Pruebo el último coche eléctrico de Audi, el más avanzado de todos: una gran berlina, pero con una autonomía desastrosa
Audi tiene en el A6 uno de sus coches más especiales y míticos. La berlina media de la casa presenta ahora una nueva generación que se convierte en la primera eléctrica. Lo he probado para saber qué tal va.

El coche eléctrico define nuestro presente y nuestro futuro en materia de movilidad. Todas las marcas corren desesperadas por lanzar al mercado una nueva generación de vehículos eléctricos con los que atraer a los conductores. Cada vez hay más de ellos deseando dar el salto a la movilidad eléctrica, pero hay tres razones principales que impiden el gran cambio: precio, autonomía y carga. Es la misma duda de siempre. He decidido probar el Audi eléctrico más avanzado del momento, el nuevo Audi A6 e-tron, para ver si realmente merece la pena.

El A6 es una marca en sí misma. Un coche que con el paso de los años y las generaciones ha ido ganando cualidades, fama y reconocimiento. Junto con el Clase E de Mercedes y el Serie 5 de BMW, conforman la Santísima Trinidad del segmento D premium europeo. Una categoría en la que solo las marcas más elitistas se permiten el lujo de disputar. Este año ha llegado al mercado una nueva generación, la sexta, desde que fuese lanzado al mercado en el año 1994. Es la primera en disfrutar de la tecnología eléctrica.
En un principio, tal y como había imaginado Audi, iba a ser exclusivamente eléctrica, pero el mercado no parece lo suficientemente maduro como para dar ese salto al vacío. La gama A6 se divide en las versiones térmicas (parcialmente electrificadas) y las unidades 100% eléctricas bautizadas con el nombre de e-tron. A su vez, el Audi A6 e-tron se divide en las carrocerías Sportback (coupé) y Avant (familiar). Las diferencias entre ellas radican en la línea de carrocería y en el volumen de carga disponible.
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63.432 €P.V.P 70.129 €
Ahorras 6.697 €También en el precio. El A6 e-tron Sportback es 2.500 euros más barato que el A6 e-tron Avant. En cuanto a las versiones térmicas y eléctricas también hay discrepancias en cuanto a plataformas. Las unidades de combustión se asientan sobre la estructura PPC (Premium Platform Combustion). Los modelos eléctricos hacen lo mismo sobre la plataforma PPE (Premium Platform Electric) desarrollada en colaboración con sus primos hermanos de Porsche. Es la misma base que equipa la última generación del Porsche Macan.
Los A6 e-tron también son claramente diferenciables de sus hermanos térmicos. El hecho de ser eléctricos obliga a modificar su estilo para así mejorar el tratamiento con el aire. Indispensable cuando hablamos de eficiencia eléctrica. Parrilla cerrada, suelo carenado y ciertas licencias tecnológicas -como los espejos retrovisores digitales- para minimizar el impacto que el aire pueda tener en la autonomía. ¿La ganancia? Ninguna, los A6 térmicos y eléctricos ofrecen el mismo Cx.

Pero se trata de un Audi, de uno grande, y eso quiere decir que allá donde lo pongas la gente lo va a mirar y va a llamar la atención. De puertas para dentro ofrece toda esa colección de novedades tecnológicas que en su mayor parte sirven para justificar un precio de venta disparatado. Pantallas, más pantallas y unas pocas más por si las anteriores no eran suficientes. Como mínimo el A6 e-tron monta dos, si somos más caprichosos podemos instalar una tercera frente al copiloto, sin tener en cuenta el Head-Up Display tras el volante. Como podrás imaginar no falta ni un solo detalle.
Mención especial requieren esos retrovisores digitales a los que antes hacía mención. A mi modo de ver, viendo que no aportan mucho en aerodinámica, son bastante incómodos. Tras una semana conduciendo el coche no he encontrado la forma de hacerme a ellos. Sobre todo al del lado del conductor. Dejando a un lado la posición más o menos natural de la pantalla, cuesta tomar referencias de distancias. No sabes cuán lejos está el coche del carril contrario y en ocasiones -en situaciones de tráfico denso- cambiar de carril es dar un salto de fe. No me gustan, aunque la calidad de la imagen es excepcional.

Insisto que su presencia es un pretexto para cobrarte mucho, pero mucho, por el coche. El precio base del A6 e-tron Avant es de 70.480 euros, que ya es de por sí una cifra elevada. A nada que empieces a sumarle chucherías tecnológicas la factura crece rápidamente. Eso sí, no se puede negar que la calidad de ejecución es poco menos que excelente. Materiales agradables y elementos sólidamente unidos. Audi, junto con BMW, fabrica los mejores interiores del momento y nadie me va a bajar de ese burro.
Los motores no es lo único que ha cambiado con el paso de los años. El tamaño del A6 actual es bastante superior al de hace unos años. El A6 e-tron Avant actual estira su carrocería hasta los 4,928 metros de largo con una distancia entre ejes de 2,95 metros. Coquetea con las cifras del A8 de varias generaciones. Esa ganancia se hace notar principalmente en términos de habitabilidad. La fila trasera es cómoda y espaciosa con un suelo casi plano. A diferencia de otros eléctricos la posición de las piernas es totalmente natural.

Hay espacio suficiente a lo largo, a lo ancho y a lo alto para pasajeros de hasta 1,90-1,95 metros de estatura. Las plazas laterales cuentan con fijaciones ISOFIX. La instalación de dos sillas infantiles anula casi por completo la plaza central. En cuanto a espacio de carga, la línea de carrocería extendida y el tamaño considerable confieren al Audi A6 e-tron Avant un volumen mínimo de maletero de 502 litros, ampliables a un máximo de 1.422 litros si se abate por completo la fila intermedia. Delante, bajo el tradicional capó se esconde un segundo baúl con 27 litros de capacidad. Poco, pero suficiente para guardar los cables de carga.
A la hora de optar por una mecánica me he decantado por la versión de mayor autonomía de todas las que Audi nos ofrece. En concreto he probado la versión e-tron Performance. Su ficha técnica reconoce la presencia de un solo motor trasero con 381 caballos de potencia y 565 Nm de par motor. Este se alimenta de una gran batería de litio con 100 kWh de capacidad bruta, de los cuales 94,9 kWh son útiles. Suficiente, según los alemanes, para ofrecer entre 658 y 719 kilómetros de autonomía homologada según el acabado seleccionado.
En el caso de la unidad de pruebas montaba el nivel de equipamiento Black Line, lo que reduce el alcance oficial a su horquilla más pequeña. Las llantas de mayor tamaño y el peso adicional del equipamiento superior reducen notablemente el alcance disponible. En teoría el consumo homologado debería ser de 16,3 kWh por cada 100 kilómetros recorridos, pero ya te adelanto de que tienes que ir olvidándote de esa cifra. De hecho, el consumo varía significativamente en función del recorrido, de la temperatura, de la velocidad y del modo de conducción, además de muchos otros parámetros.
Esto no es nada nuevo. Lo sufren todo los coches del mundo, pero especialmente los eléctricos. Unos más y otros menos, pero lamentablemente creo que en el caso del A6 e-tron es de los que más. Para obtener cifras por debajo de los 18 kWh/100 km hay que ser extremadamente sensible con el acelerador. Hay que conducir 'pisando huevos' y previniendo todo acontecimiento que pueda suceder, tráfico, semáforos, peatones... Solo así será posible acercarse, que no lograr, el consumo oficial reconocido por Audi según el ciclo WLTP.

Sin embargo, el entorno más desfavorable es la autopista. Los viajes largos. He realizado dos trayectos de 250 kilómetros para saber cómo se comporta el A6 e-tron alcanzada la velocidad de crucero de las carreteras españolas. En función de la orografía del terreno y del modo de conducción -Efficiency, Comfort o Sport- el consumo medio ha variado entre los 20 y los 25 kWh/100 kilómetros. Y no creas que he ido volando. Eso quiere decir que en condiciones normales la autonomía se reduce hasta los 400 o 450 kilómetros. ¿Por qué esa desviación?
Hay que sumar otros factores al consumo, principalmente la temperatura. Cuando el termómetro baja de los 10 grados el consumo se dispara por encima de la barrera de los 26 kWh/100 km. Una vez llegada a la temperatura óptima de servicio de la batería las cifras se estabilizan, pero en autopista es muy difícil ir bajando la media. De los 658 kilómetros que dice tener en el mundo real hay que restar unos 200 o 250. Es mucha desviación. Demasiada teniendo en cuenta de la marca de la que hablamos y del precio del coche.
Cuando la temperatura baja el consumo crece rápidamente sin forma de contenerlo.
Personalmente creo que es una falta de eficiencia térmica la que achaca el A6 e-tron. En marcha se nota como el coche fluye fácilmente. Apenas se ve afectado por el aire en contra y resulta realmente suave. Sin embargo, Audi, y el Grupo Volkswagen en general, sigue teniendo un problema en lo que a aprovechamiento energético se refiere. Es ahí donde realmente se demuestra que un coche eléctrico está bien diseñado. La gestión térmica en este caso resulta clave, pero no para bien siento decir.
Sin embargo, creo que el A6 compensa su falta de autonomía real en autopista con una potencia de carga bastante buena. La cifra máxima posible en corriente continua es de 270 kW, reducida hasta 11 kW al hablar de corriente alterna. En teoría es capaz de recuperar del 10% al 80% de la carga en 21 minutos. En mi caso particular, con tres cargas de prueba, no he superado en ningún momento los 180 kW de carga en continua (cargador Zunder). Superado el 80% del SoC la potencia cae significativamente. Aún así he podido hacer cargas del 45% al 90% en 25 minutos. Lo suficiente para pedir un café, hacer un pit-stop en el baño y continuar.

Dejando a un lado el aspecto de eficiencia térmica, la conducción del A6 e-tron Avant me ha parecido espectacularmente buena. La pisada es impresionante. El coche parece sólidamente anclado al terreno, aunque, como ya he dicho, fluye fácilmente. A pesar de sus 2.260 kilogramos de peso, se siente ligero y muy ágil. La dirección es muy rápida, puede que demasiado, mientras que la suspensión neumática filtra irregularidades con la misma soltura que mantiene firme y estabilizada la carrocería ante cualquier curva y/o velocidad. Es un coche extremadamente cómodo. El interior está tan aislado que puede resultar aburrido.
La potencia se muestra justa, pero no demasiado contundente. La aceleración a baja velocidad es contundente, pero el ímpetu decae a velocidades altas. Algo totalmente lógico. La aceleración es progresiva y bastante firme. Acelera de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos, aunque la velocidad de respuesta del pedal depende significativamente del modo de conducción. La retención se puede regular mediante dos pequeñas levas instaladas tras el volante. Hay cinco modos, dos positivos donde incrementamos la regeneración y otro par donde la liberamos. Finalmente, en el modo B del cambio el A6 pasa a modo de pedal único. Muy cómodo sobre todo en ciudad y vías interurbanas.

- Confort de marcha
- Dinámica de marcha
- Calidad de acabados
- Equipamiento
- Autonomía real
- Consumos
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