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Prueba BMW 320e, el tamaño sí que importa (Con vídeo)

BMW apuesta claramente por la electrificación de la gama, pero eso supone decir adiós a ciertas buenas prácticas a las que ya nos habíamos acostumbrado. El híbrido enchufable más barato del Serie 3 tiene muchas ventas, pero también debilidades.

Prueba BMW 320e, el tamaño sí que importa (Con vídeo)

21 min. lectura

Publicado: 31/08/2023 18:00

Aunque BMW cree en un futuro multidisciplinar (térmicos, híbridos, eléctricos y de hidrógeno), la realidad es que si hoy abrimos el configurador de la marca veremos cada vez menos opciones diésel disponibles y más alternativas electrificadas. Siempre nos han vendido los híbridos enchufables como una herramienta polivalente. Eficientes en el día a día, en recorridos cortos, con la despreocupación de los grandes viajes. A priori suena excelente, pero hay cosas que debemos tener en cuenta. El BMW 320e las demuestra claramente.

Estéticamente hablando el Serie 3 es un coche que gasta mucha presencia

Esta no es, ni mucho menos, la primera vez que te hablamos del BMW Serie 3. La berlina media de la casa lleva años en la plantilla de Múnich, demostrando que el ser más pequeño no significa bajar de categoría. A lo largo de sus más de cuatro décadas en el mercado ha evolucionado de forma extraordinaria. ¿Cuánto? Pues hasta el punto de destacar por encima de sus más inmediatos e importantes rivales: Mercedes Clase C y Audi A4, principalmente. El tridente alemán es el que ha acaparado todo el protagonismo en el segmento premium por razones más que evidentes.

¿Es el Serie 3 el mejor de su categoría a día de hoy? Si, sin lugar a dudas. Tiene un estilo que, dejando gustos personales a un lado, es llamativo, siempre con los habituales toques deportivos de la marca. Aunque BMW se empeña en que la mayoría de estos aparezcan en el acabado M Sport (previo pago de una módica cantidad de dinero). Sus medidas hacen de él un coche muy polivalente: 4,71 metros de largo, 1,83 metros de ancho y 1,44 metros de alto. A esas cotas hay que sumar una distancia entre ejes de 2,85 metros. Un dato interesante como ahora te contaré.

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No es ni muy gran ni muy pequeño, ideal para familias de hasta cuatro miembros. Se desenvuelve bien en todo tipo de entornos, ya sea en desplazamientos ordinarios y aburridos como en esos momentos donde queremos explotar un poco más las prestaciones y un excelente chasis. Vale para todo. Todo ello recubierto por mucha tecnología, que no siempre es perfecta, y por una calidad que sitúa hoy a la marca bávara como la mejor de su categoría. No tengas dudas de que BMW fabrica los mejores interiores del apartado premium. Con diferencia. Sólo Volvo puede ponerse a su altura.

Los materiales empleados son los que se esperan de una berlina premium alemana. Superficies blandas y de agradable tacto que reducen al mínimo posible la presencia de plásticos duros. Todo está sólidamente fijado, no hay holguras extrañas y nada cruje al someterlo a esfuerzos. Parece mentira que hoy tenga que recalcar algo así en un coche de esta categoría, pero si te montas en algunos rivales te das cuenta como otras marcas han ahorrado en costes y en materiales. Obviamente sin que la tarifa de venta se reduzca. Imperdonable.

A BMW no hay quien le tosa a la hora de fabricar buenos interiores. Los mejores

Pero no estamos en ese caso. El BMW Serie 3 luce bien y la tecnología eleva la presencia de berlina moderna. La última evolución ha traído consigo un doble panel tan grande como vistoso. Dos pantallas unidas que ofrecen un aspecto futurista, pena que el sistema multimedia no sea tan bueno. BMW ha querido hacer caso de la moda y eliminar casi todos los botones físicos posibles. Grave error. El más evidente y peligroso es arrebatarnos del módulo individual de la climatización. Se sustituye por un control táctil en el panel principal con un excesivamente complicado programa de gestión.

No importa hacer clic en la pantalla, pero cuando las opciones se vuelven muchas y demasiado complejas el problema sale a la luz. Cuesta entender cómo en Alemania han optado por algo así. BMW siempre ha tenido el sistema multimedia más sencillo, fácil de manejar e intuitivo de todo el mercado (salvo alguna discreta excepción). De ahí ha pasado a tener uno de los peores. Excesivos iconos, programas y submenús para controlar cualquier básica o rutinaria operación. La climatización sólo es un ejemplo. Deberían ponerse límites a todo esto porque manejar tantas operaciones de forma táctil en marcha supone un grave riesgo para la seguridad.

El sistema multimedia es complejo. Demasiados clics, menús y funciones

No me gusta el nuevo iDrive de BMW y lo digo abiertamente. Un comprador medio tendrá dificultades para explorar todas las posibilidades y recomiendo investigar en parado y tomarse un tiempo para aprender todo lo que el Serie 3 es capaz de ofrecer. Excesivo para mi gusto. Hemos llegado a un punto donde la tecnología ha pasado de servir a mejorar la experiencia a bordo a entorpecer la conducción. Es peligroso y no lo digo sólo por el caso de BMW, pero como esta es la prueba que estás leyendo, de ahí que me centre en él.

Es un problema general de la industria en un nuevo alarde de ahorro de costes. Es más barato escribir unas líneas de código que fabricar miles de módulos y botones. Es así. La instrumentación sí que es clara, pero los diseños son demasiado "raros". Los alemanes proponen varios diseños, pero en líneas generales vienen a ser lo mismo con diferentes posiciones. En eso sí que Mercedes ha sabido ejecutar mucho mejor la parte tecnológica. No me malinterpretes, el Serie 3 ofrece todo lo que puedas necesitar, pero una vez indagas descubres que más pantalla y más personalización no siempre es mejor.

La habitabilidad en las plazas traseras es buena. Muy espacioso incluso para adultos

Si hablamos de espacio y habitabilidad hay luces y sombras por culpa de la electrificación de la unidad. El espacio interior es muy bueno. Los pasajeros traseros disfrutan de amplitud para piernas y cabeza (hasta 1,85 metros de estatura). Hay fijaciones ISOFIX y, salvo la plaza central, todos los ocupantes pueden disfrutar de un viaje cómodo y agradable. El problema llega a la hora de abrir el maletero. La cifra oficial es de 375 litros de capacidad. Un volumen que podría ser equiparable al de cualquier coche de un segmento inferior. ¿A qué se debe esto?

Pues ni más ni menos que al peso de la electrificación. El 320e nace como un Serie 3 normal y corriente al que se le añade un conjunto híbrido enchufable que hay que meterlo con calzador en alguna parte. ¿Qué parte es esa? Pues debajo del maletero. Si investigamos descubrimos gran parte de la sección eléctrica como la batería y los componentes auxiliares. Esto nos obliga a decir adiós a 105 litros de capacidad si lo comparamos con un 320i de gasolina. Es mucha capacidad. La boca es estrecha, la altura es limitada y por mucho que los asientos traseros se plieguen, el espacio es limitado.

El maletero es pequeño para ser una berlina de 4,7 metros

Buena habitabilidad interior, pero poco volumen de maletero. Una familia de cuatro miembros necesita de ambas cosas para vivir cómodamente y, lamentablemente, el 320e sólo ofrece una de ellas. Este no es el único precio que tenemos que pagar por echar el guante a la electricidad. Casi es el menor de los problemas. A eso hay que sumar peso, menor autonomía como térmico y un precio que se dispara. El precio base del Serie 3 es de 46.500 euros para la versión 320i. Su homóloga enchufable eleva la tarifa mínima hasta los 52.000 euros. 5.500 euros más. La gran pregunta es ¿merece la pena?

Al volante del BMW 320e híbrido enchufable

Pues todo depende del uso y del comprador. Como ya he dicho, los híbridos enchufables son una excelente herramienta en las manos y las condiciones ideales. La estructura mecánica consta de un motor térmico de gasolina turboalimentado de cuatro cilindros y dos litros de cilindrada con 163 caballos. A él se acopla un motor eléctrico de 109 caballos. La suma de ambos propulsores desarrolla un máximo de 204 caballos y 350 Nm de par motor. Hay que tener en cuenta que esta cifra sólo se consigue cuando ambos motores trabajan conjuntamente, que no siempre se da el caso, más bien lo contrario.

La parte eléctrica se alimenta de una batería de iones de litio con 11,2 kWh de capacidad neta que permite homologar hasta 62 kilómetros de autonomía eléctrica. Ojo que una cosa es lo que se homologa y otra la que se consigue en el día a día. Durante las diferentes pruebas que he realizado, el rango de operaciones como eléctrico ha variado mucho en función del recorrido realizado. En ciudad es posible acercarse al dato oficial, siendo cuidadoso al salir de los semáforos y circulando a ritmo legal. En carreteras secundarias la autonomía ha rondado los 55 kilómetros. Un buen registro. En autopista, a ritmo legal, a los 40 kilómetros habremos dicho adiós al último kilovatio hora disponible.

Son datos de lo más habituales para ser un híbrido enchufable. Para sacar el máximo provecho de un coche como el 320e será necesario y obligatorio cargarlo todas las veces que sea posible. Cuanta más electricidad consumamos menos combustible gastaremos. Si no lo enchufamos a la red vamos a tener un precioso pisapapeles híbrido con etiqueta CERO que va a gastar mucho más que un 320i, pero lo peor no es la cifra de consumo sino la autonomía de la autonomía que vamos a poder disfrutar. He ahí otro de los grandes sacrificios de esa unidad, el tanque de combustible. Como la batería ocupa parte del depósito, BMW ha tenido que reducir la capacidad en casi 20 litros. No parece mucho, pero estamos hablando de un tercio del tanque.

Si no vas a instalar un punto de carga en casa olvídate de comprar un PHEV

¿En qué se traduce todo esto? En que la autonomía total del 320e apenas supera los 600 kilómetros (sumando gasolina y electricidad). A un servidor le parece un dato ridículo que obliga a pasar muchas más veces de las debidas por la gasolinera. A ritmos normales, cargado y en autopista, será difícil pasar de la barrera de los 550 kilómetros. Un tanque de combustible entero para viajar de Madrid a Barcelona. Un 320i equivalente podría llegar con 3/4 de depósito. Si a esto le sumamos el coste de los carburantes de hoy en día, la cuenta de resultados es más que justa. Ten en cuenta que el precio del coche es mayor.

Eso quiere decir que tendremos que hacer muchos más recorridos urbanos que interurbanos para que nos salga a cuenta. Por cierto, tampoco olvides que las recargas, por muy económicas que salgan, no son gratis y que hay que añadir el coste de la instalación de un cargador doméstico para sacar todo el provecho. Todo ello hace que la brecha económica siga creciendo. Insisto que hay que hacer muchísimos kilómetros en eléctrico para que compense, así que cada uno eche sus propias cuentas de si le conviene una unidad electrificada o no. Toca sacar la calculadora y hacer sumas y restas.

El confort de marcha es excelente. Nada que envidiar a sus hermanos mayores

La cuestión es que en términos de consumo el BMW 320e ha logrado un dato muy bueno. Durante mis más de 1.000 kilómetros de pruebas, con habituales recargas nocturnas, el ordenador de a bordo ha registrado un dato medio de 5,9 litros a los 100 kilómetros. Es un litro menos de lo que podemos obtener con un 320e. 1 litro menos por cada 100 kilómetros, o lo que es lo mismo, 1,7 euros de ahorro por cada 100 kilómetros. Teniendo en cuenta que el coche nos va a costar unos 7.000 euros más (ya cuento con la instalación eléctrica), está claro que el kilometraje marcará la diferencia sobre la dependencia de dar el salto a la movilidad enchufable.

También hay que ser consciente que un PHEV exige de ciertas habilidades al volante más allá de ser cuidadoso con el acelerador. Como buen híbrido enchufable, el 320e ofrece varios modos de conducción: Electric, Hybrid y Sport. Este último es innecesario porque consume mucho combustible y mucha electricidad sin que haya un aporte claro de prestaciones al conjunto. Con él se obtiene la máxima potencia, pero insisto que no es aconsejable usarlo de forma habitual porque asusta ver cómo baja la autonomía de los contadores. Para probarlo un ratito y poco más.

Los modos de conducción permiten jugar con la configuración de los motores

De forma normal BMW arranca con el programa 100% eléctrico (siempre y cuando haya batería suficiente). Eso es bueno si el recorrido va a ser urbano, pero si no lo va a ser lo mejor es reservar la carga de la pila para esos terrenos donde vamos a consumir más, la ciudad. El modo Hybrid es el más recomendable porque el coche, por sí sólo, va a jugar con los motores, aunque siempre suele dar prioridad a la parte eléctrica. Adicionalmente tenemos un formato Battery Hold que nos permite reservar la carga de la batería para cuando nosotros queramos. Con el tiempo se coge la costumbre de jugar con los programas para sacarle el máximo provecho a todo el conjunto. Lleva un tiempo acostumbrarse, pero se consigue.

Puede que estés dudando, es normal, sobre si optar por un híbrido enchufable, pero no te quepa duda que el BMW Serie 3 es un excelente rodador. Como ya he dicho más arriba, se siente muy a gusto en todo tipo de entornos, pero en autopista saca lo mejor de sí. La rumorosidad es mínima, el confort es máximo y cada viaje se disfruta como si viajásemos a bordo de un Serie 7. Es sorprendente ver cómo ha evolucionado la berlina más pequeña de la casa. Todo un lujo poder hacer kilómetros con él, ya sea en carreteras rápidas o en tramos más revirados donde BMW demuestra su dilatada experiencia.

Conclusiones

El futuro será eléctrico, o eso nos dicen de forma habitual. Los EV de elevado rango nos permitirán viajar tranquilamente en unos años, si es que la red de carga evoluciona tanto como los coches. Hasta que ese momento llegue, sólo los más valientes se ven atraídos por los enchufes y los kilovatios hora. Los híbridos enchufables pueden seducir a muchos, pero hay que ser conscientes de que no todo es perfecto. El BMW 320e ofrece muchas cosas buenas, las habituales en cualquier BMW como calidad, equipamiento, buena habitabilidad, excelente comportamiento y un gran confort de marcha, pero también obliga a decir adiós a ciertas cosas. Algunas de ellas importantes.

Hoy por hoy, comprar un 320e nos exige decir adiós a ciertas ventajas corrientes

El precio puede suponer un problema. Hay que pagar más por sumar un enchufe del cual vamos a depender para que nuestra compra se vuelva razonable. Sin un punto de carga el 320e es una compra absurda. A eso hay que sumar que nos deshacemos de unos cuantos litros de maletero y de que la autonomía del tanque de combustible es muy limitada. Con todo ello creo que, hoy por hoy, un excelente 320d con etiqueta ECO en la plantilla es la compra más lógica que podemos hacer para acceder a un Serie 3. Con él no hay que renunciar a nada para obtener lo mismo o más.

Opiniones del Experto
Nos ha gustado
  • Confort de marcha
  • Consumos ajustados
  • Calidad interior
Nos ha gustado menos
  • Maletero pequeño
  • Autonomía gasolina
  • Sistema multimedia
ValoraciónNota8.8
Comportamiento9
Prestaciones8
Confort de marcha9
Consumos9
Seguridad9
Equipamiento9
Calidad interior9
Habitabilidad8
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