Decepcionado
Opinión tras 2 semanas con este coche (coche de sustitución).
He tenido este coche durante dos semanas como vehículo de sustitución. Mi coche principal es un Mazda CX-5 2.0 Skyactiv-G. Al recibir el coche, me hizo mucha ilusión poder probarlo durante un tiempo, pero esa ilusión se desvaneció rápidamente.
El consumo ha sido de 6,8 L/100 km, apenas mejor que los 6,9 L que marcaba al recogerlo. No entiendo de dónde sacan cifras más bajas: no conduzco a 80 km/h por autopista, pero tampoco supero los 120. Mi trayecto habitual combina unos 15 minutos de autopista y 10 de ciudad. Me resulta difícil de creer que un coche híbrido consuma solo 1 L menos que mi Mazda CX-5 (con 4 años) o que un Volvo V40 D3, que también tengo, con 10 años. El Mazda consume 7,8 L/100 km siendo considerablemente más grande, menos aerodinámico y sin tecnología híbrida.
Otro punto negativo es el maletero, que me ha parecido muy pequeño si lo comparamos con otros coches de su gama. En mi opinión, este coche compite más en el segmento de los 20.000 €, aunque su precio real se acerque a los 30.000 €, lo cual me parece poco realista por lo que ofrece.
En cuanto a la conducción, la primera marcha entra con mucha dureza, y la segunda necesita subir bastante de revoluciones para que la tercera no proteste. Las únicas marchas que engranan con suavidad son la cuarta y la quinta. Personalmente, disfruto encontrando el punto justo del embrague para realizar reducciones suaves y frenar con el motor, pero con este coche resulta prácticamente imposible hacerlo de forma cómoda.
Hay detalles que también decepcionan: el diseño de la llave parece sacado de hace 20 años, los sensores de aparcamiento son imprecisos (lanzan alertas de colisión sin motivo en curvas despejadas o al salir de un aparcamiento sin obstáculos) y, en general, los acabados y el paquete de extras no justifican su precio.
En resumen, mi experiencia ha sido una gran decepción. No entiendo las reseñas positivas que he leído. Las marchas del Seat Ibiza de mi hermana, con 15 años, son más suaves. El consumo me parece exagerado para ser un híbrido, y el coche no ofrece una calidad acorde a su precio.
A cualquiera que tenga este coche o esté pensando en comprarlo, le animo a probar otras opciones en el rango de los 30.000 €, como el Mazda CX-30 (he probado varios), un Toyota o incluso modelos de Seat. Hay alternativas mucho más equilibradas.
Mejorable
- Marchas
- Consumo
- Maletero
- Sensores de proximidad
- Embrague
- Diseño de la llave
- Tamaño maletero