Prueba Hyundai Kona EV 2023, la navaja suiza «made in Corea»

Hyundai será una marca totalmente eléctrica dentro de apenas unos pocos años. Esto podría suponer un elevado reto para muchas compañías generalistas; dar el salto total hacia la electrificación no es algo sencillo ni tampoco barato. Sin embargo, el grupo automovilístico coreano ha sabido extraer bien el jugo de esta tecnología y ya cuenta con un importante número de modelos 100% eléctricos. Tanto es así que ya ha dado el siguiente paso con el Kona: desarrollar las variantes con motor térmico a partir del eléctrico. Algo que hasta ahora sonaba a ciencia ficción.

El Hyundai Kona es un modelo que aquí, en nuestra casa, conocemos bien. Pudimos asistir a todo el proceso de creación de la primera generación, mientras que la segunda ya es una realidad y podemos decir que ha cambiado en todos y cada uno de sus apartados. Sin ánimo de duda podríamos asegurar que lo único que vincula ambas generaciones es su nombre.

El gran salto coreano

El Hyundai Kona eléctrico se posiciona como el gran salto dentro de la electrificación en Hyundai. Bien es cierto que este emplea su propia arquitectura de 400 voltios y no la misma que emplean en la familia IONIQ con 800 voltios. A pesar de que, a priori, puede parecer algo negativo, lo cierto es que es un movimiento que ha servido para abaratar costes en ese sentido y, por ende, poder vender el coche a un precio más atractivo.

Sin embargo, si hay algo que llama la atención significativamente del Kona eléctrico es su imagen exterior. Con la renovación generacional este apartado ha variado de forma notable. Ya el modelo saliente atrajo a muchos clientes potenciales por la originalidad de su estética; esta misma receta ha vuelto a repetirse en esta recién llegada generación.

Aunque la imagen del Hyundai Kona ya la conocemos de su variante equipada con motor térmico, ya sea la versión Mild-Hybrid o la híbrida enchufable, lo cierto es que el eléctrico cuenta con una estética diferenciada de sus hermanos. Todo ello, principalmente, para que prevalezca la aerodinámica e incremente la autonomía eléctrica del vehículo.

En términos generales el diseño es el mismo y para mucha gente puede pasar desapercibido entre uno y otro. Sin embargo, el frontal es mucho más minimalista y con un menor número de aberturas de aireación. Como ya hemos mencionado, todo ello para ganar en términos de coeficiente aerodinámico. En el mismo frontal se aloja ahora la tapa para el enchufe de carga y una decoración en forma de pequeños cuadrados en la zona inferior.

El resto de elementos sigue intacto; los grupos ópticos en los extremos (casi metidos en el paso de rueda), la tira de luz LED que cruza todo el ancho del coche, o las nervaduras y elevada musculatura repartida por todo el conjunto. En el Kona eléctrico también se instalan nuevos juegos de llantas de 17 o 19 pulgadas. Además, esta variante cuenta con los mismos 7 colores que ya tiene la versión térmica, más otros 4 específicos; es decir, un total de 11 variantes cromáticas.

La trasera cuenta nuevamente con la misma decoración a base de pequeños recuadros haciendo las veces de píxeles, aunque estos no se iluminan. El bajo parachoques también es mucho más simplista que la variante térmica, ya que cuenta con una zona decorada en el mismo color de la carrocería, lo que lo disimula significativamente sobre otras versiones. En el resto de elementos sucede lo mismo que en el frontal, se han respetado la mayoría de ellos salvo por la adopción del nuevo pequeño texto «Electric» que identifica a esta motorización.

La polivalencia en estado puro

Dejando ya de lado su parte más estética, es hora de adentrarse en el habitáculo del Hyundai Kona eléctrico. Este, en términos generales, se podría decir que es un «viejo conocido» ya que prácticamente calca los elementos estrenados en versiones con motor de combustión. Entre los elementos diferenciadores estarían los botones explícitos de un coche eléctrico, como las levas tras el volante para el nivel de la frenada regenerativa, los modos de conducción específicos o los emblemas que afirman que estamos ante la versión de «cero emisiones».

En términos de espacio, este presenta apenas diferencias sobre sus hermanos de gama. Sí se ha ganado unos centímetros adicionales gracias a una nueva tecnología en sus asientos delanteros que hace que estos sean 30 milímetros más estrechos, aunque su comodidad y confort no se hayan visto resentidos. Esto ha generado que se ganen unos pocos centímetros en el espacio para las piernas de los pasajeros traseros, por ejemplo.

Y ya que hablamos de sus plazas traseras, hay que matizar que estas son realmente espaciosas para la práctica totalidad de fisionomías. Cuenta con espacio sobrado para las piernas y para la cabeza de sus ocupantes. También con huecos portaobjetos por doquier, tanto en la primera como en la segunda fila. Además estos asientos traseros podrán contar con puertos USB para cargar dispositivos móviles, así como un enchufe convencional de 220 voltios para alimentar dispositivos más voluminosos.

El propio Hyundai Kona eléctrico incorpora de serie (salvo en el acabado de acceso) la capacidad V2L, es decir, que podrá servir como gran batería para cargar o alimentar dispositivos externos, tales como ordenadores una cafetera, una televisión o cargar un patinete eléctrico. Las posibilidades son casi infinitas.

Culminando este apartado con su zona de carga, el Kona eléctrico cuenta con la particularidad de que las variantes con motor térmico se han desarrollado con el eléctrico como punto de partida. Esto hace que el eléctrico cuente con el mismo maletero que el resto de opciones de la gama: 466 litros. Además cuenta con un segundo compartimento bajo el capó delantero con 15 litros adicionales donde se podrán almacenar y transportar los cables de carga.

Ahora es el momento de hablar de su mecánica. Esta, por supuesto, es 100% eléctrica siempre. Como acceso a la gama cuenta con una alternativa con 156 CV de potencia sobre el eje delantero. Está alimentado por una batería de 48,4 kWh de capacidad que lo dota de una autonomía de 377 kilómetros, según homologación WLTP. Como variante más capaz, el Hyundai Kona eléctrico cuenta con una potencia de 218 CV y una batería de 65,4 kWh de capacidad. Esta lo dota de un rango máximo de 514 kilómetros.

A la hora de realizar una recarga, el propio vehículo cuenta con un sistema de preacondicionamiento de la batería, para que así esté plenamente operativa en términos de temperatura y capacidad en caso de parar a recargar. Como cabría esperar, cuenta con carga rápida de hasta 100 kW, lo que lo hará pasar del 10 al 80% tras apenas 41 minutos de enchufe; a 50 kW hará lo propio en 60 minutos y a 11 kW podrá recargar en algo más de 5 horas.

Prueba de conducción del Hyundai Kona eléctrico

Entrar en el Hyundai Kona eléctrico es hacerlo en un ambiente muy familiar. Si eres un usuario muy cercano a la marca no sentirás ningún tipo de salto sobre otros modelos; aunque es diferente, es un espacio que se siente conocido. Todos sus botones y elementos caen a la mano y son muy lógicos en todos los sentidos.

La primera sensación al sentarte tras el volante del Hyundai Kona eléctrico es que cuentas con una visión exterior sobresaliente; muy elevada y con vista en todas direcciones. Los primeros metros a bordo de nuestra unidad fueron de una alta comodidad y una familiaridad con todo el conjunto.

En términos de dinámica pura, durante los primeros metros se puede hacer quizás demasiado suave o asistida la dirección, dando la sensación de no transmitir demasiado. Sin embargo, pasados los primeros kilómetros te acostumbras y llega a ser notablemente cómodo, principalmente para desplazamientos por los centros de los núcleos urbanos.

Nuestra unidad era la equipada con el motor de 218 CV y como buen eléctrico, el Hyundai Kona acelera de forma instantánea, pero sin entrar en exageraciones ni tiempos en el 0 a 100 km/h dignos de los mejores deportivos. No hay necesidad. No es un deportivo ni aspira a serlo, sino más bien todo lo contrario. Su conducción es cómoda, ágil y en ningún momento te da sustos por haber pisado el acelerador más de lo que debías. Esto tampoco sucede con el modo Sport activo pues, como digo, su aceleración siempre es notablemente predictiva.

Es muy cómodo y útil poder conducir en territorios urbanos con el freno regenerativo activado. Este cuenta con cuatro niveles, de los que el cuarto y más potente es directamente el llamado i-Pedal, por el que no hará falta pisar el pedal de freno y con soltar el pie del acelerador el coche frenará y recargará la batería.

Como cabría esperar, la comodidad de sus asientos es elevada, lo que genera un nivel cero de cansancio al volante, así como en la fisionomía del resto de sus ocupantes. Finalmente, el consumo medio durante nuestro corto recorrido fue de apenas 16,8 kWh a los 100 kilómetros. Nada mal dado que fue una ruta corta y sin escatimar en aceleraciones o demás comportamientos que no hacen demasiado bien en la economía de la carga. No obstante, para saber cifras concretas diarias tendremos que esperar a poder probar el coche detenidamente más adelante.

Conclusiones y precios

Para terminar este escrito debo admitir que el Hyundai Kona eléctrico me ha parecido una de las mejores alternativas de su segmento en cuanto a coches eléctricos para un uso diario, e incluso para afrontar rutas o viajes fuera del entorno urbano. Su comodidad, gran capacidad de carga y conducción confortable puede ser el compañero ideal para todo tipo de situaciones. Tal y como he titulado esta prueba: una auténtica navaja suiza. Sirve para todo.

Finalmente llega el momento de hablar de precios, y es que el Hyundai Kona eléctrico parte de los 40.950 euros junto a la mecánica de 156 CV y la batería de 48 kWh. Para acceder a la alternativa superior de mayor potencia habrá que desembolsar casi 5.000 euros adicionales, ya que parte de los 45.350 euros en su versión de acceso. Todo ello, por supuesto, sin incluir descuentos o promociones, lo cual si se puede acceder a la totalidad de ellas, el precio final se podrá rebajar en casi 10.000 euros.