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PruebaSubaru XV 2.0 TD, exterior e interior (II)

Hoy analizamos por fuera y por dentro al Subaru XV. Tiene formas poligonales, una pintura metalizada y molduras en plástico negro para quienes quieren huir del asfalto. Por dentro prima la sencillez y unos materiales correctos. No busca el diseño sino ser práctico. Acompáñanos en esta entrega y descubre cómo es esta apuesta japonesa.

Subaru XV 2.0 TD, exterior e interior (II)

5 min. lectura

Publicado: 23/05/2014 12:00

Ayer os adelantábamos un completo análisis sobre el Subaru XV y concluíamos que la versión diésel es probablemente la más atractiva de probar. Sus medidas son una parte importante del vehículo, con una altura total de 1.570 mm, una anchura de 1.780 mm y una longitud de 4.450 mm. Sin embargo, uno de los datos más sorprendentes es su altura libre al suelo de 220 mm. Significa que entra en cifras de coches de mayor categoría, con unas dimensiones compactas y neumáticos M + S (en nuestra unidad), además de la tracción 4X4 permanente. Estoy seguro de que el coche será emocionante en marcha.

El color exterior es Satin White Pearl; es decir, Blanco metalizado. Lo cierto es que el catálogo de Subaru incluye 10 colores con gama para los más discretos, para los más deportivos y para los más atrevidos; la decisión corre de vuestra parte. Las llantas son por imposición y de serie, de 17 pulgadas y son muy originales, con un acabado negro y un reborde plateado que dibuja una original silueta en la llanta. Los neumáticos son 225/55, un perfil utilitario y una anchura adecuada.

Diseño sencillo y funcional

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¡Infórmate!

En cuanto a diseño, no se puede negar la similitud con el Impreza que se comercializa en otros mercados y que inspira un carácter atrevido. No se ha recurrido a un formato inspirado en sensaciones; en esa liga juegan otros japoneses. El Subaru XV es más basto y poligonal que algunos de sus rivales, pero más auténtico. Los pasos de rueda y faldones laterales están protagonizados por molduras de plástico negro con buen acabado, pensadas para quienes van introducir este coche sobre pistas no asfaltadas.

En la parte delantera, la parrilla tiene un reborde cromado y una curiosidad es que los faros de Xenón evitan estar tras un proyector y recurren a una estética más tradicional. Este detalle invita a pensar que en realidad llevamos faros halógenos en las luces cortas, aunque no es cierto.

Interior

El interior sorprende gracias a unos acabados bastante dignos, con plástico acolchado en el salpicadero, mandos de climatizador con una presencia correcta y una consola central con líneas muy sencillas y armoniosas y dos pantallas para mostrarte mucha información. El Subaru XV no puede hacer gala de modernidad en cuanto a estética del habitáculo ni la filosofía del coche pretende que éste sea un punto prioritario. Desde una foto general te das cuenta de la sencillez interior y para muchos, éste será un punto a favor, huyendo de las modernas estéticas que a veces dan sensación de 'coches del futuro'. Dentro de un efecto visual muy limpio, se ha sabido contrastar la monotonía del color negro con una moldura plateada justo encima de la guantera y el panelado de las puertas perforado.

Desluce mucho la pantalla central, con un acabado que parece incrustado, una calidad desfasada y un manejo que en ocasiones te obliga a pelearte un poco con ella. El pequeño display de la zona superior sin embargo da información bastante útil, muy visible y con una resolución buena, aunque tiene menús divertidos como uno que mide el tiempo en el que está activado un control electrónico del coche.

En habitabilidad el espacio es correcto, para 4 mejor que para 5 y si se necesita espacio extra de maletero, los asientos se abaten en proporción 60/40. El maletero no dispone de una bandeja tradicional sino que recurre a una esterilla plegable como ya pudimos comprobar en el Subaru Outback. Volvemos a la plaza delantera para coger el volante multifunción, presionar el botón de arranque y salir a probar este Subaru XV.

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