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Prueba BMW Z4 M40i, todo lo que un roadster debería ser

Tras el último facelift, el BMW Z4 es más moderno que nunca y tan excitante como siempre. Hemos probado la versión tope de gama, el M40i de 340 CV, que lo tiene todo para enamorar.

Prueba BMW Z4 M40i, todo lo que un roadster debería ser
El roadster premium más buscado

14 min. lectura

Publicado: 29/05/2023 10:00

Dos plazas, motor potente, propulsión trasera y techo de tela: la propuesta del BMW Z4 no puede sonar más convincente. El excitante roadster alemán es un coche diseñado por y para el placer de conducción, más aún con la llegada del facelift de la tercera generación que actualiza su equipamiento y diseño.

El color exterior Thundernight es una novedad del facelift

Una tercera generación de la que se han vendido más de 55.000 unidades en todo el mundo desde su lanzamiento en 2020, una cifra notable para un segmento de nicho como es el de los roadsters premium. Los países donde más se ha vendido han sido, por este orden, Alemania, Estados Unidos, China, Reino Unido y Japón, un compendio extremadamente variado que deja claro que el estilo de este Z4 traspasa fronteras e idiosincrasias. Gusta en todas partes.

No es de extrañar porque enamora a primera vista. El frontal del nuevo Z4 se caracteriza por la nueva parrilla de doble riñón que refuerza la impresión de anchura del vehículo y unos grupos ópticos con tecnología led adaptativa que en esta renovación ofrecen la opción de los faros M Shadow Line con inserciones oscuras. Los paragolpes tienen tres entradas de aire, correspondientes al paquete exterior M Sport que ahora viene de serie en toda la gama.

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El diseño atlético se acentúa con un largo capó que se extiende sobre los pasos de rueda delanteros. Aquí también lucen unas fantásticas salidas de aire laterales como las branquias de un tiburón, uno de los rasgos visuales más destacados, que guían el flujo de aire para reducir las turbulencias.

Desde estas salidas laterales fluyen dos marcadas líneas de carácter que añaden musculatura y llevan la vista a los abultados pasos de rueda traseros de este seductor BMW. El conjunto se puede rematar con una gama de llantas de aleación de hasta 19 pulgadas, entre cuyos radios dejan ver los frenos M Sport con pinzas en azul con el anagrama M, y una larga lista de colores exteriores: especial mención del precioso morado Thundernight de la unidad de pruebas.

La capota puede ir en negro o antracita

El M40i se distingue de sus hermanos de gama por las carcasas de los retrovisores en Cerium Grey y salidas de escape con unos morrocotudos embellecedores trapezoidales. Las salidas destacan, al igual que los finos pilotos traseros en forma de L, pero el detalle estético que más me gusta es el esbelto spoiler integrado en la tapa del maletero.

Ya te aviso de que te mirarán. Mucho. Más allá de la estética también hay que detenerse en sus dimensiones: 4.324 mm de longitud, 1.864 mm de anchura y solo 1.304 mm de altura. Es muy compacto pero a pesar de su contenida longitud exterior dos adultos de elevada estatura caben sin problemas en este estricto biplaza.

De cabrio a coupé en 10 segundos

Se va sentado muy atrás y muy bajo, en una posición muy deportiva. Los asientos deportivos M Sport son muy confortables, tienen ajuste eléctrico de la anchura del respaldo y están calefactados. Sin embargo, carece del sistema de calefacción para el cuello Air Collar integrado en los reposacabezas delanteros, característica que sí está disponible en el Serie 4 Cabrio y el exclusivo Serie 8 Cabrio.

En esta unidad los asientos deportivos, bonitos y acogedores, están tapizados en cuero Vernasca Cognac

El habitáculo luce una calidad de realización formidable. Frente al conductor está el BMW Live Cockpit Professional con dos pantallas de 10,25 pulgadas cada una. Una correspondiente a la instrumentación digital, que ofrece abundante información y puede complementarse con un head-up display. La otra, táctil, del sistema multimedia con el sistema operativo 7.0 de BMW.

Es curioso que la marca alemana no haya aprovechado a introducir la versión 8.0 que sí está presente en algunos de sus últimos lanzamientos pero casi mejor: a mí me parece más intuitivo de manejar y además sigue gozando de pantallas configurables, actualizaciones inalámbricas, servicios conectados, conectividad con Android Auto y Apple Carplay, y acceso a distancia al vehículo a través de los Servicios Remotos. Además en la consola está el controlador iDrive Touch que, una vez que te acostumbras a su uso, es muy practico.

El interior es elegante, tecnológico y está muy bien construido

La capota de tela del BMW Z4 es de color negro pero opcionalmente puede escogerse en un acabado antracita efecto plata. El accionamiento del techo es eléctrico, basta pulsar un botón en la consola para que la capota se abra o se cierre en apenas 10 segundos. Es un proceso rápido y suave que puede hacerse incluso a velocidades de hasta 50 km/h. El aislamiento del techo de tela es excelente y cuando está puesto el Z4 es casi como un coupé.

El roadster alemán cuenta con 281 litros de maletero. Sobre el papel no es mucho pero lo cierto es que se puede aprovechar bien y deja espacio suficiente para el equipaje de dos personas en una escapada. Además, como la capota tiene su propio compartimento, el espacio de carga se mantiene inalterado independientemente de que el techo esté puesto o quitado.

El funcionamiento de la capota es muy rápido y suave

Adiós al cambio manual

La composición de la gama mecánica del descapotable de BMW se compone de tres versiones. Se trata del Z4 sDrive20i de 197 CV, el Z4 sDrive30i de 258 CV y el tope de gama Z4 M40i de 340 CV. Los dos primeros con cuatro cilindros y el M40i que protagoniza esta prueba con el fabuloso motor de gasolina de 3,0 litros y seis cilindros en línea, la especialidad de la casa bávara.

A pesar de la tendencia actual en la industria automovilística, ninguno de estos propulsores lleva electrificación así que lucen la etiqueta medioambiental C en el parabrisas. Lástima que no se haya incluido algún sistema MHEV para ganarse la pegatina Eco que da algunos beneficios en entornos urbanos.

Todos llevan transmisión automática de serie porque tras este facelift ya no existe posibilidad de equipar un cambio manual. Antes de que se preocupen los más puristas debo decir que antes de esta actualización tuve oportunidad de probar el BMW Z4 sDrive20i manual y, aunque no iba mal, ya me parecía mejor elección prescindir del embrague.

El cambio automático es de serie en el Z4

La trasmisión se confía a una caja Steptronic de ocho velocidades que, insisto, es de serie y está bien que sea así porque trabaja realmente bien. En una conducción tranquila las transiciones entre marchas se realizan con mucha suavidad mientras que en una conducción deportiva trabaja con mucha rapidez y acierto. También es agradecido usando las levas tras el volante, aunque son algo pequeñas de tamaño.

Por su parte, el motor de seis cilindros BMW TwinPower Turbo del Z4 M40i desarrolla 340 CV y un par máximo de 500 Nm, cifras que avisan con claridad del magnífico rendimiento que brindará al pulsar el botón de arranque. Es un auténtico purasagre que se complemente perfectamente con la propuesta lúdica de este modelo.

Da igual en qué marcha vayamos y a cuantas vueltas gire, el motor siempre se nota poderoso y rápido de respuesta. Se debe a que su rango de utilización es amplísimo como se demuestra que el par máximo se entrega a sólo 1.500 rpm y se mantiene constante hasta las 4.500 rpm. Poco después, a 5.000 rpm recoge el guante la potencia máxima que se mantiene hasta los 6.500 rpm.

El sistema multimedia del nuevo Z4 mantiene la versión 7 del sistema operativo de BMW aunque otros modelos de la gama del fabricante alemán ya llevan el 8

Para modular la respuesta el conductor tiene a su disposición los programas Eco Pro, Confort y Sport que cambian la dureza de la dirección, la respuesta del acelerador, el tarado de la amortiguación gracias a la suspensión adaptativa, y otros parámetros como la climatización.

También cambia el sonido del escape y es una pena que no hay un botón que permita activar el escape en cualquier modo, si queremos oírlo rugir en todo su esplendor hay que seleccionar el modo Sport. En este programa no hace falta exigir mucho al motor para que nos acompañe un bramido ronco y pequeñas detonaciones en las reducciones, bastante discretas pero que suman al espectáculo.

Está claro que el sonido es un plus al disfrutar del placer de conducir a cielo abierto. También cuando se hace una conducción muy dinámica porque, llevado al extremo, este descapotable es todo un deportivo. Las aceleraciones son fulgurantes como demuestra que puede pasar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos.

El emblema conmemorativo del 50º aniversario de BMW M

Esta versión del biplaza lleva de serie el diferencial M Sport para ganar efectividad en curva o deslizar la parte trasera si queremos subir la apuesta gracias a la distribución variable del par entre las ruedas traseras. Es juguetón y muestra unas reacciones nobles a pesar de que en la báscula se sitúa en torno a los 1.600 kg de peso, un dato bastante alto.

El consumo de combustible es muy sensible al estilo de conducción. El valor medio homologado en ciclo WLTP se sitúa 8,1 l/100 km y en un uso real y variado es posible conseguir cifras ligeramente por debajo de ese dato en el modo Eco Pro, aprovechando el modo planeo cuando las circunstancias lo permitan.

El problema está en que no vas a querer hacer esa conducción eficiente porque este roadster deportivo te incita constantemente a darte alegrías. No quiere decir que corras pero sí que, aunque circules a ritmo tranquilo, tendrás conectado el modo Sport la mayor parte del tiempo y estirarás de vez en cuando las marchas simplemente para disfrutar de la sonoridad del motor.

Ciertamente, si te dejas llevar por esa deportividad el consumo sube rápidamente y rondará los 9 l/100 km. Vale, tocará pasar más a menudo por la gasolinera pero lo harás con una sonrisa porque has disfrutado cada kilómetro del trayecto de este descapotable con prácticamente la misma caballería que un icónico BMW M3 E46.

Un vehículo pensado con el clásico eslogan de BMW en mente: «¿Te gusta conducir?»

El BMW Z4 es uno de los descapotables más deseables del momento y la versión M40i satisfará a todo tipo de conductores. Es rápido, bonito y excitante, encarna las más profundas raíces de la marca alemana, pero también es caro. El Z4 M40i está a la venta desde 79.000 euros y la apetecible lista de extras irá incrementando la tarifa final a poco que nos dejemos llevar.

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