUV más incómodo, porque no es así, pero tampoco hay mucho en él que nos anime a ir deprisa. Más bien todo lo contrario.
Ford ha optado por un cambio muy fiable y eficiente, pero nada alegre. Los CVT lastran el rendimiento con un excesivo resbalamiento. Pero he de reconocer que este variador continuo parece mejor. La respuesta es más alegre y no tiende a revolucionar rápidamente el motor, algo que se agradece en consumos y ruido interior. El Kuga también cuenta con modos de conducción, tres para un uso en carretera: Eco, Normal y Sport (sin grandes diferencias), y dos centrados para cuando salimos del asfalto: Superficies resbaladizas y otro para nieve y arena profunda.
A pesar de la presencia de los modos off road específicos y la tracción total del Tucson, no conviene pensar en ellos como SUV realmente buenos para el campo. Sus capacidades se centran en pistas fáciles y poco más. Ni la tracción ni las cotas son especialmente buenas, limitados los dos en altura libre con respecto al suelo. Además, hay que tener en cuenta que ambos llegan de serie con neumáticos de verano, lo que supone una clara desventaja cuando el terreno se vuelve más complicado de lo normal.
Lo único que echo en falta en ambos es un modo 100% EV como sí ofrecen otras alternativas como el Toyota RAV4. Hyundai y Ford han preferido premiar la facilidad de uso, y en cierto modo creo que es una pena, porque se aprovecharía mucho mejor la parte eléctrica, pudiendo arañar así unas cuantas décimas en las cifras de consumo. El Kuga cuenta con un "modo L" en la palanca de cambios. Trabaja aplicando una mayor retención cuando levantamos el pie del acelerador, para así poder recargar más rápido la batería.
La batalla del diseño
En cuestión de estilo es justo reconocer que la batalla la gana en este caso el Tucson porque nos ofrece un aspecto diferente y mucho más llamativo con sus ya famosos faros paramétricos. Este término tan marquetiniano solo quiere decir que las ópticas están integradas de una forma muy sutil en la parrilla. Está claro que Hyundai ha querido premiar a los compradores más habituales de un SUV, ofreciendo muchas líneas de tensión y muchos detalles llamativos como los faros divididos, los pasos de rueda rectangulares o el techo en pintura contraste, solo disponible en el acabado Tecno.
Por el contrario, el Kuga es mucho más discreto y más corriente. No hay nada en él que llame especialmente la atención. Se puede decir que busca un comprador no tan atrevido, siguiendo con la estrategia que te mostré hace poco en la comparativa que hice del Ford Puma y del Hyundai KONA. En este caso la unidad de pruebas monta en acabado Vignale, el más alto y lujoso de Ford. Es fácilmente reconocible por tres factores; no lleva plásticos negros, incorpora muchos detalles cromados, y la parrilla ofrece un diseño particular con la V de Vignale.
Sin lugar a dudas la parte frontal es la más llamativa en ambos casos, porque por detrás tampoco es que digan mucho, aunque el Tucson sigue ofreciendo un estilo diferente. Detrás lo más interesante es la capacidad de carga que ofrecen, y ojo porque hay trampa. El Tucson gana en volumen de maletero, ofreciendo un mínimo de 616 litros y un máximo de 1.799. El Kuga juega al despiste con un maletero que puede ganar o perder litros en función de la banqueta trasera. Ofrece 411 litros como mínimo, pero se puede ampliar hasta 581 litros si desplazamos la fila trasera, llegando a un máximo de 1.481 litros si la abatimos por completo.
Hyundai Tucson | Ford Kuga | |
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Largo | 4,5 metros | 4,61 metros |
Ancho | 1,86 metros | 1,88 metros |
Alto | 1,65 metros | 1,67 metros |
Dist. Ejes | 2,68 metros | 2,71 metros |
Los dos son SUV familiares, y en términos de habitabilidad la contienda está muy igualada. Ambas banquetas traseras ofrecen un generoso espacio para piernas y cabeza, aunque están más limitados en anchura de hombros. Tres adultos pueden viajar "relativamente" cómodos si el trayecto no es muy largo, pero tres sillas infantiles no caben. Las dos filas traseras permiten un ajuste en inclinación, pero solo la del Ford puede jugar con el espacio gracias a sus raíles longitudinales. De esta forma podemos restar o sumar volumen de maletero, que como ya has visto no es muy grande.
A diferencia de otros modelos del mercado, las plazas traseras tienen unos cuantos lujos, aunque también depende del nivel de equipamiento seleccionado. Tanto el Kuga como el Tucson pueden llegar a ofrecer lujos posteriores como asientos calefactados, tomas USB, reposabrazos, bolsas y espacios donde dejar objetos, y salidas de ventilación, con la ventaja añadida de que el Tucson ofrece una climatización exclusiva para la fila trasera, algo que el Kuga no puede ni siquiera ofrecer.
Equipamiento casi idéntico
El Tucson no solo es más atrevido por fuera, también lo es por dentro. Los diseñadores han querido crear un ambiente totalmente diferente al del resto de la gama de Hyundai y también del segmento. He de reconocer que me gusta bastante. Se nota más futurista y más avanzado con elementos mejor integrados, aunque ahora verás que en cuanto a equipamiento no hay mucha diferencia.
El Kuga es más tradicional en la forma de presentar los elementos, sobre todo por la pantalla del sistema multimedia que no queda tan bien integrada en el diseño general. También hay que reconocer que la calidad no está a la altura de la de su rival. Hyundai ha hecho muy buen trabajo, y algunos componentes de plástico lucen un tacto mucho mejor, más agradable. La peor parte se la llevan los paneles traseros, que en su mayoría están conformados en plástico duro. Imperdonable en un SUV de este tamaño.
Ya he dicho que no hay grandes diferencias de equipamiento. Los dos son SUV modernos que coparán casi todo el protagonismo comercial de cada casa, y por ello cuentan con la tecnología más puntera posible. Si nos centramos en las variantes de acceso de la gama híbrida, es decir en el Kuga Titanium y en el Tucson Maxx, vemos que ambos vienen casi con lo mismo, con la única diferencia que el Tucson se ofrece de serie con faros de LED por los halógenos del Kuga.
Esa estrategia de ofrecer prácticamente lo mismo se mantiene en toda la gama de acabados. En cuanto a equipamiento no hay claro ganador de esta comparativa ya que los dos son capaces de colmar las necesidades de los clientes más tecnológicos. La única diferencia notable es que en el Tucson no puede llegar a disfrutar de detalles como un Head-Up Display, y que la suma de equipamiento acaba saliendo más cara.
Y ya que hablo de precios, decir que ambos están prácticamente empatados. La gama híbrida del Kuga arranca en los 35.287 euros, sin ofertas o promociones. Mientras, el Hyundai Tucson híbrido se ofrece desde un poco más, desde 37.000 euros exactos. Esa diferencia que se va a mantener siempre a medida que vayamos incrementando el equipamiento. Son precios razonables para el mercado, aunque en honor a la verdad debo decir que Hyundai ofrece suculentos descuentos y promociones en los concesionarios.
Llegamos al final de la comparativa y es hora de poner las cartas sobre la mesa. Si tuviera que comprarme alguno de estos dos SUV me compraría el Hyundai Tucson. Aunque son modelos muy parecidos, el coreano me convence por su diseño exterior e interior, por su mayor capacidad de maletero y por la conducción gracias a su cambio de convertidor de par. Sé que sacrifico décimas de consumo, pero no tantas como para que sea realmente decisivo. El Kuga también es buen producto; buena calidad de rodadura, mucho espacio, buen equipamiento y un poco más eficiente. Una apuesta igual de valida, aunque un poco más conservadora.